El papa señala que Viernes Santo no es día de luto

El Viernes Santo es el día que se conmemora la pasión y muerte del Señor; también es día de ayuno pascual como signo externo de nuestra participación en el sacrificio de quien murió por nosotros y por nuestra salvación en la cruz. Debe ser por lo tanto, un día de contemplación, más no de luto o dolor.

Aunque no es día de celebración eucarística, Cristo aparece ante nosotros como el "siervo de Dios" anunciado por los profetas, el cordero que se sacrifica por la salvación de todos. La cruz es el elemento que domina toda la celebración iluminada por la luz de la resurrección. Jesús nos aparece como trono de gloria e instrumento de victoria.

El Papa Benedicto XVI señala que el Viernes Santo no es día de llanto ni de luto; es un día de amorosa y gozosa contemplación del sacrificio redentor del salvador Jesucristo, quien a pesar de su muerte en cruz no fue vencido, fue un vencedor, un sacerdote que consumó su ofrenda liberadora y conciliadora, por eso los cristianos debemos recibir el día como de gozo y alegría.