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- 06/06/2017 02:00
- 06/06/2017 02:00
Australia y Estados Unidos reafirmaron este lunes su posición común en contra del programa nuclear de Corea del Norte e instaron a China a poner más presión sobre el régimen de Pyongyang para que detenga sus planes.
El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, aseguró que Washington y Camberra ‘hablamos con una sola voz' en relación a Corea del Norte, tras una reunión en Sídney de los respectivos ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa ‘China y otros socios de la región deben redoblar esfuerzos para resolver esta situación de seguridad que no solo amenaza esta región sino que supone una amenaza para el mundo entero', dijo Tillerson en rueda de prensa.
PRUEBAS SEGUIRÁN
Corea del Norte rechazó las sanciones de la ONU el viernes pasado
‘Sin importar las futuras sanciones y presiones, nosotros no retrocederemos en nuestro camino para fortalecer las fuerzas nucleares para defender la soberanía', expresó la Cancillería del país.
La titular australiana de Exteriores, Julie Bishop, secundó a su homólogo denunciando el ‘comportamiento destructivo' de Corea del Norte, tras el encuentro en el que también participaron los titulares de Defensa de EE.UU. y Australia, James Mattis y Marise Payne, respectivamente.
Los ministros reiteraron el mensaje que Mattis y Payne enviaron durante el fin de semana en un foro de seguridad en Singapur, donde pidieron a Pekín más implicación y el uso de su influencia sobre Pyongyang.
Tras la reunión de este lunes, los cuatro ministros volvieron a llamar a China a resolver de forma pacífica y de acuerdo con la ley internacional las disputas territoriales que mantiene en la región y en particular en el mar de China Meridional.
China reclama casi la totalidad de este estratégico espacio marítimo -clave en la navegación comercial y rico en recursos naturales y pesqueros- donde ha construido instalaciones de uso militar en islas artificiales.
Tillerson reafirmó el derecho a la libertad de navegación y vuelo por esta zona, y pese a afirmar la voluntad de Washington de mantener una ‘relación productiva' con el gigante asiático, instó a Pekín a asumir su responsabilidad como potencia económica.