‘Nos parecemos a los árabes más de lo que creemos’

Actualizado
  • 28/05/2009 02:00
Creado
  • 28/05/2009 02:00
I. srael y el mundo árabe viven enfrentados desde hace más de 60 años. Para Tzvi Yehezkeli, sin embargo, mucho se puede hacer para empe...

srael y el mundo árabe viven enfrentados desde hace más de 60 años. Para Tzvi Yehezkeli, sin embargo, mucho se puede hacer para empezar a sanar heridas. Como una persona que vive monitoreando su mundo, sus medios y a su gente, Yehezkeli conoce a los árabes como pocos en Israel. “Es una vergüenza que el primer ministro de Israel no hable árabe (segundo idioma oficial en Israel)”, se queja. “Es un irrespeto hacia los árabes-isralíes y los palestinos que nos rodean. Encima, todos los palestinos hablan hebreo”.

A pesar de todo, Yehezkeli se muestra siempre optimista. Cree que el mundo árabe está viviendo una revolución mediática y que la convivencia pacífica en Medio Oriente será posible si todos ponen de su parte.

EL PERIODISMO ÁRABE HA EXPERIMENTADO UNA REVOLUCIÓN CON LA APARICIÓN DE ESTACIONES COMO AL JAZEERA. ¿CÓMO LO DESCRIBIRÍA EN LA ACTUALIDAD?

Mucha gente dice que Al Jazeera es la CNN de los árabes, y yo digo que no. Como con la democracia y otras cosas que vinieron de Occidente, en Medio Oriente tienen sus propios términos, sus propios estándares y su propio crecimiento. Sí hay una revolución de medios en el mundo árabe, pero no quiere decir que el flujo de la información sea libre. Al Jazeera rompió algunos moldes, y salió a otro espacio (TV satelital). Transmitiendo desde un país pequeño como Qatar, introdujo al televidente árabe a la confrontación de opiniones políticas. El eslogan de Al Jazeera es “la opinión y la otra opinión”. Por primera vez, el mundo árabe vio dos opiniones por televisión. Hasta entonces, solo conocían la TV gubernamental.

Al Jazeera se ha cuidado de no atacar directamente a los regímenes, o desvelar tramas de corrupción, sino que han traído gente de afuera para que lo haga. Por supuesto, tienen su propios intereses así que no hablan de Qatar, de Siria o de Irán con connotaciones negativas. Están siempre con la revolución: cuando Hamas y Fatah se enfrentaron, Al Jazeera se fue con Hamas y prohibió a Abu Mazen (Mahmud Abás, presidente de Fatah y la Autoridad Nacional Palestina). Sí, es una revolución. La gente está hablando y creo que es el primer paso hacia una libertad de prensa real en el mundo árabe.

HABLEMOS DE LOS MEDIOS ISRAELÍES. ¿CÓMO DESCRIBIRÍA SU TRATO DE LA OCUPACIÓN, LOS PALESTINOS Y LOS ÁRABES? ¿CÓMO SE UBICARÍA EN ELLOS?

Israel, como un país democrático, cubre el mundo árabe de manera distinta que los medios occidentales. Primero, porque no estamos en occidente. Segundo, porque el árabe es también idioma oficial de Israel. Y tercero, porque somos parte del conflicto. Para el periodismo israelí, cubrir los asuntos árabes tiene dos particularidades. Primero, el público israelí sabe mucho acerca del conflicto. Si yo digo en TV que Hamas está tratando de derrocar a Abu Mazen en Cisjordania, los israelíes van a pensar “viene la Intifada (levantamiento palestino), mi casa y mi familia están en peligro”. En ese aspecto somos como gemelos. Segundo, nuestro periodismo afecta el panorama político palestino. Cuando los palestinos quieren dirigirse a Israel, hablan con los medios israelíes. Yo diría que el 60% de las noticias en Israel tienen que ver con los árabes de alguna u otra forma. ¿Cómo? En el Canal 10 , nuestra sección árabe tiene tres periodistas en el frente —uno en Gaza, uno en Cisjordania y yo— y tenemos cinco periodistas monitoreando todo lo que sucede en el mundo árabe: leyendo sus periódicos, hablando con la gente, mirando la TV de Hamas o Hezbollah para tratar de descifrar lo que piensan y dicen los palestinos. Lo que dicen en los medios no suele ser lo que piensan. A veces dicen cosas porque saben que los citaremos. Es un sistema complicado, pero pienso que la cobertura israelí de los árabes es bastante completa.

¿QUÉ NECESITA UN PERIODISTA PARA CUBRIR A LOS PALESTINOS?

Primero, hablar árabe fluidamente. Vivir allí, como lo hice yo, o como lo hace Amira [Hass, del diario Haaretz ]. Segundo, verlo todo en contexto, lo que significa hablar con el ciudadano común, el campesino que perdió su tierra, el taxista, [el presidente] Abu Mazen, la corrupción de Fatah, el enfrentamiento Hamas-Fatah, los refugiados, etc. La cuestión palestina no es solo de derechos humanos. Es principalmente de derechos humanos, pero no termina ahí, hay muchas más perspectivas y elementos.

USTED TRABAJÓ EN LA RADIO DEL EJÉRCITO. ¿CUÁL ES EL TONO DE ESOS REPORTES?

La prensa más libre que he visto en mi vida fue la Radio de las Fuerzas de Defensa Israelíes. ¡Incluso los palestinos la escuchan! Una vez llevé una entrevista con [el político palestino encarcelado] Marwan Barghouti, y ellos tenían una con el jefe de personal del ejército, y pusieron a Barghouti primero. Como son la radio del ejército, se esfuerzan más en ser neutrales y correctos, así que hay exceso de corrección. Incluso hoy, cuando me entrevistan, no tengo ningún problema en decir lo que pienso.

ACOSTUMBRA PREGUNTAR TRIVIALIDADES A LOS LÍDERES QUE ENTREVISTA. ¿POR QUÉ?

En un mundo multicultural y multifacético, hay que ver las cosas de manera diferente a los demás. Cuando yo entrevistaba a Arafat, sabía que podía preguntarle qué pensaba acerca de esto o aquello, pero otros periodistas, incluso los de las agencias, podían hacer lo mismo. Yo quería algo que me mostrara quién es realmente. ¿Qué comes? Me respondió que vegetales licuados. ¿Qué ves en la TV? Me dijo que ‘Tom y Jerry’. Y así lo conoces mejor. Estas cosas dicen mucho. Cuando entrevisté a un pistolero como [el amnistiado ex terrorista palestino] Zakaria Zubeidi le pregunté “¿Tienes novia?” y me respondió “Sí, es judía, se llama Tali Fahima”. Yo le dije “quiero ver tu celular, qué ringtone tienes, qué juegos tienes”. Además, creo que los periodistas debemos hacer cosas especiales.

¿CUAL ES LA COSA MÁS IMPORTANTE QUE LOS ISRAELÍES DEBEN TENER EN CUENTA AL REFERIRSE A LOS ÁRABES?

La cultura. El idioma, involucrarnos más en aspectos culturales-étnicos-lingüísticos con los palestinos y el mundo árabe. Quisiera que la gente, mientras hacen zapping entre CNN y el Canal 10 de Tel Aviv, miraran Al Jazeera , que participaran en Al Jazeera y ésta les diera un espacio. Quisiera que el árabe se volviera realmente nuestro segundo idioma. Es nuestro deber, [los israelíes] somos 7 millones y los árabes son 350 millones. Mientras más los conozcamos, más nos daremos cuenta que somos más parecidos de lo que pensábamos.

VEMOS, POR EJEMPLO, A HAMAS PROPONER TREGUAS DE 50 AÑOS. ¿DE QUÉ MANERA INFLUYE EL SENTIDO ÁRABE O MUSULMÁN DEL TIEMPO EN LOS CONFLICTOS EN LA REGIÓN?

Es un sentido del tiempo distinto. Los árabes viven en tiempo de Oriente Medio y nosotros en tiempo ‘inmediato’ u occidental. Hay una frase en el Corán que dice “Dios está con el paciente”. Incluso [el fundador de Hamas] Ahmed Yassin decía que se debía tener la paciencia del cactus en el desierto. Los palestinos avizoran el conflicto cien años más adelante. Y por eso, cuando quieres resolver el conflicto palestino-israelí de ya para ya, no se puede evitar todo el odio, la historia, el pasado. Los israelíes deberíamos pensar a largo plazo. No vamos a derrotar a [el líder de Hezbollah Hasan] Nasrallah en un enfrentamiento de Playstation , no podemos resolver el problema palestino sentándonos con Abu Mazen y dándole un beso –no es Abu Mazen, son 4 millones de refugiados y 3 millones de palestinos (en los territorios ocupados)—, no podemos hacer la paz con Siria invitando a [el presidente sirio Bashar al] Assad a la Knesset (parlamento israelí). Si eso sucede, se verá muy bien en televisión, pero no en la realidad, y [el proceso de paz de] Oslo es el mejor ejemplo de esto.

FINALMENTE, ¿CÓMO PUEDEN EMPEZAR A LLEVARSE MEJOR LOS ÁRABES E ISRAELÍES? DE ESTAR USTED EN EL PODER ¿QUÉ MEDIDAS TOMARÍA?

Primero le diría a la gente que va a tomar tiempo. Que no es para la TV de mañana o el periódico de mañana. Debe ser un cambio de las bases. Vayamos a donde están los refugiados, y preguntémosles con qué sueñan, qué desean. Sin populismo. Hacer cosas concretas para resolver problemas. Por eso, creo que nadie me elegiría, porque tendría que permanecer 50 años en el poder para lograr algo.

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