Crisis de Venezuela y Brasil toca megaproyectos en Nicaragua

Actualizado
  • 06/05/2016 02:00
Creado
  • 06/05/2016 02:00
Una hidroeléctrica impulsada por un banco brasileño y una refinería financiada por los venezolanos están suspendidas

Las crisis políticas en Venezuela y Brasil han dejado a la deriva dos proyectos por $7,600 millones para la construcción de una refinería y una central hidroeléctrica en Nicaragua, advierten analistas locales.

COSTOS DE LAS OBRAS

Los proyectos consisten en un complejo petroquímico que construiría Venezuela a un costo de $6,500 millones y en una central hidroeléctrica de $1,100 millones que se financiaría con recursos brasileños.

Ambos son parte de cinco ‘megaobras' que el presidente Daniel Ortega ha impulsado recientemente y que deberían haber concluido o al menos ser visibles este año en que el mandatario se postula para una segunda reelección en los comicios de noviembre próximo.

La idea era que sirvieran de ‘proyectos insignia' en apoyo a ‘la continuidad del presidente Ortega' en el poder, dijo a la AFP el exdiplomático y experto en derecho internacional Roger Guevara.

Pero la recesión que golpea a Venezuela y Brasil, en medio de escándalos políticos y de corrupción, más los retrasos que han tenido ambas obras han dejado los planes de Managua sin rumbo claro. De acuerdo con Ortega, existe voluntad de continuar con estos proyectos que representan más de la mitad del PIB del país.

La represa Tumarín, que se proyecta construir sobre el río Grande, en el Caribe Sur, con capacidad para generar 253 megavatios, está a cargo del consorcio Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN), constituido en un 45% por la estatal brasileña Eletrobas, un 45% por la empresa Queiroz Galvão y un 10% por el estado nicaragüense.

El proyecto fue aprobado por una ley que otorgó a los brasileños la construcción y operación de la planta por 39 años, concediéndoles amplios privilegios fiscales, sin ninguna garantía en caso de incumplimiento.

El proyecto tiene financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil, el Banco Centroamericano de Integración Económica y los socios.

En 2007, cuando Ortega retornó al poder, el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, colocó en Nicaragua la primera piedra para la construcción de la refinería ‘El Supremo Sueño de Bolívar' y una petroquímica.

El complejo, valorado en $6,500 millones, está a cargo de la empresa Albanisa, en la que Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) tiene el 51% y Petróleos de Nicaragua (Petronic) el 49%.

La planta produciría 150,000 barriles de petróleo diarios, cuatro veces la demanda nacional y la mitad del consumo diario de Centroamérica.

Se iba a financiar ‘con las ganancias del dinero del petróleo' que Nicaragua obtiene de Venezuela como parte de un arreglo preferencial y un aporte de PVDSA, dijo Guevara, exembajador en Caracas.

Pero ‘no se dio porque se vino abajo el precio del petróleo', y ‘ante la crisis que tiene el presidente Nicolás Maduro es imposible' que prospere, agregó.

El ex vicegerente general de Albanisa Rodrigo Obregón dijo a la AFP que ‘la refinería en estos momentos no se está construyendo', solo se han colocado 12 tanques nuevos para almacenar combustible.

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