José Jerí Oré, prometió en su primer discurso en el cargo empezar a construir las bases de la reconciliación del país, que atraviesa “una crisis constante...
De Caracas a Oslo: María Corina Machado, la dama de hierro venezolana, recibe el Nobel de la Paz 2025

- 11/10/2025 00:00
La madrugada del viernes 10 de octubre de 2025 quedará marcada en la historia de Venezuela. La fecha se convirtió en un alivio esperado por la población del país suramericano después de tanta injusticia y dolor. María Corina Machado, la voz más persistente y desafiante frente al régimen chavista, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz, convirtiéndose en la primera venezolana en recibir este reconocimiento.
El Comité Noruego del Nobel destacó que Machado había ayudado a “mantener encendida la llama de la democracia frente a una oscuridad creciente”. En una ceremonia cargada de simbolismo en Oslo, los miembros del Comité resaltaron su “lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité, aseguró que María Corina Machado había cumplido con los tres criterios fundamentales del galardón: “Ha cohesionado a la oposición de su país. Nunca ha flaqueado en su resistencia a la militarización de la sociedad venezolana. Ha sido firme en su apoyo a una transición pacífica a la democracia”, manifestó Frydnes al anunciar el premio.
Sin embargo, el funcionario noruego admitió no estar seguro de si Machado podrá asistir a la ceremonia en diciembre. “Es una cuestión de seguridad. Es demasiado pronto para decirlo. Siempre esperamos tener al galardonado con nosotros en Oslo, pero esta es una situación de seguridad grave que debe abordarse primero”, explicó.
Cuando el Comité la contactó en medio de la noche para informarle del premio, María Corina apenas pudo expresar: “Oh dios mío... No tengo palabras”, dijo entre lágrimas. “Esto es un movimiento, esto es un logro de toda una sociedad”, agregó. “Yo solo soy una persona. Ciertamente no merezco esto”.
Su reacción refleja la esencia de una vida consagrada no al poder, sino al propósito. Durante más de dos décadas, Machado ha enfrentado persecución, amenazas, destierro político y censura mediática, sin ceder a la violencia ni a la desesperanza. Ha sido diputada, activista, madre, ingeniera y, sobre todo, símbolo de resistencia moral.
En agosto pasado, en entrevista con La Estrella de Panamá, María Corina reflexionó sobre la convicción que la ha sostenido: “Esto no tiene vuelta atrás y nosotros vamos a luchar hasta el final”. Su voz, serena pero firme, reflejaba una fuerza interior que no depende del cargo ni de la coyuntura.
“Actuar con serenidad no es debilidad, es todo lo contrario”, dijo entonces a este diario, convencida de que la paz y la determinación no son caminos opuestos. En otra de sus frases más recordadas, subrayó la tenacidad de los venezolanos: “La comunidad venezolana ha tenido resiliencia, inteligencia y sabemos que actuar con serenidad no es debilidad, sino todo lo contrario; hemos ido avanzando un día a la vez”.
El Nobel a Machado no solo celebra a una mujer, sino a millones de venezolanos que han marchado, votado y resistido pacíficamente en busca de un país libre. Su liderazgo, basado en la convicción y la no violencia, ha mantenido viva la esperanza en una nación marcada por la represión.
El Gobierno de Panamá fue uno de los primeros en reaccionar. A través de un comunicado oficial, la Cancillería expresó sus “más sinceras felicitaciones” a la líder venezolana, destacando que el galardón “honra su firme compromiso con la democracia, la libertad y la dignidad humana”, valores que ha defendido “con valentía, incluso a riesgo de su propia vida”.
“El ejemplo de la opositora venezolana constituye una de las más notables manifestaciones de coraje y perseverancia en América Latina en tiempos recientes”, añadió el texto, que concluyó con una frase que sintetiza el espíritu del momento: “María Corina Machado representa la fuerza moral de quienes mantienen encendida la llama de la democracia en medio de la adversidad, y su premio inspira esperanza y unidad en toda la región”.
No todos celebraron la decisión. Desde Washington, el asesor del presidente estadounidense Donald Trump, Steven Cheung, acusó al Comité Nobel de “anteponer la política a la paz” por no otorgar el premio al mandatario norteamericano.
Añadió también que “el presidente Trump seguirá haciendo acuerdos de paz, poniendo fin a las guerras y salvando vidas. Tiene el corazón de un humanitario, y nunca habrá nadie como él que pueda mover montañas con la pura fuerza de su voluntad”.
El Comité, sin embargo, fue claro en su fundamento: Machado es la ganadora del Nobel “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
La polémica alrededor de la exclusión de Trump se alimentó por su insistencia en reclamar el galardón desde que lo recibió Barack Obama en 2009. El republicano ha sostenido haber resuelto “ocho guerras”, incluyendo la reciente tregua entre Israel y Hamás, aunque diversos analistas aseguran que ninguna derivó en tratados de paz formales y que, en muchos casos, se trató solo de treguas temporales.
La decisión también obedeció más a los criterios establecidos por el propio galardón que a consideraciones políticas. El Nobel de la Paz, entregado cada mes de octubre desde 1901 —salvo durante las dos guerras mundiales—, reconoce las acciones realizadas por los aspirantes en el año previo, aunque en ocasiones esa norma se haya flexibilizado. En 2024, Trump aún no ocupaba la presidencia de Estados Unidos y, por tanto, no había logrado poner fin a las “ocho guerras” que asegura haber terminado, pese a lo cuestionable de esa afirmación.
Desde su inhabilitación política hasta su liderazgo en las primarias opositoras, Machado ha encarnado el espíritu civil de un pueblo que rehúsa rendirse. En una de sus frases más recientes, pronunciada antes de una manifestación masiva en Caracas, prometió: “Este sábado nos vemos todos en las calles y nos seguiremos viendo hasta que Maduro termine de aceptar lo que el mundo sabe, que fue un triunfo contundente de la sociedad venezolana y que Venezuela será libre”.
Hoy, el mundo reconoce en ella no solo a una política, sino a una mujer que ha hecho de la resistencia pacífica una herramienta de cambio. Su voz, que alguna vez intentaron silenciar, resuena ahora desde Oslo hasta Caracas, recordando que la paz no es la ausencia de conflicto, sino la presencia de justicia.