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- 06/08/2011 02:00
- 06/08/2011 02:00
BRASIL. Cerca de 330 mil procesos fueron abiertos y 111 mil agresores fueron condenados en Brasil desde el 7 de agosto de 2006, cuando fue promulgada la ley Maria da Penha que castiga la violencia contra las mujeres, según datos del Consejo Nacional de Justicia del país sudamericano.
La norma, considerada un modelo en la prevención de la violencia doméstica, fue sancionada cinco años atrás por el entonces presidente Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, y su nombre rinde homenaje a Maria da Penha Maia, una mujer víctima de la violencia que se transformó en un símbolo de lucha en el país sudamericano.
En 1983, Maria había sufrido dos tentativas de asesinato a manos de su marido, recibiendo en la primera ocasión un disparo que la dejó parapléjica, y en la segunda, estuvo a punto de ser electrocutada.
Aunque el agresor fue condenado ocho años después, consiguió eludir la pena con diversos recursos jurídicos.
El caso llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), que acató por primera vez una denuncia por crimen de violencia doméstica, obligando al agresor a cumplir dos años de prisión.
Finalmente, la lucha de Maria da Penha condujo a la sanción de la ley que castiga con penas de hasta de tres años de prisión al hombre que golpee a su mujer dentro de casa.
La norma define a la violencia doméstica como una de las formas de violación de los derechos humanos, y permite que los agresores sean detenidos cuando amenacen la integridad física de la mujer.
Entre las medidas para proteger a la mujer agredida, que está en situación de agresión o corre riesgo de vida, están la salida del agresor del hogar, la protección de los hijos y el derecho de la mujer a disponer de sus bienes.
Las mujeres en peligro pueden también alejarse hasta seis meses de su trabajo sin riesgo de perder el empleo si es constatada la necesidad para mantener su integridad física o psicológica.
En un acto realizado este jueves en el Senado para conmemorar el aniversario de la ley, la senadora Marta Suplicy destacó los avances en la protección de la mujer obtenidos con la edición de ese instrumento jurídico, pero subrayó que el camino para el respeto total es largo.
‘Demoró mucho tiempo para que el país tuviera una ley que cohibiese la violencia contra la mujer brasileña. La ley es educativa, pedagógica, es un proceso, pero la Maria da Penha comienza realmente a tener efectos’, afirmó.
Suplicy celebró también la reciente decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) que ratificó la ley y rechazó la decisión de jueces de primera instancia que pretendían relativizar la aplicación de las penas.
De acuerdo con una encuesta oficial, el sentimiento de que las leyes protegen a las mujeres pasó de 13% en 2007 a 19% en 2011.
El servicio telefónico 180, utilizado para denuncias contra agresores, recibió desde abril de 2006, cuando fue creado, hasta junio de este año, 435 mil llamados vinculados a la ley Maria da Penha.
Según la Secretaría de las Mujeres de la presidencia brasileña, 64% de las denunciantes tiene entre 20 y 40 años, 46% cursó parte o toda la enseñanza básica, 40% convive con el agresor desde hace más de 10 años y 87% es la propia víctima la que denuncia.
El informe también indica que el 59% de las víctimas declaró que no dependen financieramente de sus agresor, y en 72% de las situaciones los agresores son los maridos.