La deriva de un proceso sinla figura

Actualizado
  • 06/03/2013 01:00
Creado
  • 06/03/2013 01:00
Uno de los elementos más desconcertantes del proceso político venezolano de la última década, es su caracterización. De qué se trataba e...

Uno de los elementos más desconcertantes del proceso político venezolano de la última década, es su caracterización. De qué se trataba ese proceso que tenía como figura central a un exmilitar hecho presidente. Un movimiento social de masas desbordante; una modalidad de liderazgo definido como carismático, que seducía a amplios sectores de la población; una ideología que interpelaba a la sociedad por un futuro distinto (‘socialismo del siglo XXI’ ); o un régimen político que instauraba en Venezuela, un nuevo orden político de participación social. Sin duda, que todos esos elementos están presentes. Aún cuando su expresión más visible, fuese la personalidad de Hugo Chávez que interpretaba, uno de los liderazgos más ‘extrovertidos’ de la política latinoamericana.

No debemos olvidar, que Hugo Chávez irrumpe en la política venezolana caracterizada, por un sistema de partidos desprestigiados y un régimen político definido por la venalidad, constituido en la cúspide por una elite política corrupta, sin canales de comunicación con la sociedad civil, en un contexto social de empobrecimiento y desarticulación social. Es en este escenario, donde la transformación de ese régimen político de corrupción, requería de la construcción de un nuevo actor colectivo, al margen de un sistema de partidos que no interpretaba a nadie. Ese actor colectivo de carácter ‘popular’ es lo que encarnaba Chávez.

Un estudioso de los movimientos sociales latinoamericanos (E. Laclau), manifestaba que en el proceso político venezolano estaban presente todos los elementos de una ruptura radical con el pasado régimen político: a) la movilización de masas, especialmente las desposeídas; b) la constitución de un actor, llamado pueblo; c) la configuración de un sistema de símbolos de naturaleza ideológica, que constituyen elementos colectivos de identidad ( el bolivarismo); y por último, su completa síntesis, un líder de estatura colosal.

En el contexto latinoamericano, el régimen de Chávez está vinculado con la denominada ‘tercera ola de la democratización’, que instauran una lógica de ampliación de la participación política al margen de sus características socio-económicas. Ellos establecieron en el caso latinoamericano—Chávez, Evo Morales en Bolivia y Correa en Ecuador— regímenes que respondían en gran medida a profundos déficits institucionales en la representación y participación política, especialmente ahí donde se organizaron sistemas políticos elitistas y excluyentes, sin conexión con emergentes actores de la sociedad civil. Pareciera que es el clamor por formas inéditas de participación política, por hacerse sentir en el espacio público, lo que constituye el dínamo de estos procesos.

La muerte de Chávez es la prueba de fuego para una modalidad de orden político que solo podía ampliar la democracia por medio de métodos populistas, orientado a crear un modelo de sociedad que sacrificó algunos conceptos de la democracia liberal, y que en caso venezolano aspira a permanecer si Chávez.

SOCIÓLOGO- FLACSO

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