‘Mea culpa’

Actualizado
  • 30/03/2009 02:00
Creado
  • 30/03/2009 02:00
MÉXICO. El presidente mexicano, Felipe Calderón, embarcado en su guerra contra los carteles desde cuando llegó al poder, hace más de do...

MÉXICO. El presidente mexicano, Felipe Calderón, embarcado en su guerra contra los carteles desde cuando llegó al poder, hace más de dos años, lo ha dicho en más de una ocasión: “Ellos ponen los compradores y las armas. Nosotros, las drogas y los muertos”. Su reclamo, dirigido al lado norte de la frontera, no había tenido mucha respuesta hasta cuando el pasado miércoles la líder de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton, hizo un inusual mea culpa en el avión que la llevaba a Ciudad de México. La Secretaria de Estado reconoció que la “insaciable” demanda de drogas en su país alimenta el narcotráfico y que la incapacidad de las autoridades para frenar el tráfico de armas al sur provoca las muertes de soldados, policías y civiles en México. Sin rodeos, habló de “corresponsabilidad” en la lucha contra el narcotráfico.

CAMPAÑA PROCALDERÓN

El inédito pronunciamiento no fue un hecho aislado. Ocurrió un día después de que Washington anunció un plan de 700 millones de dólares para reforzar la seguridad fronteriza, y hace parte de la campaña diplomática para apoyar la cruzada de Calderón, que incluye también las visitas a territorio mexicano de la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano; el secretario de Justicia, Eric Holder, y del propio presidente Barack Obama, el 16 de abril.

Y es que la violencia en México no cesa. Van unos 1.500 muertos este año, unos 7.000 desde 2008 y unos 10.000 desde cuando Calderón llegó al poder. La crónica judicial mexicana le da la vuelta al mundo. En enero, por ejemplo, fue detenido Santiago Meza López, apodado el ‘pozolero’, un sicario que disolvió en ácido a 300 narcotraficantes rivales. Los cuerpos decapitados o con la lengua cortada ya no son novedad.

En febrero, los narcos amenazaron por medio de carteles con matar un agente cada 48 horas si el jefe de la Policía de Ciudad Juárez no renunciaba. Eso ocurrió un miércoles, y el viernes siguiente, después de los dos primeros muertos, dimitió. Esto en una ciudad ocupada por el Ejército y la Policía Federal donde hay 10.000 agentes en las calles y un toque de queda de facto. En varias regiones los carteles matan a los policías honestos por no dejarse sobornar y a los corruptos por estar ligados a un grupo rival. Calderón sólo se fía del Ejército y le ha dado un papel protagónico en ‘la guerra al narco’, con más de 45.000 soldados desplegados en el país.

“Algunas zonas son francamente gobernadas por el narcotráfico. Los capos deciden quién es el próximo alcalde o el nuevo jefe de la Policía”, dijo a SEMANA Darío Dávila, un periodista mexicano curtido en temas de seguridad nacional que ha estado en las regiones más 'calientes'. Lo que más le sorprende, por encima de las ejecuciones, es la “visión corporativa” de los carteles mexicanos. “Han creado franquicias de violencia y exportan sus métodos a distintas regiones como con manuales”, asegura.

UN DEBATE QUE INDIGNA EN MÉXICO

Del otro lado del río Bravo la preocupación se tradujo en un debate que indigna a los mexicanos. En un informe de 2008, el Departamento de Defensa ubica a México entre los Estados débiles y fallidos. Según el documento, “dos grandes e importantes Estados deben ser considerados en riesgo de colapso rápido y repentino: Pakistán y México”. La desproporcionada comparación irritó a muchos.

Con ocasión de la visita de Clinton, el historiador Enrique Krauze escribió una columna en The New York Times donde criticaba la visión distorsionada de EEUU. Aunque reconoce que “esta puede ser la crisis mas seria que hemos enfrentado desde la revolución mexicana de 1910” , argumenta que México ha demostrado en su historia reciente gran capacidad para reponerse. “México es un Estado secular y tolerante, sin las tensiones religiosas de Pakistán o Irak. Es una sociedad inclusiva, sin los odios raciales de los Balcanes. No tiene prospectos serios de secesiones regionales o territorios disputados, a diferencia de Oriente Medio. Los movimientos guerrilleros nunca han sido una amenaza real al Estado, en contraste con Colombia”, escribió.

Para rematar, la revista Forbes incluyó en su lista anual de las personas más ricas del mundo a Joaquín el ‘Chapo’ Guzmán, el jefe del cartel de Sinaloa. La referencia enfadó a Calderón, quien lo consideró una manera de glorificar el crimen. El presidente y otros funcionarios se han esforzado en defender la imagen del país. Argumentan que la inmensa mayoría de las muertes corresponde a ajustes de cuentas del crimen organizado en algunas regiones. Les preocupa que la violencia ahuyente inversores o visitantes del décimo destino turístico mundial.

MÉXICO: PRORIDAD EN WASHINGTON

Más allá de la indignación mexicana, lo cierto es que la Casa Blanca ha convertido a México en una prioridad. Las palabras de Clinton no fueron gratuitas. Obama se comprometió a luchar “hombro con hombro” con Calderón en su “valiente” ofensiva. Y no precisamente porque a la opinión pública estadounidense le horrorice el crimen en otro país, sino porque le preocupa sufrirlo en carne propia.

La violencia de los carteles mexicanos ha llegado a EEUU, sobre todo en Arizona, donde han aumentado las denuncias de secuestros y tiroteos. En Phoenix, según la cadena ABC , se registraron más de 370 secuestros en el último año, lo que la colocaría en el segundo lugar en el mundo después de Ciudad de México. La situación ha llegado al punto de que el gobernador de Texas pidió el envío del Ejército, una medida que, por ahora, Washington descartó.

“La preocupación no es que tanto México sea un Estado fallido”, dijo a SEMANA Jorga Chabat, especialista en crimen organizado y seguridad del Centro de Investigaciones y Docencia Económica (Cide). “Ahora sí perciben al narcotráfico en México como una amenaza real que los está afectando no sólo en términos de consumo, sino de una posible violencia dentro de su propio territorio. Hay muchas posibilidades de que la colaboración se incremente de manera sustancial”. Para este analista, las palabras de Clinton reflejan “una mayor conciencia de que el problema es global y no se pueden quedar cruzados de brazos”.

Washington parece tomarse el tema con toda la seriedad del caso, pero su ayuda será bienvenida sólo hasta cierto punto. Los mexicanos parecen más renuentes a calcar el esquema del Plan Colombia. La historia pesa, y parte de la población recuerda que Estados Unidos se apropió de parte del territorio mexicano en el siglo XIX. En pocas palabras, la colaboración militar despierta susceptibilidades en México. En cualquier caso, como enfatiza Chabat, la clave de esta ‘guerra’ no depende de Washington. “El punto crítico y el talón de Aquiles del Estado mexicano es la corrupción. Si no se resuelve, de nada va a servir tener más equipo, más ayuda de Estados Unidos, ni policías mejor entrenados. Ese es el reto de Calderón”. ©PUBLICACIONES SEMANA

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