La euforia deja lugar al temor en Bengasi, que se prepara para lo peor

Actualizado
  • 13/03/2011 12:03
Creado
  • 13/03/2011 12:03
A medida que las fuerzas leales a Muamar Gadafi ganan terreno en su avance hacia la ciudad de Bengasi, convertida en las últimas semanas...

A medida que las fuerzas leales a Muamar Gadafi ganan terreno en su avance hacia la ciudad de Bengasi, convertida en las últimas semanas en cuartel general de la insurrección, la euforia ha ido transformándose en temor y la población se prepara para lo peor.

"La euforia ya pasó. Tenemos miedo de lo que va a ocurrir, miedo de los bombardeos", comentó pesimista delante del cuartel general de los rebeldes Mohamed Gepsi, en momentos que las fuerzas leales a Gadafi ganan terreno en su avance hacia Bengasi.

"Los jóvenes siguen estando determinados a combatir, pero las personas de más edad, sobre todo los padres y las madres, tienen miedo por su hijos", comentó este ex funcionario.

"El ambiente y el estado de ánimo cambiaron" después de la caída de Ras Lanuf y de Brega y de la retirada de los insurgentes, admitió.Las tropas del coronel Gadafi, apoyadas por la aviación y la artillería pesada, hicieron retroceder a los rebeldes varias decenas de kilómetros

.Los militares libios están aún a más de 250 km de Bengasi, pero sólo la ciudad de Adjabiya los separa del bastión de la rebelión, donde funciona la instancia dirigente de la oposición libia, el Consejo Nacional de Transición.

"Tenemos miedo de los bombardeos, miedo de las tropas de Gadafi", dice Fatma Mufta, una libia que hacía compras en un supermercado con su marido y su hija."Vivimos cerca de aeropuerto y Gadafi podría bombardearlo", afirmó.

"En verdad, no tenemos problemas de escasez de alimentos o agua, pero muchos negocios están cerrados. Se puede obtener ayuda en las mezquitas, en especial leche y pañales para los bebés", explicó.Frente al mar, cerca de la sede del Consejo Nacional, algunos aún quieren creer que la "revolución" libia no ha terminado."Los occidentales quieren salvarnos.

Con la ayuda de Dios y con la imposición de una prohibición de sobrevolar el país, volveremos a tener ventaja", estimó Abdul Salam Elamari, un empleado de oficina de 52 años que se paseaba con su hija de 10 con las mejillas pintadas con los colores de la bandera libia.Otros rechazan reconocer la evidencia: los reveses sufridos por los insurgentes en los últimos días.

"Hemos combatido, nuestras fuerzas se retiran de Brega por razones tácticas", afirmó Ahmed, ejecutivo en el sector petrolero.Una militante de la oposición, Imam Bughaidis, afirma que los insurgentes han "organizado una defensa militar" en Bengasi, segunda ciudad del país situada a mil kilómetros de la capital."Muchos rebeldes permanecen en Bengasi", en previsión de un ataque, afirmó la opositora, precisando que las "armas" siguen afluyendo hacia Bengasi.

"Sabemos que Gadafi tiene células clandestinas en Bengasi. Sabemos donde están y están siendo vigiladas constantemente", afirmó la mujer.Cerca de allí, un grupo se forma en torno a un hombre que arenga a los transeúntes. "Hay que matar a los asesinos.

Hay que matar a los pro-Gadafi en la ciudad", grita.Otro hombre le replica: "No somos como Gadafi, no se mata a la gente, se la encarcela".A 20 km al sur de Bengasi, en la ruta que lleva a Ajdabiya, el retén controlado por los rebeldes ve pasar las camionetas que llevan a los insurgentes hacia el frente.

"Dios es nuestra arma principal. Somos mártires dispuestos a morir por nuestro país", dice desafiante un muchacho de 18 años antes de embarcar junto a una docena de hombre en tres camiones que lucen la bandera libia de la insurrección.

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