Las Américas, la región más vulnerable a las pérdidas económicas por desastres naturales

Actualizado
  • 24/04/2024 00:00
Creado
  • 23/04/2024 18:06
Nahuel Arenas, jefe de la Oficina Regional para las Américas y el Caribe de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, indicó que la zona registra el 53% de las pérdidas económicas por desastres

América Latina y el Caribe (ALC) es una región de contrastes, solo produce el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero retiene el 53% de las pérdidas económicas mundiales por desastres naturales, comentó Nahuel Arenas, jefe de la Oficina Regional para las Américas y el Caribe de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (Undrr).

“Entre 1997 y 2017, seis de los diez países con mayores pérdidas económicas, relativas al producto interno bruto (PIB), por desastres naturales se encontraban en ALC”, dijo durante el foro de los países de América Latina y el Caribe sobre el desarrollo sostenible, realizado esta semana por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

La vulnerabilidad de la región queda evidenciada cuando se muestra que, en 2017, el huracán María generó daños y pérdidas al PIB de Dominica, por un monto que ascendió al 226%.

“ALC es la segunda región con mayores pérdidas en infraestructura educativa y la tercera en el área de salud, y estas pérdidas ocurren en una zona con espacio fiscal reducido, lo que les imposibilita invertir en adaptación y resiliencia climática”, dijo Arenas.

Es por eso que desde la Undrr abogan porque las naciones de ALC tengan planes locales de financiamiento para la reducción de riesgos climáticos. “También es vital que haya una mayor coordinación entre agendas de cambio climático, desarrollo sostenible y reducción de riesgos de desastres, para que el financiamiento se consolide”, ponderó.

El especialista comentó que es importante que las naciones de las Américas entiendan que las inversiones en prevención de riesgos naturales y de adaptación climática son complementarias. Además, recalcó que ALC requiere de marcos normativos robustos. “Lamentablemente, en nuestra región, estos parámetros son bastante débiles, ya que las políticas se inclinan más hacia respuestas que hacia la prevención y adaptabilidad”, puntualizó.

Arenas también propuso fortalecer los mecanismos de registro y monitoreo que tienen las naciones de ALC para garantizar el uso efectivo de sus inversiones en materia climática.

“Es fundamental que los países diseñen estrategias de financiamiento climático adaptadas a los contextos locales, que prioricen las inversiones en prevención de riesgo para un mejor futuro”, destacó.

Es por eso que la Cepal propone la realización de seis “transiciones justas” que permitan a la región acelerar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mejorar su adaptabilidad al cambio climático.

La transición de los sistemas agroalimentarios, la transición energética, digital, educativa, de empleo y protección social y la transición climática, son los pilares sobre los cuales la entidad considera que se deben basar las políticas de futuro en la zona.

Sobre el primer renglón, la organización mencionó que hacia 2050 la producción global de alimentos deberá aumentar un 49% debido al crecimiento demográfico. Esta situación generará una mayor presión sobre los recursos naturales y un aumento en los gases de efecto invernadero.

Para solucionarlo, se recomienda la promoción de la agricultura regenerativa y otras prácticas sostenibles, la estimulación de la economía circular y la mejor distribución de los subsidios agrícolas.

En materia de transición energética se estima que la zona tiene una brecha de hasta el 15% en el acceso a electricidad en áreas rurales y que 83 millones de personas no tienen acceso a combustible y tecnologías limpias para cocinar.

La Cepal sugiere reformar los mercados energéticos a lo largo de la cadena de valor, avanzar en la digitalización del control y la combinación de fuentes para mejorar la oferta y demanda eléctrica e implementar mejores políticas públicas en este apartado.

En cuanto a la transformación digital, la entidad estima que un tercio de las personas en ALC no tiene acceso a internet y que la penetración de la banda ancha fija cubre solo el 20% de la población total.

Es por eso que ven necesario que se trabaje en el desarrollo de mejor infraestructura de banda ancha, en la mejora de las competencias y habilidades digitales de la ciudadanía y en una mayor integración tecnológica en la región.

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