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- 23/10/2014 19:04
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Una comisaria de la policía brasileña que se destacaba por su lucha contra las "milicias", como son conocidos los grupos paramilitares que combaten el narcotráfico en Río de Janeiro, fue hallada hoy muerta en su casa, aparentemente asesinada, informaron fuentes oficiales.
El cuerpo de la comisaria Tatiene Damaris Furtado, adjunta de la XXXVI Comisaría de Policía Civil del estado de Río de Janeiro, fue encontrado en su residencia, en la zona oeste de la ciudad, con hematomas en diferentes partes del cuerpo, pero sin señales de heridas de bala o de objetos cortantes, informó la policía.
La investigación fue asumida por la División de Homicidios de la Capital, que considera el caso como un asesinato por los indicios de que la víctima luchó con alguien y que calcula que el crimen ocurrió hacia las 12.30 hora local (14.30 GMT).
Furtado se había convertido en una dura rival de las "milicias", organizaciones ilegales integradas por policías y expolicías que expulsaron a las bandas de narcotraficantes de algunas favelas de Río de Janeiro, pero que impusieron un régimen similar al de los vendedoras de droga.
Las "milicias" cobran "impuestos" por seguridad y por servicios como el transporte y el gas en las favelas que controlan, en su mayoría ubicadas en la zona oeste de Río, donde residía la comisaria.
Pese a que los policías responsables por la investigación no descartan otras hipótesis, aseguran que están centrando su trabajo en la posibilidad de una venganza de "milicianos" o en hasta un crimen pasional.
El viudo de la víctima fue uno de los primeros en ser citados como testigo, pero la Policía no ha aclarado si también estaba en la residencia en el momento del crimen.
Los detectives ya solicitaron imágenes de todas las cámaras de vigilancia instaladas en el edificio en el que vivía la comisaria y en locales vecinos y dicen tener una larga lista de testigos que pretenden escuchar.
Furtado fue admitida en la Policía Civil en 2005 como especialista en identificación de huellas digitales y tres años después fue ascendida a comisaria tras ser aprobada en el respectivo concurso.
Antes de comenzar a actuar en Santa Cruz, barrio de la zona oeste de Río de Janeiro con importante presencia de las "milicias", fue comisaria asistente en los barrios vecinos de Campo Grande y Bangú, en los que estas organizaciones también tienen influencia.
La comisaria, que tenía dos hijos menores de edad, había relatado a amigos que venía siendo amenazada por "milicianos".