Europa vuelve a ser el epicentro de la covid-19 y avanza hacia la quinta ola

Europa pareciera encaminarse de a poco a otro invierno de encierro, un déjà vu de lo vivido en diciembre de 2020 tras el creciente aumento de casos por covid-19 y la posible saturación de los servicios hospitalarios.

Según a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el continente contabiliza en ascenso dos tercios de los casos registrados mundialmente en los últimos días, lo que lo ubica nuevamente como el epicentro de la pandemia. De hecho, en esta fase de la crisis Europa se ha convertido en la única región en la que se registra un incremento sostenido de casos a diferencia del resto de otras zonas del mundo.

A la cabeza de los casos acumulados está América superando los 92 millones de contagios, e inmediatamente le siguen las naciones europeas con más de 84 millones.

Luego está el sudeste asiático con 44 millones, el mediterráneo oriental con números por encima de los 16 millones y finalmente África, con 6,2 millones.

Los puestos cambian cuando se miran las cifras de fallecidos. En América se evidencia un aumento del 19%, especialmente por las registros de Estados Unidos, el país con más casos y muertes en el mundo. En Asia los decesos subieron un 29% y en Europa el porcentaje marca un 3%.

Sin embargo, esta situación podría cambiar con el rápido aumento. El Centro Europeo de Control de Enfermedades ya advirtió de una mayor presión sobre los centros hospitalarios, especialmente de los no vacunados.

Al ver la gestión en América Latina, aunque es conocido que los sistemas sanitarios de la región presentan enormes deficiencias –evidenciadas aún más por la pandemia–, los países latinoamericanos han logrado en los últimos meses evitar la saturación de sus hospitales. Un logro acompañado por un impulso amplio y sostenido de la vacunación, de acuerdo con el último informe de la Organización Panamericana de la Salud.

En contraste, los europeos –que iniciaron mucho antes sus campañas de inmunización al ser los primeros en tener accesos a los viales– con el tiempo han ido quedando rezagados. Un hecho que coincide con una mayor resistencia de ciertos sectores de la población a recibir la dosis anticovid.

Algo similar ocurrió con las medidas de restricciones, mucho más laxas en algunos Estados europeos en comparación con lo ocurrido en América Latina.

“Europa también es muy heterogénea. Países como España, Portugal o Italia tienen una alta tasa de adultos vacunados. Al parecer, en los países más afectados durante las primeras olas, la pandemia dejó una marca más fuerte. Eso explicaría también por qué la gente en América Latina está más dispuesta a vacunarse o vacunar a sus hijos”, subraya a la DW, el docente y virólogo Felix Drexler, de la clínica universitaria Charité de Berlín.

Más allá de los números y las similitudes con lo ocurrido durante los picos de casos en 2020, hay elementos nuevos que complican la respuesta de los gobiernos en la contención del virus.

Además de la aparición de la variante delta –más mortal y contagiosa–, uno de los problemas es el rechazo de sectores importantes de la población a ciertas restricciones básicas como el uso de mascarillas. Una resistencia que crece aún más si se trata de volver a las restricciones de movilidad impuestas el año pasado.

Por ahora las posturas han sido variadas entre los gobiernos de la Unión Europea.

La línea más dura la ha retomado Austria, luego de ordenar inicialmente el confinamiento obligatorio para las personas no vacunadas y luego de manera general desde este 22 de noviembre.

“A pesar de meses de persuasión, a pesar de todas las campañas en los medios de comunicación, a pesar de todo, no hemos podido convencer a la gente de que se vacune. Así que nos vemos abocados a una decisión muy difícil, la decisión de que debe comenzar rápidamente una vacunación obligatoria a nivel nacional. La vacunación es el único camino para salir de este círculo vicioso”, argumentó el canciller austriaco Alexander Schallenberg, para justificar la medida.

En Alemania, para usar el transporte público se debe estar vacunado, recuperado de covid-19 o tener un resultado negativo. Se espera que el nuevo gobierno germano apruebe una norma para impulsar la vacunación voluntaria en el sector público.

En Francia, por su parte, se está apostando por incrementar la aplicación de la tercera dosis y generalizarla para todo los mayores de 18 años, esto después de que en septiembre estableciera la obligatoriedad de la vacunación para los trabajadores del sector público. Con esta política, en principio tratarían de evitar algún tipo de encierro.

Italia mantiene medidas parecidas, ampliando las restricciones de servicios para los no vacunados junto con un impulso de las campañas de inmunización.

“Estamos viendo una situación muy grave fuera de Italia en países que son nuestros vecinos, también estamos viendo que nuestra situación en Italia está empeorando lenta pero constantemente”, dijo el primer ministro italiano, Mario Draghi, cuyo gobierno ha limitado el acceso para las personas no vacunadas a bares, restaurantes y otros lugares públicos.

Mientras que Bélgica ha endurecido el uso de las mascarillas, Eslovaquia se sumó a los Países Bajos imponiendo confinamientos temporales, una decisión que ha desatado protestas en toda Europa.

Ciudades en Croacia, Francia, Bélgica y Países Bajos han registrado disturbios con duros enfrenamientos con la policía.

Desde Bruselas ya hay preocupación de que este rebrote amenace la recuperación económica de la zona euro, proyectado para 2022.