La clínica en cuestión estará provista de pruebas rápidas, kits de sutura, jeringuillas, suministros de oxígeno, vacunas y una pequeña nevera para almacenar...
- 26/11/2025 00:00
En un momento en que América Latina enfrenta presiones autoritarias, crisis institucionales y elecciones con potencial para redefinir el rumbo regional, el segundo conversatorio del Foro Desarrollo, Democracia y Libertad en Iberoamérica reunió este 25 de noviembre a cuatro voces que han vivido de cerca el deterioro democrático: Ana Corina Sosa, Cristian Larroulet, Juan Sebastián Chamorro y Pedro Cateriano. Bajo el título “2026, año clave para el futuro de la región”, el panel ofreció diagnósticos severos, advertencias históricas y llamados a la acción frente a los desafíos que marcarán el próximo ciclo político.
La conversación estuvo marcada por coincidencias sobre un punto central: la región vive un retroceso profundo en libertades, instituciones y cultura democrática, y el 2026 pondrá a prueba la capacidad de resistencia cívica frente a modelos autoritarios consolidados en países como Venezuela, Nicaragua y Cuba, así como ante tensiones políticas crecientes en democracias formales como Chile, México o Colombia.
La intervención más emotiva llegó de la venezolana Ana Corina Sosa, hija de la líder opositora María Corina Machado, quien compartió su experiencia como parte de una generación marcada por el colapso institucional y económico del chavismo. “Nací en una de las democracias más estables de América Latina, pero no crecí en esa Venezuela”, afirmó ante el auditorio.
Sosa subrayó el deterioro económico que, solo entre 2013 y 2023, provocó que el PIB cayera 80%, mientras la producción petrolera se redujo a una quinta parte de los niveles de mediados de los 2000. Ese declive generó una diáspora de casi nueve millones de personas y una pobreza extrema que afecta “a más del 76% de la población en un país con las mayores reservas de petróleo del mundo”.
El relato personal dio un giro aún más crudo al referirse a la situación de su madre, perseguida desde hace más de una década: “Hoy lleva más de 12 años sin poder salir de Venezuela y alrededor de un año y medio viviendo en la clandestinidad. No sé dónde está ella”, confesó.
Sosa denunció que colaboradores, simpatizantes y ciudadanos que ofrecen apoyo a Machado son encarcelados, exiliados o víctimas de represalias económicas. Ella misma lleva 12 años fuera de su país, residiendo actualmente en Nueva York y trabajando en tecnología e inteligencia artificial. Aun así, aseguró que su generación no puede “mirar hacia otro lado”.
“Tengo mucha esperanza de que las cosas están muy cerca de cambiar, que Venezuela volverá a ser reconocida por su talento y por su gente que quiere regresar”, concluyó.
El economista y exjefe de gabinete chileno Cristian Larroulet ofreció una lectura estructural sobre las amenazas persistentes a la libertad, incluso en países con historias de progreso. Recordó que Chile pasó de ser “un país mediocre” a liderar los indicadores latinoamericanos en pobreza, educación y desarrollo, gracias a políticas centradas en la libertad económica.
Sin embargo, identificó un punto de inflexión: las reformas del segundo gobierno de Michelle Bachelet, que calificó como “una reforma tributaria equivocadísima, una transformación política que dificultó gobernar y un cambio educativo que deterioró la calidad”. Para Larroulet, esas decisiones frenaron el progreso y alimentaron el malestar social que estalló años después.
El académico se apoyó en el llamado “Efecto Tocqueville”, según el cual las sociedades que experimentan progreso sostenido reaccionan con mayor frustración cuando este se detiene. En su visión, actores de izquierda —incluyendo influencia ideológica desde Venezuela— utilizaron ese malestar para impulsar protestas violentas que derivaron en intentos de cambios constitucionales radicales.
Larroulet destacó la importancia del rechazo (62%) a la propuesta constitucional del 4 de septiembre de 2022, un hito que describió como un acto ciudadano en defensa de la tradición democrática chilena. Consideró que la elección presidencial en curso —y el ascenso de candidaturas de derecha— muestra que “los chilenos siguen confiando en la libertad y en la democracia”.
El nicaragüense Juan Sebastián Chamorro, ex preso político y referente opositor, describió a Nicaragua como un caso extremo dentro del deterioro democrático regional. “Es la combinación de la Unión Soviética de Stalin, un monarca absolutista y Corea del Norte”, resumió.
Chamorro denunció purgas internas, asesinatos políticos y una represión que alcanza no solo a opositores, sino a figuras dentro del propio círculo gobernante. Recordó los 90 días en que estuvo desaparecido forzosamente durante su encarcelamiento de casi dos años.
El opositor alertó que la Constitución aprobada este año en su país elimina el poder judicial, el electoral y el legislativo, sustituyéndolos por órganos coordinados por la “copresidencia” que integran Daniel Ortega y Rosario Murillo.“Nunca ha habido en Nicaragua una dictadura como la de ahora”, afirmó.
Chamorro relató el desmantelamiento total de la prensa independiente, incluyendo el diario La Prensa, fundado por su familia, cuya rotativa —según dijo— fue “vendida como chatarra” por el régimen. También denunció la persecución contra obispos católicos y la pretensión del gobierno de controlar incluso los nombramientos eclesiásticos.
Aunque calificó la situación como “el caso más oscuro de violación de libertades públicas en la región”, insistió en que testimonios como el de María Corina Machado inspiran a la oposición nicaragüense a seguir denunciando en foros internacionales.
El ex primer ministro peruano Pedro Cateriano cerró el panel con una mirada histórica centrada en la trayectoria intelectual de Mario Vargas Llosa, a quien consideró un referente para identificar las derivas autoritarias latinoamericanas. Recordó su paso inicial por el socialismo y su posterior ruptura con el castrismo, motivada por la persecución a homosexuales, el apoyo de Fidel Castro a la invasión soviética a Checoslovaquia y la represión del poeta Humberto Padilla.
Cateriano resaltó la coherencia del escritor al condenar “toda forma de dictadura, de izquierda o de derecha”, una claridad que —afirmó— hoy falta en sectores políticos latinoamericanos que mantienen complacencia con regímenes como el de Maduro.
“No habrá cultura democrática plena mientras existan estas dictaduras”, advirtió. Añadió que figuras como López Obrador, Gustavo Petro y Lula da Silva “encubren” violaciones democráticas en Venezuela y otras partes de la región.