¿Sanearemos la bahía algún día?

Actualizado
  • 03/07/2010 02:00
Creado
  • 03/07/2010 02:00
PANAMÁ. La basura que flota en la bahía y en los ríos de la ciudad constituye una gran amenaza para el proyecto de saneamiento.

PANAMÁ. La basura que flota en la bahía y en los ríos de la ciudad constituye una gran amenaza para el proyecto de saneamiento.

¿Cómo se puede sanear la bahía si los ríos que desembocan en ella están llenos de desechos?

La recolección ineficaz de la basura es la fuente del problema.

En teoría, la Dirección Metropolitana de Aseo Urbano y Domiciliario (DIMAUD), es la encargada de la tarea. Para nadie es un secreto que esta institución —hasta ahora adscrita al Municipio de Panamá— no tiene la capacidad o los fondos necesarios para recoger las 1,500 toneladas de basura producidas cada día.

El gobierno se propone fortalecer este servicio vital y para ello prepara un proyecto de ley que crea la nueva Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario. Este proyecto será llevado a la Asamblea Nacional durante los próximos días.

Pero mientras esto ocurre, no hay señales visibles de lo que debe hacerse en materia de limpieza y mantenimiento de nuestras playas.

De manera esporádica, son las organizaciones sin fines de lucro y de corte ambientalista las que promueven jornadas de ciudadanos voluntarios para recoger toneladas de desechos sólidos de las playas nacionales.

Hasta que se encuentre una manera de resolver los problemas de la entidad, la basura en las aguas de la ciudad contribuirá a socavar los esfuerzos del saneamiento.

Si se quiere asegurar el éxito del proyecto de saneamiento de la bahía, debemos ir pensando en variar nuestra responsabilidad ciudadana para dejar de arrojar nuestros desperdicios en los ríos y afluentes.

Según expertos consultados, la basura arrojada al suelo —aunque sea lejos de la playa— terminará encontrando un camino para llegar al mar.

Las colillas de cigarrillo demoran hasta siete años en biodegradarse, la basura acumulada en el estómago de los animales les da la sensación de llenura y éstos dejan de comer.

La mayoría de la basura que se encuentra en las playas son empaques de comida o de bebidas. ‘Es lo que tiramos después de haber consumido o utilizado un producto’, dijo una fuente consultada del Instituto Smithsonian, cuya sede central opera en la Calzada de Amador, donde recala gran parte del desperdicio citadino que se arroja en los ríos.

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