Putin y Biden rebajan la tensión con el tratado de armas nucleares

Nuevos aires se perciben entre Rusia y Estados Unidos. Ambas naciones han acordado extender el tratado sobre Medidas para la Reducción y Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas (Nuevo START) sin condiciones previas.

Nuevos aires se perciben entre Rusia y Estados Unidos. Ambas naciones han acordado extender el tratado sobre Medidas para la Reducción y Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas (Nuevo START) sin condiciones previas.

Joe Biden, presidente de EE.UU.

El cambio de presidente en EE.UU. ha hecho que ambas potencias lleguen a un acuerdo. Según reseña Xavier Colás, corresponsal en Moscú del diario El Mundo, la prolongación se hizo “según nuestros términos. Durante cinco años sin condiciones previas, sin añadidos, sin apéndices de ningún tipo”, presumió el viceministro ruso de Relaciones Exteriores Serguei Ryabkov. La extensión no pone bajo control todas las armas nucleares pero evita, de momento, una nueva carrera armamentista.

Rusia y Estados Unidos completarán “en los próximos días” todos los procedimientos necesarios para la prórroga del START. Así lo ha anunciado el Kremlin al término de una conversación telefónica mantenida entre los presidentes ruso y estadounidense, Vladimir Putin y Joe Biden.

Biden ya se había mostrado a favor de una ampliación del tratado por cinco años. El START fue firmado en 1991 por los entonces líderes de Estados Unidos y de la Unión Soviética, George H.W. Bush y Mijail Gorbachov. En abril de 2010, el acuerdo fue reemplazado por el tratado New Start, firmado por los entonces mandatarios de Estados Unidos y Rusia, Barack Obama y Dimitri Medvedev. Ahora hay urgencia por renovarlo, porque caduca el 5 de febrero.

Según informa The New York Times, durante la noche del lunes los países intercambiaron notas diplomáticas para extender el tratado por cinco años, el máximo permitido en su texto. El anterior presidente de EE.UU., Donald Trump, había declarado que no lo ampliaría a menos que China también se uniera. Los chinos rechazaron en todo momento la idea y señalaron que ellos tienen menos de 300 armas nucleares desplegadas.

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