Darién: al límite del miedo

Actualizado
  • 08/05/2009 02:00
Creado
  • 08/05/2009 02:00
PANAMÁ. La vida de los pobladores de la provincia de Darién transcurre entre el miedo y la esperanza de que algún día la inseguridad qu...

PANAMÁ. La vida de los pobladores de la provincia de Darién transcurre entre el miedo y la esperanza de que algún día la inseguridad que se registra en esta región pueda cambiar.

La inseguridad en esta provincia que cuenta con una extensión territorial de 16,803 km² y hasta el año pasado con 45,325 habitantes, persiste a través de los años y los gobiernos.

En los últimos años la falta de control y de una mayor cantidad de policías en el área, de una manera u otra influye para que la situación represiva que se ha vivido desde hace años con la guerrilla y los paramilitares en algunos poblados fronterizos entre Colombia y Panamá, crea una situación de inseguridad e inestabilidad.

INSEGURIDAD RECRUDECE

En los recientes cuatro años el tema de la seguridad en Darién ha recrudecido. En octubre de 2006 se registró el secuestro de dos españoles en El Guayabo, corregimiento de Jaqué, también se reportó la desaparición de un concejal colombiano en el poblado de El Cocalito.

Mientras que en Alto Tuira se encontró un cadáver mutilado sin identificar y en Metetí se informó del ataque armado por encapuchados a un camión que transportaba frutas y otras mercancías.

En los años posteriores la situación se ha mantenido. En febrero de 2008 en la comunidad de Jaqué, se dio un enfrentamiento violento entre miembros de la Policía Nacional y un grupo de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Luego de un “intercambio de disparos”, en el que resultó herido un policía, las unidades policiales panameñas decomisaron la lancha agresora y detuvieron a seis tripulantes.

A estas alturas las autoridades tienen una deuda pendiente en cuanto al tema de seguridad en esta apartada región del país. Aunque en los poblados más cercanos a la carretera, La Palma y Metetí, es más común ver la presencia policial, en lugares más apartados como Punta Alegre, comunidad ubicada a sólo 8 kilómetros al suroeste de La Palma, y la comunidad de Mogue que está compuesta por indígenas Emberá, la presencia policial es muy escasa o precaria.

POCA PRESENCIA POLICIAL

En un recorrido por estas comunidades, realizado por La Estrella en marzo pasado, encontrar un policía resultó tan difícil como cruzar el propio tapón boscoso de Darién a pie.

Bertalicia de Zúñiga, representante de Punta Alegre, preocupada por la situación de la inseguridad que se vive en esta comunidad darienita, con un tono de voz equilibrado entre la impotencia y la esperanza, cuenta que los moradores se sienten desprotegidos.

Esta comunidad que está compuesta por 1,200 habitantes sólo cuenta con dos policías. A juicio de Zúñiga esto no es suficiente porque este sector es un área roja expuesta a las actividades del narcotráfico. Prueba de ello es que “tarde en la noche se escuchan llegar lanchas, pangas, no sabemos qué es y nadie hace nada”.

María Hurtado, una de las residentes opina que la seguridad es “mala”. “Tenemos dos policías y muy poco se ven haciendo rondas. Cuando hay días de fiestas uno sale y el otro se queda en el cuartel”, indicó.

“Aquí estamos expuestos a cualquiera que venga y nos pueda atacar. Y es tiempo de que alguien nos mire, porque también somos panameños”, manifiesta con semblante preocupado.

Lo que dice Hurtado toma fuerza, pues el 17 del pasado mes las autoridades panameñas entregaron a tres guerrilleros colombianos de las FARC a los Estados Unidos. Estos son parte de los seis guerrilleros que fueron detenidos en febrero del 2008 en Jaqué. Mientras que el pasado 6 de mayo, hace dos días, un supuesto guerrillero del Frente 57 de las FARC se entregó a la Policía.

¿CUÁL SERÍA LA SOLUCIÓN?

Según Álvaro Uribe, presidente de Colombia, muchos de los problemas de seguridad de ambos países se podrían resolver abriendo el tapón de Darién. “Me da mucha tristeza que mi generación vaya a llegar a la hora postrera y que esa carretera no esté abierta”. Con estas palabras el mandatario colombiano exhortó a las autoridades panameñas y empresarios a emprender el proyecto carretero, como parte de su discurso en la pasada Conferencia de Ejecutivos de Empresa en Panamá.

Para el general retirado Rogelio Paredes, si abrir el Tapón de Darién va acompañado de un Plan Maestro para el Desarrollo ordenado de Darién, incluyendo controles migratorios, de conservación a los recursos naturales y férrea seguridad ciudadana, el proyecto debe impulsarse.

“Si por el contrario fuese abrir por abrir de manera desordenada y apresurada, y dejarlo así a ¡la buena de Dios!, sin ningún plan de desarrollo y seguridad coordinado, esto equivale a estimular la invasión migratoria, devastación de los recursos naturales, delincuencia incontrolable y violencia en nuestra República, al extremo de que incluso estaría en peligro nuestra nacionalidad, retornando en la práctica con todo y Canal, a ser un departamento más colombiano”.

Paredes considera que lo que ha pasado con la seguridad en Darién “es la consecuencia de la falta de visión desarrollista de todos los gobiernos desde que somos República”.

En otras palabras, según Paredes, para los políticos casi todos miopes, Darién sigue siendo territorio colombiano.

No existe un servicio de seguridad policial en aquellas comunidades y poblados, debido a que es una provincia marginada del desarrollo nacional, ¡aun con semejante riqueza de recursos hídricos y reserva florestal!, la provincia se ha venido controlando desde 1903 bajo un régimen de ocupación de una fuerza militar, o tropas colonizadoras”.

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