El gran juego de adivinanzas de Trump

Actualizado
  • 08/01/2017 01:00
Creado
  • 08/01/2017 01:00
Se supone que los recortes fiscales y las reducciones regulatorias aumentarán el crecimiento económico inicialmente

WASHINGTON – Todos jugamos a las adivinanzas. Durante la campaña, Donald Trump hizo muchas promesas. Pero ni sus amigos ni enemigos saben lo que hará. El resultado es un diluvio de predicciones de los políticos, comentaristas, centros de investigaciones, cabilderos, economistas y demás. He aquí, por ejemplo, el panorama que predicen los economistas de Nomura Securities.

Reconociendo la enorme ‘incertidumbre', los economistas predicen que los grandes recortes fiscales, que costarán $3 billones en recaudaciones perdidas en la próxima década, serán el punto central del programa económico de Trump. A los recortes fiscales se les agregarían $500,000 millones en gastos adicionales, en su mayor parte para infraestructura y defensa. Esas cantidades incrementan el déficit presupuestario, que la Oficina de Presupuesto del Congreso ya calculó en 8,6 billones de dólares en el curso de una década.

Se espera que el Congreso Republicano revoque la Ley de Asistencia Médica Asequible (‘Obamacare'), pero se desconoce el momento y la disponibilidad de su reemplazo. En forma similar, los economistas anticipan ‘cambios regulatorios importantes'—reducciones—y más deportaciones de inmigrantes ilegales. Nuevamente, se desconocen los detalles, que quizás no existan. La política de Trump es igual; hubo informes no-confirmados de que Trump aplicará un arancel temporario de entre un 5 y un 10 por ciento a todas las importaciones.

¿Cuál es el efecto en la economía? Menos de lo que uno esperaría, dicen los economistas de Nomura. Se supone que los recortes fiscales y las reducciones regulatorias aumentarán el crecimiento económico inicialmente (comenzando a fines del verano), pero fuerzas contradictorias erosionarán el efecto. El crecimiento económico más rápido y el temor a una mayor inflación causan la subida de las tasas de interés a largo plazo; la inmigración más lenta ejerce una presión ascendente en los salarios. La Reserva Federal, también temerosa de la inflación, aprieta el crédito, elevando las tasas de interés a corto plazo.

‘Esperamos que la Fed eleve las tasas dos veces en 2017 y tres veces en 2018,' dicen los economistas. (En diciembre, la Fed elevó las tasas de interés a corto plazo entre un 0.5% y 0.75%. Si las subidas futuras son de la misma cantidad, los fondos de la Fed alcanzarían entre un 1.75% y un 2% en algún momento en 2018. Entre fines de 2008 y diciembre de 2015, estuvieron cerca de cero).

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO MÁS RÁPIDO Y EL TEMOR A UNA MAYOR INFLACIÓN CAUSAN LA SUBIDA DE LAS TASAS DE INTERÉS A LARGO PLAZO; LA INMIGRACIÓN MÁS LENTA EJERCE UNA PRESIÓN...

Si juntamos todo eso, el crecimiento económico—según las proyecciones de Nomura—no cambia demasiado. Los déficits mayores incentivarán más crecimiento económico; las tasas de interés más altas, lo restringirán. Se espera que el producto bruto interno crezca un 1.9% en 2017 y un 1.8% en 2018. Desde 2010, el crecimiento del PBI se mantuvo aproximadamente a un 2%.

Los economistas de Nomura son escépticos con respecto a la afirmación, realizada por algunos nominados de Trump, de que los impuestos más bajos y el menor número de regulaciones puedan elevar el crecimiento económico anual a entre un 3% y un 4%. Si eso ocurriera, los déficits del presupuesto federal serían más bajos de lo esperado, porque una economía más fuerte produciría más ingresos fiscales.

Pero, dicen los economistas, en la década de 1980 se intentaron tasas fiscales más abajas y desregulación. Las líneas aéreas, los camiones interestatales, los ferrocarriles y algunos mercados energéticos fueron desregulados; la Ley de Reforma Fiscal de 1986 redujo las tasas fiscales agudamente. ‘Hay pocas pruebas de que la desregulación y la reforma fiscal aumentaran la productividad durante ese período,' escriben los economistas de Nomura.

Todo esto es informativo—hasta cierto punto. Refleja lo que los modelos económicos normales producen cuando se los alimenta con datos plausible supuestos de las políticas de Trump. Pero es posible que todo el abanico de propuestas de Trump se combine para cambiar la manera en que la economía opera y, para mejor o para peor, no responda a las suposiciones de los modelos existentes.

Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos tuvo una ‘economía mixta', con poder compartido entre los mercados y las políticas gubernamentales. En general, la tendencia fue hacia un mayor gobierno. Además, durante la mayor parte de ese período, Estados Unidos fue una economía ‘abierta', enfatizando el libre comercio y la inmigración liberal, tanto legal como ilegal.

Trump parece adoptar un modelo diferente y lleno de incoherencias. Aunque insta a que haya menos gobierno, presiona a las grandes empresas a ubicar sus plantas en Estados Unidos, no en México, China o cualquier otra parte del exterior. En forma similar, deplora el aumento de la deuda federal, pero promete no tocar dos de los mayores programas—el Seguro Social y Medicare—que contribuyen a la deuda.

Todos esos cambios colectivamente pueden alterar la manera en que opera la economía—repitiendo, para bien o para mal. Puede volverse más dinámica y productiva; o puede volverse más proteccionista e inflexible, mientras las empresas y los consumidores se adaptan con cautela a un mundo más incierto. En todo caso, el pasado no es prólogo. Ni siquiera Donald Trump sabe realmente lo que viene después.

THE WASHINGTON POST WRITERS GROUP

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