Crecen tensiones entre EE.UU. y China por Taiwán

Actualizado
  • 30/07/2021 00:00
Creado
  • 30/07/2021 00:00
El último incidente tuvo lugar en el mar de China con un buque estadounidense. Pekín acusa a Estados Unidos de generar inestabilidad en la región, mientras Washington ratifica su postura de contener al gigante asiático
Reunión entre el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, y la subsecretaria de Estado de EE.UU., Wendy Sherman.

Esta semana subió el tono de las declaraciones de Estados Unidos y China en torno a las diferencias sobre el estrecho de Taiwán.

El Gobierno chino denunció la presencia de un destructor de misiles en la mar de China, considerándolo como una amenaza a la paz.

De acuerdo con declaraciones del portavoz del mando del Teatro Oriental del Ejército chino, el coronel Shi Yi, estas maniobras ponen en riesgo el equilibro de la zona y calificó a Estados Unidos como “el mayor destructor de la paz y estabilidad en la región”.

Yi hace referencia al USS Benfold, un buque de clase Arleigh Burke perteneciente a la Armada de Estados Unidos, que hizo su paso por el estrecho.

En el pronunciamiento de Yi, recogido por el diario chino The South China Morning Post, aseguró que las fuerzas militares de su país están “preparadas” para responder a cualquier amenazas en la zona.

Pekín ha pedido también esta semana a Washington que retire “todas las sanciones unilaterales, los altos aranceles, la jurisdicción de manos largas, y el bloqueo tecnológico” que afectan al país asiático, informó EFE citando agencias chinas.

El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, fue el encargado de transmitir estas peticiones a la subsecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman, durante una reunión que ambos mantuvieron este lunes en la ciudad nororiental china de Tianjin.

En este encuentro, Wang invitó a Sherman a que Washington regresara a una política “racional y pragmática”.

En general, según el texto publicado por Xinhua, el tono del encuentro fue un eco de la línea dura mostrada durante el mantenido entre ambos países el pasado mes de marzo en Alaska.

En este sentido, el canciller chino comentó que “en vista de las graves dificultades y desafíos de la relación entre China y Estados Unidos, hace falta una consideración seria por parte de EE.UU. a la hora de hacer las elecciones correctas sobre si las relaciones bilaterales llevarán a la confrontación o a la mejoría”.

La conversación también versó sobre temas escabrosos como la situación en Hong Kong y en las regiones occidentales de Xinjiang y Tíbet, respecto a lo que Wang dijo que “nunca fueron asuntos de derechos humanos o democracia, sino de combatir la independencia de Xinjiang, la independencia de Tíbet y la independencia de Hong Kong”.

La cuestión de Taiwán –isla gobernada de manera autónoma desde 1949, pero cuya soberanía reclama Pekín– no faltó durante la charla: el canciller chino la consideró “incluso más importante” que las anteriores y señaló que “si fuerzas independentistas taiwanesas se atreven a provocar, China tiene el derecho de tomar cualquier medida para pararlo”.

En un tono más conciliador, Wang ofreció una “coexistencia pacífica a través del diálogo”.

Por su parte, tampoco Estados Unidos pareció dispuesto a ceder un ápice de terreno respecto a posturas previamente manifestadas.

El secretario de Estado, Anthony Blinken, advirtió este miércoles durante su visita a India sobre su preocupación de la influencia china en Asia.

Uno de los principales temas de la agenda de Blinken en Nueva Delhi fue precisamente la creciente proyección de China en la región.

En los últimos meses, tropas indias y chinas han mantenido enfrentamientos en su región fronteriza que se han saldado con varios muertos.

Al mismo tiempo, China, uno de los principales aliados de Pakistán, país con el que India ha mantenido varios conflictos armados, está ejerciendo presión en la costa del Pacífico en áreas que hasta ahora dominaba Estados Unidos y sus aliados.

Estados Unidos e India son parte de la alianza Quad, del que también forman parte Japón y Australia, y que fue creada en 2007 para hacer frente a China. Aunque el grupo ha mantenido durante años un bajo perfil, la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, está decidida a resucitar y relanzar la alianza.

Ese mismo día Biden reafirmó la postura estadounidense ante China al señalar que el gigante asiático estaría camino de convertirse en la mayor fuerza militar del mundo y en la economía más grande del planeta, algo que a este paso logrará, dijo, en la década de 2040.

En cualquier caso, admitió que Estados Unidos también tiene que trabajar en cooperación con Rusia y China, aunque sean “competidores mortales”.

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