La campaña antihispana de Trump

Actualizado
  • 10/08/2015 02:00
Creado
  • 10/08/2015 02:00
Donald Trump sigue liderando las tendencias del voto republicano a pesar de su campaña antihispánica vulgar, ofensiva y particularmente ridícula.

Donald Trump sigue liderando las tendencias del voto republicano a pesar de su campaña antihispánica vulgar, ofensiva y particularmente ridícula. Por lo pronto, las payasadas de este empresario multimillonario candidato a la nominación republicana a la presidencia de los Estados Unidos están dando resultado. Trump ha montado una estrategia acorde con los tiempos que corren en la sociedad norteamericana: el espectáculo y el entretenimiento que hasta la política corrompe. Difícilmente podemos evadir lo que diga o haga el empresario multimillonario que no distingue si habla para llegar a Hollywood o a la Casa Blanca.

La sociedad del espectáculo no se construyó ayer y hoy día los políticos de casi todas las naciones modernas están conscientes y se someten como corderos sacrificados a los medios, especialmente la televisión y su sacrosanto ‘rating' que todo lo vulgariza. Y es allí donde empiezan los candidatos estadounidenses a ser devorados por el espectáculo masivo e irresponsable al que monta los escenarios políticos apelando a la fuerza del medio televisivo. Así la campaña política de Trump no radica en la razón, sino que se vale de la irracionalidad y la subjetividad humana para ganar. Desde el inicio de su campaña, Trump se hizo de la ofensa a los latinos, los mexicanos y, en el debate republicano de la semana pasada. También incluyó a las mujeres al ofender a la presentadora de la televisión en su cara. El montaje ha dado el grotesco resultado de la campaña, pues este candidato lidera las tendencias del voto republicano.

¿Se mantendrá la tendencia? Confío que la sociedad norteamericana, en la que incluyo a los republicanos, termine dándole la espalda al señor Trump. En tal sentido, lo primero que debe ocurrir es que los demás candidatos de su partido empiecen a cuestionar con contundencia sus obscenidades políticas.

Una parecida experiencia tuvimos en Panamá cuando el expresidente Ricardo Martinelli saltaba colchones, mandaba con mazo y se sentaba en la espalda de una presentadora de televisión, ofendiendo, entreteniendo y subiendo su rating político de una audiencia que, embobada, lo puso en la presidencia. Trump basa su campaña en sentimientos aún presentes en EE.UU., el miedo a los migrantes por razones de seguridad individual, la violencia y los prejuicios. Estoy segura de que el episodio de Trump será superado en la sociedad estadounidense.

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