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- 10/11/2019 00:00
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El presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó este sábado a la oposición a instalar una mesa de diálogo en busca de la pacificación del país, inmerso en una grave crisis política y social desde las pasadas elecciones con tres fallecidos y cientos de heridos.
Morales compareció ante los medios por primera vez desde que el día anterior comenzaran a amotinarse unidades de la Policía, a la que exigió que cumpla con su papel constitucional.
En una comparecencia en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, convocó al diálogo a los partidos que lograron representación parlamentaria en las elecciones del 20 de octubre.
Las fuerzas políticas que alcanzaron esta representación fueron el gubernamental Movimiento al Socialismo de Morales, proclamado vencedor por el órgano electoral, y los opositores Comunidad Ciudadana, el Partido Demócrata Cristiano y Bolivia Dice No.
El jefe de Estado hizo este llamado "con una agenda abierta a debatir para pacificar Bolivia", en una "reunión inmediata" durante esta misma jornada, para "instalar una mesa de diálogo".
El objetivo, añadió el mandatario, "es preservar la vida" y "buscar la unidad".
Las movilizaciones a favor y en contra del presidente ocurren tras las elecciones en Bolivia, que la oposición y comités cívicos denuncian que fueron fraudulentas y exigen a Morales que renuncie para convocar nuevos comicios.
"Esperamos ser escuchados", dijo Morales, quien invitó a organismos como Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y a "países de cualquier parte del mundo", junto a las distintas iglesias presentes en Bolivia, a acompañar este diálogo.
El mandatario se refirió también a la situación de la Policía Boliviana, en la que desde el viernes se suceden motines según portavoces policiales, mientras que el comando general mantiene que ordenó su repliegue a las comisarías.
Morales instó a los policías a cumplir con la Constitución, "es su misión", para garantizar la seguridad ciudadana.
El presidente reclamó a los comandantes policiales a que demuestren su compromiso y hagan "cumplir con las normas, (...) con su rol que otorga la Constitución".
Morales reiteró su denuncia ante los bolivianos y "el mundo entero" de que en Bolivia se está gestando un "golpe de Estado" para sacarle del poder, en el que lleva desde 2006.
El mandatario pidió a quienes "están contra la democracia" que sean "más solidarios" y actúen con "una política de humanidad".
Igualmente, volvió a defender su victoria en las unas para un cuarto mandato consecutivo hasta 2025 y llamó a los movimientos sociales de "patriotas" que le apoyan a que la defiendan de manera pacífica, frente a "grupos violentos, antidemocráticos, que no respetan los resultados, no respetan la paz social".
Morales insistió en que las movilizaciones tienen que "evitar sangre" y ni la Policía ni las Fuerzas Armadas "pueden mancharse con al sangre del pueblo".
El Gobierno boliviano asegura que no tiene previsto movilizar a militares ante la situación en el país, donde tras las elecciones murieron al menos tres personas y 383 resultaron heridas en incidentes violentos, según datos de la Defensoría del Pueblo.
El jefe de Estado boliviano hizo esta comparecencia sin preguntas en el hangar presidencial del aeropuerto militar de El Alto, acompañado por el vicepresidente, Álvaro García Linera, y el canciller de Bolivia, Diego Pary.