¿Qué sucede en la frontera entre Colombia Y Venezuela?

Actualizado
  • 30/08/2015 02:00
Creado
  • 30/08/2015 02:00
La crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela cumple ya dos semanas de estar ocupando la atención mundial

La crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela cumple ya dos semanas de estar ocupando la atención mundial. Se habla de crisis humanitaria por la repatriación masiva de colombianos, se ha disparado el verbo nacionalista que hacen pensar en ‘tambores de guerra' y, así, no hay quien razone nada, salvo, claro está, que estén en bandos militantes donde la verborrea acusatoria tome el lugar de sus dirigentes responsables. Lo que sabemos es que no todos los venezolanos son los malos de la película, ni tampoco los buenos son únicamente los colombianos.

El mandatario venezolano ha extendido el cierre de la frontera a seis nuevos municipios, lo que complica el conflicto. Pero, ¿qué ‘detonó' la crisis?. Colombia insiste en que hubo una exagerada reacción del gobierno de Maduro ante unos confusos hechos que dieron lugar a la muerte de miembros de la fuerza militar de Venezuela. Los autores habrían sido presuntos paramilitares colombianos. El caso se registró en territorio venezolano, en la Táchira de la República Bolivariana de Venezuela. Maduro decreta inmediatamente el ‘estado de excepción en la frontera y anuncia el cierre temporal, y luego por tiempo indeterminado'. A la vez inicia un proceso de deportación masiva de inmigrantes colombianos, residentes, indocumentados e ilegales. La mayoría procedente de la región fronteriza. Hasta la fecha la lista oficial de colombianos repatriados son 1,088, entre los que hay mujeres y 244 menores de edad.

El presidente Juan Manuel Santos tarda en reaccionar, afirman los uribistas, en cambio el expresidente colombiano, Álvaro Uribe, llega a la frontera a arengar sus consabidas acusaciones contra ‘el presidente chavista', Nicolás Maduro, y hasta compara lo que estaba ocurriendo con el ‘holocausto judío'. Los excesos del senador Uribe los recoge la prensa, pues Uribe conoce bien la frontera y son muy conocido sus vinculaciones a favor de los grupos paramilitares en la política interna de Colombia. Cuando Uribe aparece contamina la escena.

Mientras Santos guardaba prudente distancia y reaccionaba ‘más Lento', Uribe andaba a otra velocidad y pedía la intervención de la OEA, la ONU y otros organismos internacionales. Se tomaba el rol principal y desviaba la atención de los paramilitares y sus incursiones en Venezuela, y destacaba la gravedad de las deportaciones de colombianos.

Pero en Venezuela viven 6 millones de colombianos, a donde han emigrado por varias razones. La mayoría de ellas es que cruzaron la frontera huyendo de medio siglo de guerra, de la violencia del narcotráfico (Colombia es el mayor productor mundial de droga) y la pobreza. Pero si este panorama es así desde hace décadas, ¿Cuál es el ‘caso cero' de la actual crisis?

El diario estadounidense Nuevo Herald daba a conocer el viernes que la crisis estalló por 2 extraditables colombianos hacia Estados Unidos, Gersaín Viáfara Mina y Oscar Hernando Gómez, ambos ligados al narcotráfico a través del ‘cártel de los soles', un grupo que la DEA liga a militares y cabecillas venezolanos y que supuestamente apuntan al número 2 de Venezuela, Diosado Cabello. Pero las informaciones, aunque las proporcionen entidades como la DEA, son superficiales. Se trata de actores con distintos intereses. A unos les interesa el negocio de la droga, a otros el contrabando entre fronteras de toneladas de droga, a otros el tráfico de dinero de la droga, las personas, armas y alimentos. En las fronteras estos negocios no son lícitos. Se apoyan en la ‘vista gorda' de la seguridad. Pero siempre dejan en la sombra la verdad.

Si Colombia es el mayor productor mundial de drogas, EE.UU. el mayor consumidor mundial y por Venezuela pasa el 90% del tráfico de droga hacia las rutas que integran el circuito de la droga, ¿cuáles son las preguntas correctas que hay que hacer para desentrañar la verdad de una crisis?, donde los colombianos repatriados, son las víctimas civiles de una frontera sin gobierno. Las fronteras carecen de legitimidad democrática. No tienen representaciones políticas claras y responsables. Entre ambos países, la fiscalidad no es suficiente.

Maduro está agravando la situación pues ha extendido más kilómetros de cierre en la zona de la Táchira venezolana. La situación que tendrán que analizar la próxima semana la UNASUR, la OEA, la ONU, la comisión extraordinaria binacional, el presidente Santos y, quizá, Maduro, es compleja y delirante. La realidad innegable en esa frontera es el narcotráfico, la corrupción y el contrabando de personas, armas, dinero y petróleo. Las deportaciones masivas no es la causa de ninguna crisis, es solo la consecuencia de un problema que pronto será acallado.

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