Boxeo entre héroes y villanos

El encuentro este sábado entre Pacquiao vs. Maywaether será la ‘pelea del siglo', dicen los que saben de este complejo deporte. Pero, ¿qué hace que sea tan especial esta pelea, en una civilización donde todo se transforma deliberadamente en un espectáculo para entretener y distraer a las grandes masas? Pues bien, esta pelea será la cereza sobre el pastel de una era de contrastes boxísticos entre héroes y villanos, pues cuenta con todos los ingredientes de un guión cinematográfico; ambos púgiles sintetizan lo mejor y lo peor de este deporte que se da entre luces y sombra, fiesta y dolor, golpes y sangre, victoria y derrota. Será una noche histórica en el mundo del boxeo, sin términos medios.

El estadounidense Floyd Mayweather (invicto, duro, rico, que quema dinero frente a las cámaras y que golpea incluso a su familia) enfrenta en el otro lado del ring al filipino Manny Pacquiao (procede de la extrema pobreza, religioso, familiar y solidario con su gente), ambos encarnando las desigualdades de los tiempos modernos, pero ambos también grandes y poderosos boxeadores . Y todo sucede solo una noche en Las Vegas.

Los dos son excelentes boxeadores -cada uno en su estilo-, y sus managers han logrado sembrar en el imaginario de los millones de aficionados una imagen freudiana de sueños y pesadillas transformando el ring en una especie de coliseo moderno, donde se encontrarán todas las pasiones humanas, que se medirán en cada golpe dado y recibido.

Pero cuando los seguidores de la pelea dejen de respirar, al iniciarse la transmisión por televisión (más de 120 países han comprado los derechos de transmisión), será difícil despreciar las cifras de vértigo que hacen realmente colosal esta pelea. Hay quien haya pagado en reventa hasta 323 mil dólares por un asiento cerca del ring que originalmente costaba 250 mil. Mayeather recibirá 180 millones de dólares y Pacquiao 120 millones.

Como lo dijo Maywaether: ‘Unos pagan por verme ganar, otros por verme perder… pero todos pagan por verme'. Y tiene razón. El escenario internacional económico, social y cultural, además de deportivo, pasa este sábado obligatoriamente por un cuadrilátero de boxeo.