El valor de un derecho posesorio

Actualizado
  • 12/10/2009 02:00
Creado
  • 12/10/2009 02:00
D esde tiempos inmemoriales, el traspaso de la tierra de padres a hijos, y de hijos a las generaciones posteriores, fue algo normal, viv...

D esde tiempos inmemoriales, el traspaso de la tierra de padres a hijos, y de hijos a las generaciones posteriores, fue algo normal, vivían en esas tierras.

Las parcelas con casas adosadas o separadas, pero perteneciendo los propietarios a una misma familia, demuestran que aquella política no reglamentada rendía frutos positivos al núcleo familiar y a la sociedad porque garantizaba la unidad vivencial familiar.

Como todo requiere ser regulado en un estado de derecho, se implementó el derecho posesorio como paso previo a un título de propiedad que debe ser otorgado por una autoridad competente, y su inscripción formal debe constar en los libros oficiales de la época respectiva que trata.

El ministro Alberto Vallarino presentó a la Asamblea, el proyecto de Ley No. 71 por el que se reconocen los derechos posesorios, se regula la titulación en las zonas costeras y el territorio continental.

El instrumento bien puede poner punto final al atraco que han venido perpetrando inescrupulosos contra gente humilde, que compran tierra a precios irrisorios y con el velado interés gamonales que compran la tierra a precios irrisorios, con el velado venderlas posteriormente a consorcios internacionales que construyen y establecen obras espectaculares que generan ganancias millonarias, pero, ¡aún es tiempo para rectificar!

Para un campesino o persona con marcadas limitaciones económicas, y por añadidura con escasa escolaridad, le resulta difícil resistirse a semejante oferta de compra de su parcela aunque haya vivido allí toda su vida.

Esa oferta lleva la solución real a sus problemas inmediatos, aunque una vez gastado el dinero, el problema se le agudice. Sin embargo, hacia allá parece estar dirigida la moción ministerial, se prevé la titulación gratuita, a las personas que demuestren que tienen por lo menos, cinco años de tener el derecho posesorio.

Las voces de oposición a la iniciativa del ministro Alberto Vallarino lamentablemente se harán escuchar. Tal vez hasta pretendan se rechace tan importante norma de contenido humano y social, pero quienes están detrás de ésta oponiéndose, se presume son quienes han venido especulando con la tierra.

Pareciera que a éstos no les importara la suerte futura del hombre humilde, de necesitados que vivieron en su terruño y que por años los cultivaron para subsistir al hambre. Nadie toma en cuenta que cada parcela se compra por una bicoca, por ende, deja a la intemperie a muchos entornos familiares panameños.

El título de propiedad sobre tierras es el activo más valioso que puede tener una persona que no ha nacido con bienes materiales, es el garante efectivo de su seguridad y su tranquilidad familiar.

Ese único activo que le puede abrir un camino promisorio a quien lo posee e igual a su generación. Hacía falta desde hace rato, una ley que ampare a aquellos humildes de la constante amenaza y presión que ejercen los especuladores.

Panamá necesita una ley humanista como la que presentó el ministro Alberto Vallarino.

El instrumento legal busca reconocer los derechos posesorios a sus legítimos dueños, representa la salvaguarda a los intereses de la gente humilde y desprotegida, porque en alguna medida, la Ley constituye un freno para aquellos acaparadores de tierras a quienes no les importa, el futuro de nadie y tampoco el de la gente sin recursos, pero a esos la administración del presidente Ricardo Martinelli les responde con puntual* *firmeza y esperanzador grito, *AHORA LE TOCA AL PUEBLO?!*

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