FAO: Panamá necesita una política más afirmativa de inclusión socioeconómica para las mujeres

Actualizado
  • 11/09/2023 00:00
Creado
  • 11/09/2023 00:00
El organismo sostiene que en el país las mujeres que trabajan en el sistema agroalimentario tienen problemas salariales y su productividad es sistemáticamente más baja que la de los hombres
En Panamá la distribución y procesamiento de alimentos son actividades dominadas por mujeres.

En Panamá hay una alta presencia de mujeres que se encuentran involucradas en el sector no agrícola, es decir, aquellas actividades que están relacionadas a la distribución, procesamiento y presencia en el mercado. No obstante, esto no supera a la mayor demanda de obra relacionada a la siembra y el trato con los animales que dominan los hombres.

“Esto ha generado que la mujer tenga un rol invisible y con problemas de remuneración dentro de las actividades no agrícolas, como son la agroindustria, procesamiento y presencia del mercado”, comentó Adoniram Sanches Peraci, coordinador subregional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Mesoamérica y representante del organismo en Panamá y Costa Rica.

Agregó que este acaparamiento de las mujeres en el sector no agrícola se debe por las cualidades que tienen para esta actividad y su habilidad para comunicarse con las personas.

Sanches rescató que el tema es importante para dar reconocimiento porque abre la conversación respecto a que las asistencias técnicas o los sistemas de financiamiento, no solo sean dirigidos para los hombres, sino que también sean un foco de oportunidades de renta para las mujeres.

Adoniram Sanches Peraci, coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica y representante del organismo en Panamá y Costa Rica.

También genera una discusión, dijo, sobre los problemas de titulación de los activos rurales, como tierras y equipamientos, ya que actualmente estos elementos están en manos del hombre, cuando las mujeres poseen derechos igualitarios.

Las declaraciones del coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica y representante en Panamá y Costa Rica se dan luego que el informe “Situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios”, lanzado en el 2023 por el organismo, indicó que la igualdad de las mujeres en los sistemas agroalimentarios podría acabar con la inseguridad alimentaria de 45 millones de personas.

En América Latina y el Caribe, las mujeres constituyen el 36% de los trabajadores del sistema agroalimentario, pero las brechas de desigualdad persisten desfavordiciéndolas a ellas.

El experto de la FAO explicó que los sistemas agroalimentarios son el motor principal del desarrollo económico y la reducción de la pobreza. Y que, a medida que las economías se desarrollan, la proporción de hombres y mujeres que trabajan en sistemas agroalimentarios tiende a disminuir, principalmente debido a la reducción de empleos agrícolas, hacia actividades no agrícolas, incluyendo el transporte, el procesamiento, la distribución, el almacenamiento y la comercialización.

“Dentro de los sistemas agroalimentarios, las mujeres tienden a trabajar menos en la agricultura y más en las actividades no agrícolas. El 71% de las mujeres trabajando en los sistemas agroalimentarios están empleadas en trabajos no agrícolas, en comparación con el 44% de los hombres. En Centroamérica, un porcentaje aún mayor trabaja en el sector no agrícola; ellas el 84% versus 43% de los hombres”, dijo.

Para Sanches, Panamá se encuentra dentro de la discusión internacional sobre el sistema agroalimentario y la necesidad de corregir, como pasa en otros países, algunas posiciones respecto a la presencia de las mujeres en estas cadenas.

Aunque reconoció que en los países todavía “hay una carencia de políticas públicas en los sistemas agroalimentarios”, sostuvo que en el caso panameño “todavía hay evidencia de procesos de discriminación, remuneración diferenciada, poca identificación de políticas públicas y baja documentación de mujeres en zonas rurales”.

“Hay que reempezar lo que estamos haciendo mal para poder tener una política más afirmativa de inclusión socioeconómica de las mujeres. Hay que recordar que durante la pandemia las mujeres tuvieron poco apoyo como en post pandemia, y no solo en Panamá, sino a nivel global”, mencionó el experto de la FAO.

Recordó cómo durante la pandemia, Panamá no frenó su sistema agroalimentario, ya que tanto hombres y mujeres siguieron produciendo en el campo, “eso es un gran mérito”.

El informe “Situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios” crea una discusión pública sobre el sistema de género y desigualdad, que forma parte del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 5 y 7.

Sobre este marco de referencia, Sanches indicó que Panamá tiene una imagen internacional de ser un país desigual, sobre todo con su zona comarcal. Este tema, dijo, está muy relacionado con el ODS 7 porque pone sobre la mesa dónde están los sitios de desigualdad.

Sin embargo, destacó que Panamá ha avanzado en términos de transparencia de datos y en algunas políticas públicas, como la Ley de Agricultura Familiar, la Ley de Estudiar sin Hambre, el programa Panamá Solidario y la discusión que todavía mantiene sobre el proyecto de ley de etiquetado frontal.

Por ejemplo, con el programa Panamá Solidario, el experto de la FAO señaló que se dio una cobertura con bolsas de comida a las personas vulnerables durante la pandemia, así como bonos de transferencias condicionadas, que permitieron mayor acceso a los alimentos.

“Yo diría que la estructura institucional está bien, pero hay que empujar esos indicadores con mucha implementación en los campos porque solo de esta manera se pueden dar acceso a las comarcas, las zonas rurales y a las mujeres para que tengan un tratamiento diferencial”, concluyó el experto de la FAO.

Según el informe, promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres es fundamental para su bienestar y para la sociedad en general y, por lo tanto, tiene un valor intrínseco. Expresa que los considerables avances logrados en la medición del empoderamiento de las mujeres en el último decenio muestran que aumentar dicho empoderamiento en los sistemas agroalimentarios influye positivamente en la producción agrícola, la seguridad alimentaria, la dieta y la nutrición infantil.

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