El terrorismo yihadista, la ‘hidra' de Occidente

Actualizado
  • 27/08/2017 02:05
Creado
  • 27/08/2017 02:05
Los recientes atentados en el corazón de Barcelona han vuelto a poner sobre la mesa el papel que han jugado las potencias occidentales en la batalla contra el yihadismo, una lucha que parece no tener fin

En las mitologías de muchos pueblos, es común la existencia de monstruos de múltiples cabezas. La tradición griega destaca entre varias bestias a la Hidra de Lerna, un animal multicefálico con capacidad de regeneración infinita. Bajo esa analogía, el mundo parece enfrentarse a una nueva bestia imbatible, el ‘terrorismo yihadista'.

FUNDAMENTALISMO

Durante al menos cinco meses, Abdelbaki es Satty fue imán en una mezquita de Ripoll, una pequeña ciudad al norte de Cataluña.

El líder religioso es considerado por las autoridades catalanas como el presunto ‘cerebro' detrás de los atentados del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils, que dejaron 14 fallecidos. Es Satty fue identificado como parte de una red de al menos doce yihadistas que planeaban otros ataques en la capital catalana. Su compañero de cuarto e incluso miembros de la comunidad donde se congregaba dijeron en una entrevista a EFE que era una persona ‘muy normal', aunque un poco ‘tímido y cerrado'.

‘No es la primera vez que un movimiento musulmán terrorista se establece y expande gracias a intervenciones de Estados Unidos y de otros gobiernos',

VICENÇ NAVARRO

UNIVERSIDAD DE BARCELONA

Hasta junio pasado era un imán más de la comunidad y no se supo más de él hasta que su nombre apareció en los noticiarios del mundo. Igual que ocurrió en Manchester, Bruselas y París, los perfiles de los terroristas estaban cargados de historias de pobreza, marginalidad, discriminación y su vinculación con el wahabismo , una corriente fanática, religiosa y política que, según especialistas, no tiene nada que ver con lo que es el islam.

Martín Lizzano, practicante del islam y estudioso de la teología, señala que el wahabismo es una distorsión y lo rechazado por la mayoría de los musulmanes en el mundo.

‘Existen textos de ‘sabios' del wahabismo que no tienen ni pie ni cabeza, hay cosas horribles que incluso contradicen el Corán', apunta Lizzano, de nacionalidad argentina y residente en Panamá desde hace cerca de tres años. Subraya además que sería un error generalizar estos extremismos con los musulmanes. ‘No se puede hablar de un solo islam, hay muchas corrientes y visiones, al igual que en el cristianismo, no se puede colocar a los católicos y al Ku Klux Klan en la misma bolsa, aunque ambos se reivindiquen cristianos', apunta.

El problema, explica Lizzano, es que el wahabismo , a diferencia del Ku Klux Klan, mantiene amplias fuentes de financiamiento y patrocinio, fundamentalmente por parte de las monarquías del Golfo, Arabia Saudíta y Catar, donde se encuentra el epicentro de estas corrientes.

‘AMISTADES' PELIGROSAS

Puesto que los Estados catarí y saudí dan cobijo para la difusión de estas expresiones fanáticas, cabe preguntarse por qué los gobiernos de los países occidentales mantienen profundos vínculos con ambas naciones.

Para el profesor y politólogo español Vicenç Navarro, los hilos que agitan el terrorismo yihadista pasan por las capitales saudíes y cataríes, pero también por Madrid, Berlín, París, Londres y Washington.

‘A lo largo de los últimos cuarenta años no es la primera vez que un movimiento musulmán terrorista se establece y expande gracias a intervenciones de Estados Unidos y de otros gobiernos occidentales... que han estimulado el establecimiento y/o la expansión de tales movimientos', asegura Navarro, catedrático en la Universidad de Barcelona.

Arabia Saudita ha sido duramente criticada desde organismos internacionales por violaciones de derechos humanos, en particular contra las mujeres, tratadas como ‘propiedad'; allí se practica la lapidación y el degollamiento como castigo; y a cuyo gobierno se le acusa de mantener vínculos con el Daesh y Al Qaeda.

Al margen de esto, hace poco más de dos meses, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un acuerdo de venta de armas con los saudíes por $110,000 millones.

También los gobiernos de Angela Merkel, canciller de Alemania; y de la primera ministra británica Theresa May, mantienen fluidas relaciones políticas y comerciales con la monarquía saudí. España, escenario del más reciente atentado yihadista, es el tercer mayor vendedor de armas a la Casa de Saúd.

Para Navarro, estas alianzas son puntos de apoyo para viabilizar los intereses de los gobiernos occidentales en algunos países en el Medio Oriente, incluyendo la ‘eliminación o destrucción' de ‘fuerzas políticas nativas'.

EL DETONANTE IRAQUÍ

En 6 de julio de 2016 se hizo público el ‘Informe Chilcot', una investigación encargada por el primer ministro laborista Gordon Brown, sobre la participación del Reino Unido en la Guerra de Irak.

El documento confirmó un ‘secreto a voces mundial', que la invasión de Irak estuvo sustentado en una mentira, nunca hubo armas de destrucción masiva, pero sí consecuencias humanitarias monstruosas, además de acabar con el orden interno del país. En este sentido, el profesor norteamericano Noam Chomsky, en una entrevista al noticiero digital Democracy Now , se refirió a esta intervención como una de las principales causantes del surgimiento de Daesh.

‘(Daesh) no vino de la nada. Es uno de los resultados de que EE.UU. haya estado golpeando a una sociedad muy vulnerable (Irak) con un mazo, que suscitó conflictos sectarios que no habían existido antes, y que se volvieron muy violentos', apunta Chomsky.

Ese caldo de cultivo para el yihadismo, producto de la invasión norteamericana, el caos subsecuente tras la destrucción del Estado iraquí por parte de las fuerzas ocupantes y su posterior balcanización, continuó potenciándose con las intervenciones en Afganistán -esta desde 2001- y el derrocamiento de Muamar el Gadafi en Libia -2011-, cuyo Estado también dejaría de existir tras los bombardeos de la OTAN.

La guerra civil siria, una suerte de ‘reedición' de la campaña de 2003 contra Sadam Husein, ahora buscando la caída del régimen de Bashar al-Asad, sería el último ingrediente que empoderaría más a la ‘hidra yihadista', sostienen los mismos estudiosos.

Un complejo infierno de guerras y conflictos que arroja hoy a millones de refugiados a cruzar el Mediterráneo que, según cifras de Naciones Unidas, podría considerase como la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial.

MATAR A LA ‘HIDRA'

Son un mar de contradicciones las que parecen agitarse en la llamada lucha contra el terrorismo yihadista.

En España, los opositores al gobierno piden revisar las relaciones entre el país europeo y las monarquías del Golfo. Mientras que en Estados Unidos también hay objeciones de algunos senadores por la reciente venta de armas a Riad, aunque sin ninguna respuesta.

En última instancia, pareciera que por el momento la política exterior de los gobiernos occidentales se inclina a una actitud que atinadamente ilustraba con sus palabras el asesor de seguridad del presidente Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, al ser preguntado en 1998 por la revista Le Nouvel Observateur , sobre el financiamiento de radicales fundamentalistas en Afganistán para luchar contra la Unión Soviética.

‘¿Qué es lo más importante para la historia del mundo? ¿El Talibán o el colapso del imperio soviético?', sentenció Brzezinski.

Mientras la política exterior de las potencias occidentales hacia sus vecinos no cambie, la hidra seguirá renovando sus múltiples cabezas.

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