Presidenta de Taiwán deberá negociar con China

La gravedad y urgencia de los desafíos interiores que vive Taiwán inclinarán a la nueva presidenta, Tsai Ing-wen, a un entendimiento con China mayor del que pudiera esperarse de su orientación independentista.

Un buen número de observadores destacó ayer la profesión de pragmatismo político que hizo Tsai en el esperado discurso con el que inauguró su mandato como primera mujer al frente de este pequeño país, en un momento crítico para la entera región del Asia Oriental.

UNA MUJER PRAGMÁTICA

‘La gente ha elegido a un nuevo presidente y a un nuevo Gobierno con una única expectativa: que resuelvan los problemas', declaró Tsai en una ceremonia al aire libre ante la mirada de decenas de delegaciones y periodistas extranjeros.

Tsai fue elegida presidenta el pasado 16 de enero, por abrumadora mayoría, como candidata del Partido Democrático Progresista (DPP, en inglés), una formación que propugna la separación política definitiva de la isla respecto a la China continental.

La República de China, nombre oficial de Taiwán, es ‘de facto' un país soberano e independiente, pero Pekín nunca lo ha reconocido como tal después de la guerra civil que condujo al establecimiento de dos repúblicas chinas diferentes y enfrentadas: una comunista en el continente y otra ‘nacionalista' en la isla de Taiwán, la antigua Formosa.

La abrumadora victoria del DPP en enero, que se hizo no sólo con el control del Ejecutivo sino, por primera vez, también con la mayoría absoluta en el Legislativo, ha abierto una nueva era en la política taiwanesa y ha disparado la alarma por el temor a un enfriamiento en la delicada relación con Pekín.

Pero, sin renunciar a su soberanismo, Tsai fue ayer diplomática en su lenguaje, dialogante en sus planteamientos y realista en sus objetivos.

‘En este preciso momento, Taiwán se enfrenta a una situación difícil que requiere que sus líderes asuman las cargas sin dudar', dijo.