Un año luego de la masacre en Las Vegas

Actualizado
  • 01/10/2018 02:00
Creado
  • 01/10/2018 02:00
Tras un año del peor tiroteo masivo en la historia de EE.UU., sigue el misterio en torno a los motivos que llevaron a Stephen Paddock a cometer el atroz acto

La noche del 1 de octubre del año pasado, mientras más de 20,000 espectadores disfrutaban en Las Vegas (Nevada) de un concierto al aire libre, un hombre abrió fuego contra la multitud cobrándose la vida de 58 personas e hiriendo a otras 887.

Un año después, sus motivos aún se desconocen. La Policía cerró la investigación en agosto con un informe de 187 páginas sobre Stephen Paddock, el autor de los hechos, y los indicios encontrados en aquella suite del piso 32 del hotel Mandalay Bay, desde donde llevó a cabo la matanza.

‘Tal vez planeó el ataque para matar al mayor número de gente posible y ser así recordado por tener el récord',

HERMANO DE STEPHEN

Lo que las autoridades no pudieron desentrañar fueron las razones que llevaron a Paddock, de 64 años, a actuar de esa manera contra los asistentes al festival de música country Route 91 Harvest antes de quitarse la vida. Lo hizo completamente solo, sin ayuda de nadie.

Según Joe Lombardo, alguacil del condado de Clark, Paddock era ‘un hombre común y corriente' que había mostrado ‘señales (de poseer) una mente con problemas', si bien no tuvo comportamientos que pudieran generar sospechas de la Policía.

Lo que sí hizo Paddock fue dejar un rastro previo en el que, tal vez, fue perfilando sus intenciones.

La investigación desveló que hizo dos reservas de hotel en ciudades que albergaban festivales de música al aire libre. La primera de ellas fue en Chicago, durante el Lollapalooza, que tuvo lugar en agosto. La segunda fue en Las Vegas, durante el Life is Beautiful, días antes de la tragedia.

En ambos casos, Paddock solicitó habitaciones con vistas a los recintos donde se celebraban los conciertos.

Sobreviviente de la tragedia

Maritza King, una de las sobrevivientes de la matanza de Las Vegas que sacudió al país entero, indica a la agencia Efe que aún tiene muy presente lo que ocurrió aquella noche.

‘Yo estaba trabajando en los baños y estaba a cargo de los trabajadores de esa área. Primero creímos que eran cohetes, pero en la segunda ráfaga nos dimos cuenta de que era balas', relata King.

‘Comencé a meter a los trabajadores que encontré, entre esos mi hermana, a un contenedor de acero. Luego empezamos a meter gente del público', recuerda.

Margarita Romano, terapeuta de salud mental de la organización BBS-Mente Sana, afirma que de no ser por personas como King la lista de víctimas hubiese sido más alta.

‘Maritza, como muchos otros, hace parte del grupo de héroes anónimos que esa noche salvaron vidas sin importar si ponían las suyas en peligro', indica Romano.

La Policía revisó los ordenadores de Paddock y encontró en los historiales búsquedas sobre festivales de música al aire libre, tácticas policiales de la unidad de élite SWAT, armas y explosivos.

Paddock compró legalmente 55 armas, la mayoría rifles de distintos calibres, entre octubre de 2016 y septiembre de 2017.

El atacante modificó hasta 12 rifles semiautomáticos con dispositivos en las culatas para poder disparar municiones contra la multitud a una mayor velocidad. El tiroteo desde la habitación del hotel se alargó entre 9 y 11 minutos.

Se recuperaron hasta 47 armas de fuego en tres localizaciones diferentes: el hotel Mandalay Bay (10 bolsas con 23 armas) y dos residencias de Paddock, situadas en Mesquite y Reno, ambas en Nevada.

Las cámaras de seguridad del hotel captaron a Paddock portando bolsas de gran tamaño desde su vehículo hasta el interior de la habitación en los días previos a la masacre.

También recuperaron allí una nota, pero no se trataba de un texto de despedida o un manifiesto, sino cálculos sobre la distancia de las balas hasta el lugar del concierto.

Aunque el grupo yihadista Estado Islámico (EI) se atribuyó la autoría del tiroteo en un primer momento, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) descartó cualquier vínculo de Paddock con organizaciones terroristas extranjeras.

Lo que sí pudieron confirmar las autoridades es que las finanzas de Paddock habían sufrido un revés en los últimos tiempos, ya que perdió casi un 75% de su patrimonio en apenas dos años.

En septiembre de 2015, sus cuentas bancarias reunían más de dos millones de dólares. En septiembre de 2017, la cifra apenas superaba el medio millón. El dinero había ido a parar, principalmente, a saldar deudas en casinos y bancos.

Lombardo señaló que este hecho ‘pudo haber sido un factor' que contribuyó a llevar a cabo el tiroteo.

Uno de los hermanos del agresor, Eric, dijo a los investigadores que Stephen ‘siempre quería ser el mejor y ser conocido por todos'.

‘Había hecho ya en la vida lo que quería y estaba aburrido con todo. Tal vez planeó el ataque para matar al mayor número de gente posible y ser así recordado por tener el récord', indicó sobre el suceso, el peor tiroteo masivo en la historia moderna de Estados Unidos.

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