Dinero para los ancianos

Actualizado
  • 17/09/2009 02:00
Creado
  • 17/09/2009 02:00
PANAMÁ. Esperan a alguien más. A Micaela Almanza, la ancianita “símbolo” del programa 100 a los 70, que habían ido a buscar a Nuevo Pr...

PANAMÁ. Esperan a alguien más. A Micaela Almanza, la ancianita “símbolo” del programa 100 a los 70, que habían ido a buscar a Nuevo Progreso, Alcaldedíaz y que tenía que recibir el primer pago en la Caja de Ahorros de Santa Ana. Era una de las 20 mil personas habilitadas para cobrar los tres meses retroactivos del programa de asistencia económica.

A la cita acudiría el presidente Ricardo Martinelli; el canciller Juan Carlos Varela y el ministro del Desarrollo Social, Guillermo Ferrufino, pero los ancianitos esperaban a Micaela. Sin ella, todo se alargaría. Las cámaras y lentes hurgaban en los rostros tomados por el tiempo de los ancianos, formados como escolares en la acera.

La seguridad presidencial y la Policía Nacional acordonaban el área, se movían de un lado a otro, buscando rastros de peligro para la visita presidencial. Cuando el presidente pisa el suelo adoquinado, todo cambia, se mueve. La multitud lo sigue hasta que lo hace frenar unos escalones antes de la entrada del banco. Rodeados de micrófonos, él no espera las preguntas y estalla.

Algunos de los beneficiarios, como Micaela sumaban décadas sin ingresar a una entidad bancaria. Una vez adentro, eran colmados de atenciones, café por aquí, café por allá; abrazos ministeriales, abrazos presidenciales, abrazos familiares.. abrazos y más abrazos; y también, preguntas de todos lados.

Cuando el reloj marcó las 7:05 a.m., la sucursal de la Caja de Ahorros era un remolino. La gente corría detrás del presidente y de la señora Micaela, quien era llevada a una caja con su libreta en manos.

De mandatario a cajero. A los pocos segundos, detrás de una de las cajas (la de jubilados) estaba el presidente Martinelli, sonriente y escoltado por el vicepresidente Varela, con el importe de 300 dólares en billeres de 20, ondulantes para entregarlos a las manos temblorosas de Micaela. El dinero recibido corresponde a tres meses del programa.

Durante algunos minutos, Martinelli permaneció a la espera de más cobradores, pero escaseaban porque ya otras ventanillas estaban recibiendo a los adultos que en su mayoría se hicieron acompañar de familiares. El proceso era rápido: presentando la tarjeta y recibiendo el dinero. Por dos horas, los clientes habituales de este banco cedieron su lugar a los nuevos.

Cuando el presidente habló, dijo que el dinero es una entrada adicional que aliviará mucho la carga que tenían los familiares de los abuelitos, que ahora tendrán fondos que podrán usar, “porque son 20 mil personas que hoy salen de la pobreza, y después van a ser 70 mil”.

“Hay para un buen arroz con pollo”, le dice el ministro del MIDES, Ferrufino, a Micaela que se mostraba inquieta. Todo transcurrió en calma, pero al mismo tiempo, con la emoción de un gran momento.

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