Esta ratificación reforma los artículos 75, 80, 133, 152 y 154 de la Carta Magna salvadoreña, que también anula la segunda vuelta electoral y alarga el...
San Miguelito: del crecimiento explosivo al envejecimiento y abandono


- 02/08/2025 00:00
“Y la ciudad que tiene brazos abiertos en una postal, con los puños cerrados en la vida real”.
Herbert Vianna
San Miguelito, por décadas símbolo del crecimiento urbano acelerado, enfrenta hoy una transformación profunda en su estructura social, demográfica y territorial. Por primera vez desde su fundación como distrito en 1970, las cifras censales no muestran la expansión, sino la contracción de su población. Según el censo de 2023, San Miguelito perdió 34.242 habitantes en los últimos trece años, pasando de una población de 315.019 en 2010 a 280.777 en 2023, una reducción del 11 %.
La pérdida de población no ha sido homogénea. Tres corregimientos concentran los mayores descensos: Belisario Frías, que perdió 11.499 habitantes (una caída del 25,8 %), seguido por Amelia Denis de Icaza, con 9.189 personas menos (−23.9 %), y Belisario Porras, que bajó de 49.367 a 44.129 habitantes, lo que representa una disminución del 10,6%.
El censo 2023 también refleja que buena parte de la migración de este distrito se ha relocalizado en el distrito capital. Así tenemos que 108.655 personas nacidas o residentes originalmente en el distrito de San Miguelito ahora viven en el distrito de Panamá, lo que equivale al 10 % de todos los migrantes internos del distrito capitalino.
Este proceso demográfico se acompaña de una transformación igualmente relevante: el envejecimiento de la población. En el censo de 2023 se evidenció que más del 30 % de la población en todos los corregimientos de San Miguelito tiene 60 años o más, y en algunos casos la proporción supera el 40 %. Mateo Iturralde encabeza esta tendencia con 42,6 % de su población en la tercera edad, seguido por Amelia Denis de Icaza (40,9%), Belisario Frías (40,6%) y José Domingo Espinar (38,3%).
La tercera dimensión crítica del análisis es la criminalidad. En total, se registraron 22.491 delitos de alto impacto en San Miguelito entre 2019-2024, incluyendo homicidios dolosos, robos, hurtos, lesiones personales, violencia doméstica y violación sexual, de acuerdo con el Sistema de Estadísticas Criminales (SIEC), del Ministerio de Seguridad. Belisario Frías es nuevamente el más afectado, con 3.585 casos, seguido por Belisario Porras con 3.535, Omar Torrijos con 2.869, y Amelia Denis de Icaza con 2.795.
Estos corregimientos no sólo concentran la mayor parte de los delitos, sino que también muestran las tasas más altas en crímenes violentos: Belisario Frías, por ejemplo, acumula el 8,3 % de todos los homicidios del distrito y el 7,6% de las violaciones sexuales. Belisario Porras por su parte, registra el 5,7 % de los homicidios y el 3,3% de las violaciones sexuales. Ambos comparten cifras similares respecto a la violencia doméstica con un 4 % para cada uno.
Estos indicadores son el reflejo de las situaciones de desempleo, bajos ingresos e informalidad laboral que aquejan con fuerza a la población de este distrito. Así encontramos que estos corregimientos que registran indicadores negativos de crecimiento demográfico, envejecimiento y criminalidad como Arnulfo Arias, Belisario Frías y Belisario Porras también registran el 75 % de la población con ingresos menores a los B/600.00 mensuales, niveles de desocupación de entre el 5 y 7 % y de 50 % de informalidad laboral. El trasfondo de toda esta crisis social hay que rastrearlo en el origen informal del distrito de San Miguelito.
San Miguelito: un distrito nacido de la informalidad urbana
El elemento central en el surgimiento de San Miguelito se encuentra en la acelerada ocupación informal del cerro San Miguel y de las colinas entre la carretera Transístmica y la quebrada Ojo de Agua -afluente del Matías Hernández-. Este sector corresponde en la actualidad a lo que conocemos como los barrios de Monte Oscuro, Altamira, Santa Clara y San Miguel, San Antonio y Pan de Azúcar, además de los barrios de vivienda social de Paraíso y Villa Guadalupe.
Los datos censales previos a la creación del distrito reflejan con claridad la rápida aglomeración de viviendas de autoconstrucción en lo que en ese entonces era el corregimiento rural de San Miguelito. Así vemos cómo de una población de 12.975 en 1960, pasó a 68.400 habitantes en 1970. Un crecimiento de más del 400 %. Ante esta avalancha, la respuesta estatal se dio mediante dos mecanismos: la construcción de proyectos de vivienda social, y apoyo a la autoconstrucción.
A la creación del distrito de San Miguelito el 30 de julio de 1970, le siguieron otras medidas y proyectos que buscaban dar respuesta a las necesidades de vivienda e infraestructuras de las comunidades que iban surgiendo con cada toma de tierras. Un ejemplo de esto es el Acuerdo 1 de 21 de enero de 1976, que estableció una reducción en el costo de los permisos de construcción, como un estímulo para la autoconstrucción de viviendas a los moradores del distrito de San Miguelito.
La revisión de este documento permite visualizar con claridad cómo seis años después de fundado el distrito, el ritmo acelerado de crecimiento informal continuaba, incorporando nuevas áreas, como Los Andes, Sector 21, Fátima, Valle de Paraíso, Barriada 9 de Enero, en el corregimiento de Amelia Denis de Icaza. Don Bosco, Tinajita, Buenos Aires, Samaria y San Isidro, en el corregimiento de Belisario Porras. La Pulida, Santa Perá, Las Trancas y Cerro Viento en José Domingo Espinar, entre otras comunidades.
Es este proceso el que da forma según a los asentamientos informales donde reside el 47 % de la población del distrito. Esta población -estimada en 134.035 personas- está distribuida en 86 barrios que ocupan 1.396 hectáreas, el 32 % del suelo urbanizado. Un suelo urbano que se caracteriza por la morfología irregular, por lo sinuoso y estrecho de su red vial, y por la implantación irregular -y en ocasiones riesgosa-, de la vivienda en la ladera de los cerros que conforman el distrito. Estas características han derivado en el aislamiento y la dificultad para mantener y gestionar servicios como el de recolección de desechos o el transporte.
La escala y complejidad del problema que afecta a los asentamientos informales en San Miguelito, hacen evidentes años de una política urbana y de vivienda de abandono e inacción. Más preocupante aún es que, a pesar de las claras señales de deterioro que nos brindan los indicadores sociales del distrito, tampoco se genere un debate que busque una reflexión y visibilización del problema. Al final parece que esa ciudad de brazos abiertos tiene no solo los puños, sino los ojos cerrados.
Para visualizar más datos, mapas e historias sobre la ciudad, visita el sitio: https://metromapas.net/