Argentina, ¡jaque mate¡

Actualizado
  • 01/08/2014 02:00
Creado
  • 01/08/2014 02:00
Lo que era inconcebible hace cuestión de meses, ha sucedido en solo unas horas: suspensión de pagos de Argentina

Lo que era inconcebible hace cuestión de meses, ha sucedido en solo unas horas: suspensión de pagos de Argentina, aunque el gobierno argentino lo niegue. Es la segunda vez que ocurre en el siglo XXI, después del cese masivo de pagos que se produjo en 2001, durante el famoso ‘corralito’. Esta vez, el hombre detrás de esta historia contra Argentina es el multimillonario Paul Singer, feroz republicano a la cabeza de la Elliot Capital Management, poderosa subsidiaria de la NML Capital que lidera esta acción con epicentro jurídico en un tribunal de Nueva York.

Las tácticas de estos inversionistas son conocidas, pues se utilizaron con anterioridad contra Perú y la República del Congo. Esta vez, algo ha quedado claro para el mundo y es el término de ‘fondos buitres’. Todos han comprendido que la base del sistema capitalista se alimenta de ellos, pues permite, autoriza y estimula la especulación de capitales. En este caso, la compra de bonos de economías moribundas, que luego venden a los propios estados con altos intereses.

En el 2001, Argentina firmó una suspensión de pagos por 102,000 millones de dólares (la mayoría contraída durante el gobierno de Menem), el mayor ‘default’ de la historia. Logró reestructura la deuda con una disminución de un 65% en el 2005 y 2010, con el 95.4% de la mayoría de los acreedores, menos los tenedores de los fondos buitres. Pero, ¿quiénes son? Estos grupos se mantienen fuera de toda reestructuración de deuda con la intención de cobrar por el valor total. Estos multimillonarios pueden ‘esperar’, pero lo que crean es una nueva situación de impago, como en el caso argentino; un ‘fenómeno cíclico’, realmente grave y con gran perjuicio para las naciones.

Los especialistas tardarán en encontrar términos para definir la situación de impago. Ahora, tras perder esta batalla jurídica, el banco de Nueva York se negó a entregarle a Argentina 539 millones que iban a ser utilizados para pagar a acreedores. La decisión estuvo en manos de otro estadounidense, el juez Thomas Griesa. Una deuda, una sentencia y un lobby feroz bastan para crear la fórmula de una condena económica perfecta a toda una nación.

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