La histórica reunión de Francisco y Benedicto XVI

Actualizado
  • 24/03/2013 01:00
Creado
  • 24/03/2013 01:00
VATICANO. El papa Francisco viajó ayer a la residencia veraniega de Castel Gandolfo para almorzar con su ‘hermano’ y predecesor Benedict...

VATICANO. El papa Francisco viajó ayer a la residencia veraniega de Castel Gandolfo para almorzar con su ‘hermano’ y predecesor Benedicto XVI, en una confluencia histórica pero potencialmente problemática entre dos papados de la Iglesia católica.

Ambos hombres vestidos de blanco intercambiaron un cálido abrazo en el helipuerto en los jardines de Castel Gandolfo, al sur de Roma, donde Benedicto XVI vive desde que se retiró el 28 de febrero y se convirtió así en el primer papa que renuncia en 600 años.

En una cadena de gestos posteriores, Benedicto XVI dejó claro que para él el papa es Francisco, mientras que Francisco afirmó que su predecesor es un hermano muy querido y su igual.

Se estrecharon las manos repetidas veces en una muestra de la deferencia debida a un papa, algo que con seguridad puso de cabeza al protocolo del Vaticano.

Durante el recorrido del helipuerto al palacio, Francisco se sentó al lado derecho del vehículo, el lugar tradicional del papa, mientras que Benedicto XVI lo hizo en el lado izquierdo.

Cuando ambos ingresaron para orar en la capilla en el interior, Benedicto XVI intentó dirigir a Francisco hacia el reclinatorio papal, pero éste se opuso.

‘No, somos hermanos’, dijo Francisco al pontífice emérito, de acuerdo con el portavoz vaticano, reverendo Federico Lombardi. Francisco quería orar junto a Benedicto XVI, así que ambos utilizaron reclinatorios distintos y rezaron uno al lado del otro, agregó.

Francisco también llevó un regalo a a su antecesor: un icono de la Virgen, y le indicó que la imagen corresponde a ‘la Virgen de la humildad’.

‘Pensé en usted’, dijo Francisco a Benedicto XVI. ‘Usted nos dio muchas señales de humildad y gentileza durante su pontificado’. Benedicto respondió: ‘Gracias, gracias’.

El ahora ex Papa utilizó una sotana blanca sencilla, con una chaqueta acolchada del mismo color encima para protegerse del frío, igual que Francisco. La diferencia estuvo en una faja y la esclavina que traía el Papa actual. Benedicto se desplazó con un bastón y parecía frágil al lado del robusto argentino de 76 años.

Afuera de la villa, la plaza principal de Castel Gandolfo estaba llena de admiradores que sostenían fotografías de ambos y gritaban ‘¡Francisco!, ¡Francisco!’. El Vaticano les había advertido que posiblemente no verían nada.

La Santa Sede restó importancia a la notable reunión, de acuerdo con el deseo de Benedicto XVI de permanecer ‘oculto al mundo’ y no entrometerse en el papado de su sucesor.

La presencia de un Papa activo y un Papa emérito es nueva en la era moderna de la Iglesia, pero los expertos creen que no debería causar dificultades, a menos que Benedicto XVI trate de influir en las decisiones de Francisco, algo que ha prometido no hacer. Algunos estudiosos de la Iglesia temen que, en el caso de que Francisco deshaga algunas de las políticas de Benedicto XVI mientras éste siga vivo, el Papa emérito pueda convertirse en un pararrayos para los conservadores y polarice a la Iglesia.

‘Benedicto XVI podría convertirse en un Papa en la sombra que ha renunciado pero aún puede ejercer una influencia indirecta’, dijo a una revista alemana Hans Kung, un teólogo disidente que se ha enfrentado a Benedicto XVI en el pasado.

LA REUNIÓN

La televisión vaticana no cubrió en vivo la reunión y sólo se difundió después de efectuada un video de corta duración y fotografías. Lombardi dijo que ambos conversaron en privado durante 45 minutos y después almorzaron con los secretarios papales.

La situación propició grandes conjeturas sobre lo que pudieron haberse dicho tras hacer historia juntos. La sorpresiva renuncia de Benedicto XVI allanó el camino al primer papa procedente de América Latina, el primero en ser jesuita y el primero en llamarse Francisco como el fraile del siglo XIII dedicado a los pobres, la naturaleza y el trabajo por la paz.

Que el ex cardenal Jorge Mario Bergoglio quedara en segundo lugar después del cardenal Joseph Ratzinger en el cónclave de 2005 en el que el alemán resultó elegido papa aumenta la imaginación popular sobre cómo se llevarán ambos pontífices, que tienen estilos diferentes, así como antecedentes y prioridades distintas.

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