María del Pilar Hurtado, una prófuga que nadie busca

Actualizado
  • 14/01/2015 01:00
Creado
  • 14/01/2015 01:00
El gobierno panameño ya no la quiere; el colombiano, no la reclama. La Corte declaró ilegal su estatus de asilada política

En Colombia, sus abogados insisten en que se trata de un juego político. En Panamá, el gobierno se escuda tras un telón de silencio que pocas veces se abre para dar pistas. Mientras tanto, la exdirectora del Departamento de Administración de Seguridad (DAS) colombiano, María del Pilar Hurtado, prófuga de la justicia colombiana desde 2010, espera su destino en la incertidumbre.

La exjefa de seguridad, procesada en Colombia por la interceptación de conversaciones telefónicas de manera ilegal, fue vista por última vez a finales del 2014, cuando se presentó ante la Oficina Nacional para la Atención al Refugiado (ONPAR), en pleno centro de la Vía España, en la ciudad de Panamá.

Se había acercado para solicitar el refugio territorial que le permitiera transitar legalmente en el país, ya que no cuenta con documentos migratorios en regla. Pero la directora de ONPAR, Yaribeth de Calvo, le negó la solicitud de manera definitiva y la denunció ante el Servicio Nacional de Migración.

‘Una vez rechazamos la solicitud de la señora Hurtado, se lo comunicamos a Migración’, indicó Calvo.

El gobierno Martinelli le había otorgado a Hurtado el beneficio de asilada territorial el 19 de noviembre de 2010. Tres años y medio más tarde, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Panamá declaró inconstitucional ese asilo, dejando en el desamparo a la exjefa de seguridad colombiana.

Ahora, ya agotadas todas las instancias gubernamentales, Hurtado está a expensas de Migración, que se haría cargo de ella si algún oficial o miembro de la Policía Nacional la interceptara en las calles.

‘Hurtado podría ser deportada por Migración’, apuntó un comunicado de la Cancillería enviado a La Estrella de Panamá .

LOS LAZOS DE HURTADO

Fue durante el gobierno de Ricardo Martinelli que se le otorgó asilo, pero los lazos de María del Pilar Hurtado con los personeros de la actual administración gubernamental no son nulos.

En 2010, cuando visitó el país en busca de apoyo para su solicitud de asilo, fue recibida en la Cancillería por el entonces ministro de Relaciones Exteriores Álvaro Alemán.

Semanas después, el ahora ministro de la Presidencia firmó el Decreto Ejecutivo N° 301, que extendía el asilo que tres años más tarde sería vetado por la CSJ, coincidiendo con el inicio del gobierno del presidente Juan Carlos Varela

Una vez el fallo estuvo en firme, el Ejecutivo anunció que Panamá ya no acogería a Hurtado y que se esperaría a que el gobierno colombiano solicitara su extradición.

Tras este anuncio, la inesperada visita a Panamá del presidente colombiano Juan Manuel Santos agitó la opinión pública que desde hacía varios meses solicitaba la extradición de Hurtado. Era la oportunidad perfecta para concretarla.

Santos se reunió en el Palacio de las Garzas con el presidente Varela y su canciller, Isabel de Saint Malo.

‘No cabe duda de que allí hablaron de Hurtado. Qué dijeron, no sé. Pero, a algo llegaron’, dijo a La Estrella de Panamá Jaime Camacho, abogado de Hurtado en Colombia.

‘Todo, desde la visita del presidente Santos hasta la negación del refugio... no se trata de otra cosa que una jugada política para no perjudicar la imagen del gobierno de turno’, agregó.

Posterior a este encuentro oficial, el gobierno de Colombia cerró toda oportunidad de obtener a Hurtado por la vía de extradición, al presentar dos solicitudes idénticas, ambas rechazadas por el gobierno de Panamá.

‘Las leyes panameñas no permiten conceder la extradición a una persona a la que ya se le ha rechazado una solicitud basada en los mismos hechos. Esto cierra legalmente esta vía’, indicó un portavoz de la Cancillería.

Entonces, el gobierno panameño aseguró desconocer el paradero de Hurtado, y señaló que tampoco la buscaría hasta que Interpol emitiera una alerta.

No obstante, ante las insistentes preguntas, la canciller De Saint Malo confirmó a La Estrella de Panamá el pasado 2 de enero que Hurtado no había salido de Panamá desde el día en que se le levantó el asilo.

— ¿Dónde está la señora Hurtado?, preguntó este diario.

— Ella está aquí (...), respondió la canciller, quien, tras un pesado silencio, agregó: ‘no hay registros de su salida’.

JUICIO EN COLOMBIA

A pesar de que Hurtado no se encuentra físicamente en su país natal, el proceso judicial en su contra no se ha detenido.

El pasado octubre, se desarrolló el juicio definitivo en su contra; sin embargo, los jueces del Tribunal Supremo colombiano decidieron no dar a conocer el fallo ese mismo día.

Durante todo el proceso, Hurtado fue defendida por un solo testigo, el exasesor y secretario privado de su despacho, Jaime Polanco.

En las oportunidades que tuvo para declarar, Polanco insistió en que Hurtado desconocía las acciones de espionaje que realizaba el departamento de fuentes humanos del DAS.

Fuentes judiciales colombianas dijeron a La Estrella de Panamá que la complejidad del ‘caso de las chuzadas’ —como se le conoce en Colombia— impide que el fallo se haya dado con prontitud.

‘En Panamá, Hurtado es asesorada por una firma de abogados’, indicó la fuente. ‘Son ellos quienes le están diciendo qué acciones tomar’, agregó.

Hurtado tiene tres años de estar en el país. Se ha podido conocer que durante sus primeros meses de estadía en el país residió en un apartamento en el barrio de La Alameda. Posteriormente, se mudó al corregimiento de San Francisco.

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