Rousseff y Lula alinean fuerzas y marcan puntos en política y judicial

Actualizado
  • 23/03/2016 16:41
Creado
  • 23/03/2016 16:41
La crisis de la principal economía latinoamericana provoca por lo demás una marcada preocupación externa

Dilma Rousseff y Luiz Inacio Lula da Silva alineaban el miércoles sus fuerzas y anotaban puntos en "la batalla" para evitar el juicio de destitución de la presidenta de Brasil y desbloquear el ingreso de su predecesor al gobierno.

El jefe del gabinete personal de Lula, Jacques Wagner, explicó el miércoles que esa "batalla" se da en tres frentes: "en el Parlamento, en el campo judicial y (...) en la calle", ante una opinión pública saturada de escándalos y golpeada por la recesión, con el mayor índice de desempleo (8,2% en febrero) desde 2009.

La crisis de la principal economía latinoamericana provoca por lo demás una marcada preocupación externa. "Esperemos que Brasil pueda resolver sus problemas de forma eficaz", dijo en Buenos Aires el presidente estadounidense, Barack Obama, quien destacó que el gigantesco país de 200 millones de habitantes cuenta "con una democracia madura (...) que le permitirá prosperar y ser el líder que necesitamos".

- La batalla política -

Rousseff, de 68 años, y el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) denuncian una tentativa de "golpe de Estado" detrás del impeachment (juicio político) que la oposición impulsa en el Congreso contra la mandataria, por presunto maquillaje de las cuentas públicas.

Para frenarlo, la gobernante debe conseguir el apoyo de al menos 172 diputados (más de un tercio), de los 513 de la Cámara. Un objetivo que muchos legisladores de la coalición oficialista ven cada vez más difícil, según medios brasileños.

En caso de no lograrlo, el segundo mandato de Rousseff (2014-2018) podría ser salvado con el rechazo del impeachment por más de la mitad de los 81 escaños del Senado.

Para ello, es indispensable cortejar al centrista PMDB, la mayor fuerza parlamentaria, que el próximo martes 29 debe decidir si permanece en la coalición de gobierno, con una fuerte presión interna por la ruptura.A ese partido pertenece el presidente del Senado, Renan Calheiros, con quien Lula se reunió el martes.

También pertenece a ese partido el vicepresidente Michel Temer, heredero virtual de la presidencia en caso de impeachment, quien se reunió con Aecio Neves, el jefe de la oposición socialdemócrata derrotado por Rousseff en 2014.

"Todos notros estamos muy interesados en la permanencia del PMDB en el gobierno", dijo Rousseff, que cuenta en su gabinete con varios ministros "pemedebistas".

- El frente judicial -

Rousseff y Lula tuvieron un motivo de satisfacción por la decisión de un juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de ordenar al juez de primera instancia Sergio Moro la entrega de las conversaciones pinchadas que el expresidente mantuvo con su sucesora y con otras personalidades aforadas.

Moro divulgó un diálogo que motivó el bloqueo del nombramiento de Lula como jefe de gabinete, por dar a entender, según juristas y opositores, que se trataba de una mera maniobra para aforar a Lula, investigado por supuesta ocultación de bienes en el caso de la petrolera estatal.

"Fue un absurdo [liberar las conversaciones], porque la divulgación de un diálogo con la presidenta fue lesiva para los fundamentos del Estado democrático y de las garantías y derechos constitucionales de la Presidencia", subrayó Rousseff tras una visita de una instalación militar en Brasilia.

Grupos opositores llamaron a manifestarse el miércoles frente a las sedes del STF en Brasilia y Sao Paulo, para expresar su apoyo al juez Moro, considerado por buena parte de la opinión como un cruzado de la lucha contra la corrupción.

El STF decidiría finalmente el 30 de marzo si Lula puede ser ministro. En caso de que el tribunal bloquee definitivamente su nombramiento, podría actuar como un "consejero especial" de Rousseff, reveló Jacques Wagner.

Pero los desdoblamientos del caso Petrobras, un gigantesco sistema de sobornos pagados por grandes constructoras a la petrolera y a políticos para ganar licitaciones, no deja de sacudir al país.

Una de esas constructoras, Odebrecht, anunció que estaba dispuesta a colaborar con la justicia, en una decisión que podría incluir a nuevos actores y hundir más a los implicados, pertenecientes a prácticamente todo el arco político de Brasil.}

- Lula, de nuevo sindicalista -

Lula vuelve por lo demás a sus orígenes de dirigente sindical y busca movilizar a las decepcionadas bases del PT para contrarrestar la presión de la opinión pública, 68% de la cual es favorable al impeachment de Rousseff, según las últimas encuestas.

El viernes pasado, arengó a una multitud de decenas de miles de personas en Sao Paulo, y este jueves participará en un encuentro nacional de sindicalistas en la capital económica y financiera de Brasil.

Al llegar a la reunión, fue recibido al grito de: "¡Lula, guerrero del pueblo brasileño!".

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