Trípoli afronta la fase más dura del asedio, privada de agua y electricidad

Actualizado
  • 13/04/2020 00:00
Creado
  • 13/04/2020 00:00
La interrupción del suministro eléctrico es el último drama que se suma a la trágica situación que padece la población en Trípoli

Trípoli afronta la fase más severa e inhumana del asedio levantado hace un año por el mariscal Jalifa Hafter, tutor del gobierno no reconocido en el este y hombre fuerte del país, privada desde hoy del suministro de electricidad, de agua corriente y de gas, y escenario de combates diarios en los barrios del sur.

En un comunicado enviado a los medios, el llamado Gobierno libio del Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en la capital (GNA) denunció que milicias vinculadas al mariscal (LNA) irrumpieron en la central de Sidi Al Sayeh y cerraron la válvula principal, dejando sin suministro de gas a las estaciones eléctricas que surte a los barrios de la zona oeste y sur.

También a amplias zonas de la ciudad-estado de Misrata, aliada del GNA en la ofensiva "Volcán de la Ira", y a otras ciudades "que se encuentran en completa oscuridad", explicó una fuente de esta plataforma de milicias.

La Compañía de Electricidad General de Libia confirmó este domingo la interrupción del suministro en el gasoducto de Sidi Al Sayeh y aseguró que la acción había hecho descender en 1.000 megavatios la potencia.

"La situación de la red eléctrica es trágica. Estamos trabajando desde la noche para reconstruir la red eléctrica", explicó la compañía, que pretende sustituir la potencia perdida con electricidad procedente de las centrales de Al Zawiya, ciudad situada en la costa oeste, próxima a la frontera con Túnez, y Ubari, en el extremo suroccidental.

Mustafa Sanallah, director de la Compañía Nacional del Petróleo (NOC), detalló, por su parte, que la explosión que destruyó la válvula LVS-5 en Sidi al Sayed, fue resultado de un "acto intencionado" y causará "cargas financieras significativas" al país en un momento en el que la guerra y sobre todo el desplome de los precios del barril de petróleo han producido unas pérdidas a las arcas calculadas en 3.500 millones de dólares.

CORTES DE SUMINISTRO DE AGUA

La interrupción del suministro eléctrico es el último drama que se suma a la trágica situación que padece la población en Trípoli y sus alrededores después de que a principios de esta semana un grupo armado irrumpiera en la central hídrica de Sherif y obligara a los operarios de la misma a cerrar todas las válvulas.

"La acción ha dejado sin agua a Tripoli, Gharyan, a todas las ciudades de las montañas de Nafusa, Tarhouna y Bani Walid", denunció entonces la Autoridad del Río Hecho por el Hombre, el proyecto con el que el derrocado y asesinado dictador Muamar al Gadafi pretendía llevar agua al desierto.

Aunque la institución evitó indicar qué milicia se había apoderado de la central, el GNA acusó a las tropas de Hafter, que asedian la ciudad desde el 4 de abril de 2019.

Desde entonces la larga guerra civil ha devenido en el primer conflicto multinacional totalmente privatizado de la historia contemporánea, dominado por el pulso entre Rusia y Turquía y librado por decenas de milicias locales y grupos de mercenarios extranjeros.

El controvertido oficial, que cuenta con el apoyo de Rusia, Arabia Saudí, Jordania, Egipto y Emiratos Árabes Unidos, lanzó su ofensiva el 4 de abril, con el secretario general de la ONU, Antonio Gutierres, de visita oficial en Trípoli para tratar de revitalizar el exangüe proceso de paz, en un mensaje diáfano a la comunidad internacional y al GNA, al que apoyan Turquía, Italia y Catar.

En el año que dura el asedio han muerto cerca de 1.700 personas -más de 150 de ellas esta semana-, alrededor de 17.000 han sufrido heridas y más de 150.000 se han visto obligados a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos en una guerra que libran también mercenarios rusos, sudaneses, chadianos y sirios, entre otros.

UN DÍA MÁS DE BOMBARDEOS Y COMBATES

Los combates, que en las dos última semanas han segado la vida de más de 200 milicianos de ambos bandos, se intensificaron hoy en el sur de Trípoli, y en particular en la localidad de Tarhouna, una de las que forman el amplio y estratégico eje meridional que rodea la capital, esencial para la conquista o defensa de la ciudad.

Fuentes del GNA responsabilizaron al LNA de un bombardeo que de madrugada destruyó un edificio en la localidad de Sawani, en el mismo eje meridional de la capital, que según su relato se utilizaba como almacén de medicamentos, en particular para la lucha contra el COVID-19, también detectado en el país.

Las mismas fuentes aseguraron que lograron destruir varios blindados emiratíes en combates en la capital y expulsar a mercenarios rusos y sudanes de Hafter de posiciones cerca de la ciudad de Bani Walid, 250 kilómetros al sur de Trípoli.

Responsables del LNA denunciaron, por su parte, la llegada de 300 nuevos mercenarios enviados por Turquía para reforzar las filas del GNA procedentes de las brigadas Firkat As-Sultan Murad, Sukur Al-Shimal y Feylak Al-Sham

"Turquía, bajo un pretexto fraudulento, envía prisioneros kurdos a Libia para realizar trabajos de seguridad. A cambio, les promete una amnistía para los kurdos, involucrándolos en la lucha contra nuestras fuerzas armadas", denunciaron.

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