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- 09/01/2012 13:11
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La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, y el presidente del gobierno francés, Nicolas Sarkozy, se esforzaron este lunes en mostrar su sintonía sobre la crisis financiera, en particular, sobre la permanencia de Grecia en el euro, pero persisten los desacuerdos sobre la introducción de la tasa a las transacciones financieras.
Sarkozy reiteró su determinación a cabalgar en solitario para cobrar este impuesto a las transacciones financieras internacionales, conocida como tasa Tobin, mientras que la canciller alemana es partidaria de buscar un compromiso a nivel europeo."Mi convicción es que si no damos ejemplo, no se hará", dijo Sarkozy en una conferencia de prensa con Merkel.
Ésta educadamente consideró que el anuncio francés es "una buena iniciativa" pero repitió que por parte alemana, "el objetivo (es) tener una declaración de intenciones de los ministros de Finanzas (de la Unión Europea) para principios de marzo".
El objetivo es más que optimista si se tiene en cuenta la oposición frontal de Gran Bretaña que desea preservar los intereses de la plaza financiera de Londres.Merkel agregó que "personalmente", se puede "imaginar una tasa a nivel de la zona euro" sola, pero precisó que esta opción no es apoyada por todo su gobierno.
El partido conservador CDU de Angela Merkel gobierna con el apoyo de la pequeña formación bávara CSU y el partido liberal en plena descomposición FDP, y todos temen una deserción del parqué financiero de Fráncfort a la City de Londres.
Por el resto, la pareja "Merkozy" se mostró de acuerdo sobre lo que hay que hacer para contener una crisis de la zona euro que se agrava, pese a las diferencias de tono cuando se trata de jerarquizar los esfuerzos de disciplina y los esfuerzos de crecimiento.
Para Sarkozy, la "prioridad" es fomentar el empleo, mientras que Merkel prefiere hablar de "segundo pilar", junto con la disciplina fiscal defendida por su país.Los dos dirigentes hablaron en términos imprecisos de iniciativas para fomentar el empleo, inspiradas en las reformas realizadas en algunos países y que serán determinadas al término de un "estudio" comparativo.
Francia y Alemania desean que el acuerdo europeo para reforzar la disciplina presupuestaria, con el que se han comprometido todos los países de la UE con excepción de Gran Bretaña, a principios de diciembre, sea firmado "para el 1 de marzo", declaró el presidente francés."La urgencia reside no tanto en la necesidad de dotarse con nuevas reglas, como en la voluntad de convencer a los mercados de la unidad y de la convicción" de los europeos, dijo Christian Schulz, economista del Banco Berenberg.
Los dos dirigentes están de acuerdo en reflexionar sobre la forma de "acelerar la entrega de capital" del futuro mecanismo de ayuda europea (MES), que debe estar operacional a partir de este año, dada la actual situación, calificada por el presidente francés de "muy tensa".
La zona euro está divida entre los países periféricos, bajo ayuda como Grecia, Irlanda o Portugal, o Italia y España, objetos de muchas preocupaciones, y los centrales, con reputación de estables y virtuosos como Alemania.
Berlín, por la primera vez de su historia emitió este lunes deuda con tasas negativas: los inversores están dispuestos a perder dinero siempre y cuando lo puedan colocar en los seguros cofres alemanes.Merkel y Sarkozy también reiteraron su voluntad de mantener a Grecia en la zona euro, a condición de que el país realice las reformas prometidas.
La canciller considera "necesaria" una reestructuración de la deuda griega, lo que le permitirá reducir en el 50% la deuda en manos privadas, pero garantizó que se trata de una "excepción".
Según la prensa alemana, el Fondo Monetario Internacional, uno de los acreedores, duda cada vez más de la capacidad de Atenas para resolver la situación pese a la reestructuración y a la ayuda internacional que llega desde mayo de 2010.Su directora gerente, Christine Lagarde, estará el martes a Berlín.