Nuevo mundo, nuevas reglas

Actualizado
  • 10/02/2011 01:00
Creado
  • 10/02/2011 01:00
F rancia preside el G201 desde el 12 de noviembre de 2010 y el G82 desde el 1 de enero de 2011. Creado en 1999 para responder a las cris...

F rancia preside el G201 desde el 12 de noviembre de 2010 y el G82 desde el 1 de enero de 2011. Creado en 1999 para responder a las crisis financieras de los años 90 (Sudeste asiático y Rusia), el G20 es una instancia de cooperación y coordinación económica internacional que reagrupa a los países industrializados (el G8) y a los principales países emergentes; o sea, el 85% de la riqueza mundial y 2/3 de la población del mundo.

La visión de la presidencia francesa es sencilla: Vivimos en un mundo nuevo y necesitamos ideas nuevas. Las cosas han cambiado, no se puede pensar en una economía concentrada en unos cuantos países. Este nuevo mundo está marcado por un cambio extraordinario en el equilibrio de las potencias económicas mundiales: En 2050, China podría convertirse en la primera economía mundial y superar a Estados Unidos. India podría convertirse en la tercera y Brasil en la cuarta. Hoy en día es imprescindible recoger la opinión de nuestros aliados y trabajar estrechamente con ellos para que esta doble presidencia sea un éxito.

Todo lo creado en 1945 se basaba en equilibrios que ya no existen. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial –cuando el mundo creó la ONU, el FMI, el Banco Mundial y el GATT–, Estados Unidos representaba el 45% del PIB mundial. En 1975, cuando se creó el G7, Estados Unidos y Europa Occidental representaban dos tercios del PIB mundial. Desde entonces, estamos viviendo en un no-sistema monetario internacional. No se trata ahora, por supuesto, de regresar a un sistema de tipos de cambio fijos. Lo que es deseable, incluso necesario, es establecer instrumentos para evitar la excesiva volatilidad de las monedas, la acumulación de los desequilibrios, la búsqueda de un nivel siempre más elevado de las reservas de cambio, por parte de los países emergentes que se han visto confrontados a los retiros brutales y masivos de capitales internacionales.

Este mundo globalizado, al cual llamamos en Francia ‘Le village planétaire’ necesita normas y regulación. Y no se trata de abordar estas cuestiones bajo un ángulo ideológico, sino bajo un ángulo pragmático. Nuestra ambición es converger con nuestros socios sobre propuestas concretas.

La presidencia francesa del G20 se piensa como una presidencia realista y ambiciosa. No queremos simplemente pasar de un ‘G20 de crisis’ a un ‘G20 de gestión’. El presidente de la República, Nicolás Sarkozy, definió seis prioridades: (1) la reforma del sistema monetario internacional; (2) la regulación de los precios de materias primas; (3) el reforzamiento de la regulación financiera; (4) el financiamiento del desarrollo; (5) el apoyo al empleo y al desarrollo social de la globalización; (6) la lucha contra la corrupción.

Francia tiene la intención de proponer a sus aliados abordar estos temas de debate sin tabúes, pero también con todas las precauciones necesarias. Implica la reforma de los instrumentos del FMI para poder movilizar rápidamente dinero en caso de crisis financiera y la puesta en marcha de un mejor diálogo entre los organismos informales de gobernanza así como el G20 y el G8.

Por otra parte, Francia quiere iniciar un debate fundamental sobre la volatilidad excesiva de las materias primas ¿Cómo puede todavía el consumidor aceptar que los precios, como el de la gasolina por ejemplo, estén totalmente sometidos a la especulación del mercado? Queremos proponer medidas de transparencia y un diálogo profundo entre productores y consumidores para limitar las fluctuaciones de los precios.

Obviamente, Panamá, como centro del comercio internacional y en vías de llegar a ser parte de los países del primer mundo, tiene un papel notable que jugar en torno a todas estas propuestas y cambios mundiales.

El autor es embajador de Francia en Panamá

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