Parque Nacional Coiba: hogar de más de 800 especies marinas, 66 son únicas en el mundo

Los resultados proporcionarán insumos científicos sólidos para la creación y mejora de estrategias de manejo y conservación para estas especies

El Parque Nacional Coiba , ubicado en Panamá, es un patrimonio mundial designado por la Unesco y es la zona de protección marina más extensa de Centroamérica y el Caribe.

A pesar de su biodiversidad e importancia ambiental, no había un registro oficial de los parámetros fisicoquímicos del medio marino, los cuales permitan comprender la dinámica de los ecosistemas marinos.

En consecuencia, la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) realizó un Café Científico sobre las investigaciones realizadas en los ambientes marino-costeros en el Parque Nacional Coiba (PNC), en conmemoración del Mes de los Océanos

El investigador de la Universidad Tecnológica de Panamá, el doctor Jhonny Correa, presentó los resultados de un estudio que comprende ocho giras realizadas en 2023 y 2024, en los que describió los parámetros fisicoquímicos de la columna de agua marina a diferentes profundidades en la zona este de Isla Coiba, generando el primer registro detallado de esta zona.

Dentro del laboratorio, dijo, se determinaron las concentraciones de los nutrientes marinos (nitratos, fosfatos y silicatos).

“Estos parámetros, además de ayudar a comprender los procesos que se dan en los ecosistemas de las aguas marinas en la zona de estudio, sirven de referencia de un ambiente poco perturbado por actividades humanas”, comentó.

La doctora Miryam Venegas-Anaya, docente investigadora asociada al Centro de Investigaciones Hidráulicas e Hidrotécnicas, abordó el tema “La estructura trófica y el funcionamiento de un ecosistema marino protegido tropical: el caso del Parque Nacional Coiba, Panamá”.

Mencionó que el PNC destaca por su excepcional biodiversidad terrestre y marina, albergando más de 800 especies marinas, entre las cuales 66 son endémicas.

Venegas-Anaya destacó que este parque forma parte del Corredor Marino del Pacífico Tropical Oriental, una iniciativa regional destinada a la conservación de la biodiversidad y al manejo sostenible de los recursos marinos en esta zona del océano.

Recordó que un estudio de 2021-2022 analizó la estructura y el funcionamiento del ecosistema marino costero del PNC mediante un modelo trófico con 42 grupos funcionales y se evaluó en función de la calidad de los datos ingresados y su coherencia ecológica y biológica.

“Los resultados muestran que el ecosistema está en una fase de desarrollo temprano, con desequilibrio energético y una eficiencia moderada en la conversión de energía en biomasa”, manifestó la doctora.

Se observó una fuerte conectividad en los niveles tróficos bajos, pero escasa representación en los niveles superiores, lo que indica una posible vulnerabilidad frente a distintas amenazas. Se recomienda aplicar estrategias de manejo para proteger a los grupos más frágiles”, añadió.

La Isla Coiba alberga un sin fin de peces.
Seis años de monitoreo

El profesor. Ángel Vega, director del Centro de Capacitación, Investigación y Monitoreo de la Biodiversidad en el Parque Nacional Coiba de la Universidad de Panamá (CCIMBIO-CRUV-UP), presentó el tema “Agregaciones reproductivas de peces: seis años de monitoreo”.

Detalló que en el 2012 se reportó, por primera vez para el Pacífico Oriental Tropical, agregaciones reproductivas de pargos seda y mancha en el PNC.

Estos eventos de reproducción masiva en peces, dijo, es una estrategia reproductiva para garantizar la supervivencia de la especie.

Un monitoreo iniciado en 2020 confirma que, al menos siete especies se reproducen de esta forma en la zona: cuatro pargos, un serránido, un lábrido y un caránjido, en tres localidades dentro del PNC y un sitio en Islas Secas.

Se ha asociado los desoves masivos al comportamiento oceanográfico del Golfo de Chiriquí y se ha determinado un aumento significativo del desembarque de pargos durante los meses donde ocurre el evento, lo que pone en riesgo la supervivencia de la especie. Estos estudios buscan aportar información clave para la toma de decisiones informadas en los planes de ordenamiento pesquero en el PNC.

El investigador Erasmo Sánchez, asociado al Centro de Capacitación, Investigación y Monitoreo de la Biodiversidad en el PNC de la Universidad de Panamá (CCIMBIO-CRUV-UP) presentó la conferencia: “Un viaje a través del océano, tecnología y conservación”.

El investigador explicó cómo los tiburones y tortugas marinas son consideradas especies indicadoras de conectividad a gran escala, lo que las convierte en un componente clave para entender la dinámica de los ecosistemas marinos.

Durante su proyecto, un total de 12 tortugas verdes (Chelonia mydas) y 12 tiburones martillo comunes (Sphyrna lewini) fueron etiquetados con marcas satelitales en el PNC e Isla Cébaco, Golfo de Chiriquí, para conocer sus patrones de movimiento tanto en aguas panameñas como en la región del Corredor Marino del Pacífico Oriental Tropical (Costa Rica, Colombia y Ecuador).

Los resultados mostraron que tanto las tortugas como los tiburones presentaron movimientos locales dentro de áreas protegidas de Panamá y desplazamientos hacia otras áreas protegidas de la región, principalmente en Colombia y Costa Rica, demostrando conectividad ecológica a escala nacional y regional.

Estos resultados proporcionarán insumos científicos sólidos para la creación y/o mejora de estrategias de manejo y conservación para estas especies en Panamá.

Este proyecto fue coejecutado por el Centro de Capacitación, Investigación y Monitoreo de la Biodiversidad en el Parque Nacional Coiba de la Universidad de Panamá (CCIMBIO-CRUV-UP), Fundación MarViva y la Federación de Pescadores Artesanales del Área de Influencia del PNC (FEPACOIBA), y financiado por organizaciones internacionales como Shark Conservation Fund y PEW Bertarelli Ocean Legacy.

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