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- 24/11/2018 01:00
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En medio de la alerta que lanzó la FAO esta semana sobre el incremento de la pobreza, el hambre y la necesidad que existe de incrementar la producción alimentaria para los próximos años, autoridades agropecuarias de Panamá anunciaron nuevos proyectos e inversiones para fortalecer el sector.
Un técnico del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), Luis Carles, anunció que invertirán $10 millones en proyectos dentro de comunidades indígenas. El plan irá dirigido a fortalecer la agricultura familiar y busca establecer un registro de todos los agricultores familiares para poder acceder a los modelos y darle seguimiento a los proyectos.
El fondo se estableció en el último gabinete que se realizó en la comunidad Ngäbe Buglé, y será únicamente para las comunidades indígenas, especificó el funcionario.
‘Un aspecto importante del plan de agricultura familiar es que abre espacios al desarrollo de las comunidades indígenas', afirmó Carles, al mismo tiempo que señaló que el plan de agricultura familiar que se desarrolló con el apoyo de la FAO y organismos de la sociedad civil fue lanzado hace unas semanas en Panamá, luego de un período de consultas y varios talleres que duraron unos tres años.
El desarrollo del plan concluyó el pasado 30 de agosto con un informe que, según Carles, ya fue aceptado por el MIDA y cuyo proyecto de ley será presentado a la comisión de Asuntos Agropecuarios de la Asamblea.
El presidente del Comité Nacional de Diálogo de Agricultura Familiar de Panamá (Conadaf), Modesto Figueroa, explicó que en la iniciativa participan unos once comités regionales donde están representadas alrededor de 360 asociaciones de agricultura familiar y 280,000 agricultores familiares.
El miembro de Conadaf detalló que el plan comprende siete líneas estratégicas, entre ellas gobernanza e institucionalidad, financiamiento y seguro agropecuario, investigación y producción rural y comercialización y mercadeo.
El proyecto además clasifica a los productores nacionales en tipo 1 (el que produce y a veces tiene que comprar afuera en los mercados porque no le alcanza lo que produce), el tipo 2 (el que produce solo para su consumo) y el tipo 3 (el que produce y vende en los mercados).
La iniciativa está enfocada en la agricultura orgánica, que tenga un valor agregado mucho más sostenible y eficiente para que puedan llegar a los centros de consumo y a los consumidores, dijo el funcionario.
Carles también adelantó que el proyecto inició con la reciente licitación para la remodelación y adecuación de la oficina nacional de estadísticas agropecuarias.
El especialista expresó que el proyecto de agricultura familiar también contempla la adaptación, por lo que se invertirán $10 millones provenientes de recursos que aportan diferentes donantes internacionales para conformar un Fondo de Adaptación.
Los recursos serán administrados por la Fundación Natura y el proyecto tiene un período estipulado de tres años, a partir de julio de este año 2018.
De los $10 millones del fondo de adaptación, $ 4.5 millones son para ejecución del Ministerio de Ambiente para los temas de conservación, $4.5 millones para el MIDA en los temas de ejecución de fondos de resiliencia de la parte agropecuaria y un millón para que Etesa establezca 30 estaciones de monitoreo climático en las cuencas del río Santamaría y Chiriquí Viejo.
Esto se da en el contexto de un incremento de hambre, pobreza y de cambio climático. Se estima que 294 millones de personas (el 46% de la población) sufre alguna forma de malnutrición y, entre 2014 y 2016, tanto la pobreza como la pobreza extrema aumentaron dos puntos porcentuales cada una, 48.6% y 22.5%, según datos de la FAO.
CONTEXTO
El plan de agricultura familiar se estableció en el marco del programa Mesoamérica sin hambre
Se estima que el 46% de la población (294 millones de personas en la región) sufre alguna forma de malnutrición.
Entre 2014 y 2016, tanto la pobreza como la pobreza extrema aumentaron dos puntos porcentuales.