Dinero del narco, la llave maestra de todos los capos

Actualizado
  • 02/03/2014 01:00
Creado
  • 02/03/2014 01:00
La recaputra de Joaquín Guzmán Loera, alias el ‘Chapo’, ha levantado el viejo polvo guardado debajo de la alfombra.

La recaputra de Joaquín Guzmán Loera, alias el ‘Chapo’, ha levantado el viejo polvo guardado debajo de la alfombra.

Hoy, nuevamente, bajo la tutela de las autoridades judiciales mexicanas, muchos temen que el Chapo vuelva a intentar una de esas creativas formas de evadir la ley, especialmente ante la presión de los Estados Unidos, para lograr su extradición y que rinda cuentas en varios Estados de esta nación que lo requieren por meter cantidades masivas de cocaína, entre otros cargos. Ha sido tan amplio su emporio que, seguramente, ni el capo o las autoridades estadounidenses conocen con exactitud la cantidad de droga que exportó el cartel de Sinaloa al norte.

Y aunque en estos momentos la posibilidad de una extradición a los Estados Unidos no parece ocurrir en forma inmediata, debido a los procesos burocráticos que hay que cumplir entre ambos países, la directora del penal de Altiplano Marissa Quintanilla, donde está recluido el Chapo, se debe sentir más vigilada que el propio inquilino.

El gran misterio para la mayoría sigue siendo cómo escapó el Chapo de Puente Grande. Respuesta que ahora se convierte en la ‘Caja de Pandora’ que reta al gobierno de Enrique Peña Nieto a introducir la llave, para que finalmente se desmitifique la historia.

Un 9 de junio de 1993, el Chapo fue detenido en la frontera de Guatemala y México y de inmediato fue trasladado al penal de Altiplano, donde casualmente hoy pasa nuevamente sus primeros días privado de libertad. Tres años después, transfirieron al Chapo al penal de Puente Grande, ubicado en Jalisco, donde planeó su fuga y la concretó en el 2001. Guzmán Loera no solo se convirtió en un hombre libre, sino en un personaje rodeado de misterios, poder, violencia, impunidad, dominio, y un sin fin de adjetivos que hicieron del Chapo, no solo el hombre más buscado por las agencias de inteligencia y los servicios policiales en el mundo del narcotráfico, sino el más respetado en su tierra natal: Sinaloa. Mientras estuvo en Puente Grande no hubo duda de que él tenía el mando del penal; decidía quien entraba y salía, quien podría ser transferido; tenía a dos custodios del mismo centro a su servicio que le hacían los mandados cuando lo requería; prestaba su celular a cientos de internos para que llamaran a su familia; solicitaba la visita de médicos de su confianza; ordenaba comidas especiales de las que degustaba mucho, como el caldo de res con mazorca. No se hacía nada si el ‘jefe’ no lo autorizaba.

EL SOBRESALTO SU FUGA SE CONVIRTIÓ EN UNA LEYENDA URBANA CONFUSA, CON ASTERISCOS Y DUDAS SIN RESPUESTAS. LA VERSIÓN OFICIAL DE AQUEL 19 DE ENERO EN QUE SE REPORTÓ LA AUSENCIA DEL NARCOTRAFICANTE EN EL PENAL, SEÑALA QUE GUZMÁN LOERA ESCAPÓ DE SU CELDA UBICADA EN EL MÓDULO 3 DEL PENAL. EL GOBIERNO DEL PANISTA VICENTE FOX RECIÉN HABÍA TOMADO LAS RIENDAS DEL PAÍS. LA AVERIGUACIÓN PREVIA DE LA PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA (PGR) INDICA QUE A LAS 9:45 DE LA NOCHE DE AQUEL VIERNES EL CHAPO SE DIRIGIÓ AL ÁREA DE LAVANDERÍA DEL PENAL DONDE SE ESCONDIÓ EN UN CARRITO CUBIERTO CON UNA SÁBANA Y COLCHÓN Y LOGRÓ TRASPASAR TRES PISOS Y SEIS CONTROLES DE SEGURIDAD DEL PENAL PARA LLEGAR AL ESTACIONAMIENTO Y LOGRAR SU LIBERTAD. UNA EXPLICACIÓN MÁS QUE EXPLICATIVA LO QUE EVIDENCIABA, ERAN LOS LAXOS CONTROLES QUE HABÍA EN EL PENAL Y QUE EL CHAPO REALMENTE ERA QUIEN MANDABA AHÍ DENTRO. TAL VEZ, LO ÚNICO SEGURO EN LAS MÚLTIPLES VERSIONES QUE HAN TRATADO DE MOSTRAR LA ASTUCIA DEL CHAPO PARA DEJAR LA CÁRCEL, ES QUE LA EXPLICACIÓN OFRECIDA POR LA PGR ES LA MENOS CERTERA. VARIAS INVESTIGACIONES EFECTUADAS POR LOS PERIODISTAS MEXICANOS, JESÚS LEMUS Y ANABEL HERNÁNDEZ, SE HAN ENCARGADO DE DESMENTIR AL PGR. EN SU LIBRO LOS SEÑORES DEL NARCO, ANABEL HERNÁNDEZ PONE AL DESCUBIERTO LAS RELACIONES QUE EL CHAPO MANTENÍA CON FUNCIONARIOS DEL ESTADO MEXICANO. Y, JESÚS LEMUS, UN PERIODISTA ACUSADO INJUSTAMENTE POR EL GOBIERNO DE FELIPE CALDERÓN DE PERTENECER A UNA CÉLULA DE NARCOTRÁFICO PASÓ TRES AÑOS EN LA MISMA PRISIÓN DE DONDE SE ESCAPÓ EL CHAPO, EN PUENTE GRANDE. AHÍ SE ENTERÓ DE MUCHAS ANÉCDOTAS QUE PLASMA EN LOS MALDITOS, CRÓNICA NEGRA DESDE PUENTE GRANDE. A LEMUS LE NARRÓ LO OCURRIDO CON EL CHAPO UN INTERNO DEL PENAL QUE VIVIÓ LA FUGA DEL CHAPO. Y LEMUS LO RECOGE EN SU LIBRO. AMBOS COLEGAS COINCIDEN EN LOS HECHOS, DESCRIBEN A SU MANERA Y DE FORMA EXQUISITA EL GRAN ESCAPE. RECUENTO QUE SE PRETENDE RESUMIR A CONTINUACIÓN HACIENDO UNA CRONOLOGÍA QUE MEZCLA AMBOS TEXTOS.

LA FUGA

Aquel 19 de enero los empleados que monitoreaban las cámaras de videovigilancia fueron distraídos de sus funciones. Como a las diez de la mañana, el Chapo jugó voleibol en el patio del penal. Era un viernes corriente. Día en que el Chapo usaba agasajar a los internos, guardias y funcionarios del penal con música en vivo y comida especial. Un día también, en el que Guzmán Loera acostumbraba pasar con su novia que venía a visitarlo como de costumbre. Pero ese día no mandó traer a la novia, esa era la noticia en el penal.

De la dirección del penal habían notificado que vendría una delegación de la Comisión de Derechos Humanos a revisar el centro de cumplimiento, razón que le enviaron directo al Chapo para que por ese día el mando del penal estuviera en manos de la dirección, y no del capo, como era lo habitual.

Toda la mañana se la pasó platicando con gente de su confianza, con Héctor Salazar, alias el ‘Güero Palma’ y con Arturo Martínez Herrera, alias el ‘Texas’, una reunión que empezó como a las 11:25 am y duró unos 20 minutos. Más tarde, recibió en su celda a varios comandantes y al médico del penal. El Chapo hizo varias llamadas telefónicas desde el patio, se arrinconaba para evitar ser escuchado. Aquella tarde también arribó a Puente Grande el sub secretario de Seguridad Pública Jorge Tello Peón pasado el mediodía, donde permaneció escasos 45 minutos. Cuando llegó, el Chapo recibió una nota de manos de una tercera persona enviada que le había entregado un guardia de la prisión donde estaban escritos los nombres de Tello Peón y sus acompañantes.

Al culminar la inspección del sub secretario, la persona encargada de vigilar las cámaras se le asignó que llevara a la central camionera a una persona. Sólo una orden instruyó el sub secretario; solicitó que el Chapo, el Güero Palma y el Texas fueran trasladados al Centro de Observación y Clasificación (COC) del penal. En tanto, en los pasillos del penal el Chapo manifestó que le dolía la cabeza. Unos momentos después de la partida del funcionario, llegó una revisión de México. Varios uniformados vestidos de negro y con capuchas, en la espalda algunos tenían las letras de la PGR y otros las de la Policía Judicial. La revisión transcurrió en forma tranquila, el Chapo ya había alertado a los internos de la movilización de los policías que buscaban armas y droga en todo el penal. Pero no fue hasta el día siguiente cuando todo el penal se llenó de uniformados. Interrogaban a uno por uno en el área de la enfermería, ahí fue cuando el resto se enteró que el legendario Chapo se había fugado de la cárcel. El ‘jefe’ como le llamaban en la prisión se salió vestido de policía, por eso fue que después encontraron ese uniforme en la enfermería. A las 8 de la noche se notó la ausencia del reo y de inmediato se activó el código rojo en la prisión. El Chapo salió vestido de policía, junto con los otros uniformados que supuestamente hacían la revisión. No fue en un carrito de lavandería como dijo el gobierno, pues esa área —la lavandería— se encuentra dentro del anillo de seguridad y tendría que haber burlado otras tres aduanas que distan unos tres kilómetros para llegar a la calle. El Chapo, una vez en la enfermería esperó en ese lugar a que se diera el código rojo por su ausencia, alguien le ayudó a esconderse. Al momento en que las alarmas se activaran el Chapo sabía que arribarían policías a relevar a todos los mandos de la cárcel. Cuando eso ocurrió la gente que lo apoyó se acercó a la enfermería. El ‘jefe’ se puso el traje de policía y se quitó el de preso. Se confundió con el resto del personal policial; capucha, casco y uniforme negro. Durante la revisión, los internos notaron un policía con similar contextura al del Chapo, levantaba el hombro izquierdo y movía el cuello como cuando el hombre se ponía nervioso, además notaron que tenía similitud a la forma de caminar del Chapo. El individuo se paseó toda la noche por los módulos del penal, hablaba bajo y algunos dicen que lo alcanzaron a reconocer. Pero sin que se supiera rastro de él, el Chapo había dejado un mensaje muy claro para muchos; que la mejor llave que abre la puerta es el billete.

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