Acciones violentas en Bocas no vinieron de sindicalistas de la región

Actualizado
  • 13/07/2010 02:00
Creado
  • 13/07/2010 02:00
Con un tono mucho más conciliador que el que ha venido manteniendo la jefa de la cartera de Trabajo y Desarrollo Laboral, Alma Cortés, e...

Con un tono mucho más conciliador que el que ha venido manteniendo la jefa de la cartera de Trabajo y Desarrollo Laboral, Alma Cortés, el viceministro del ramo, Luis Ernesto Carles, le confesó hoy a la periodista Adelita Coriat que después de haber escuchado algunas grabaciones donde el presidente de un colectivo político de oposición conversa con una persona desconocida sobre los acontecimientos acaecidos en el distrito de Changuinola, definitivamente debe considerar como parte del Gobierno que en las acciones violentas de la provincia bananera actuaron fuerzas ajenas a las ejercidas por los sindicalistas de la región.

“Yo nunca he dicho que es la voz de Saúl Méndez -la de la grabación-, pero efectivamente si está la prueba de la compra de 700 machetes en un solo día y 30 sierras, que han tratado de perjudicar a los grupos organizados de la región”. También habló de la movilización de toneladas de piedra en los días previos a que estallaran los disturbios.

Los grupos sindicales de Bocas del Toro, a juicio del viceministro de Trabajo, han cumplido con su deber histórico de reivindicar luchas obreras, por eso “no creo que estas acciones vengan de los grupos organizados”, dejando entrever que había mano política y de sindicatos más poderosos que movían sus tentáculos desde la ciudad de Panamá, responsables también de financiar las movilizaciones violentas que dejaron un saldo de dos muertos y decenas de heridos.

“Aunque el conflicto se originó, y lo acepto, por una Ley que debió suspender sus efectos para propiciar el diálogo, y que además fue un detonante, hubo otros grupos que se involucraron (…) y que han perjudicado la lucha social de los trabajadores honestos del país que nunca intentaron propiciar el caos que se vivió en Bocas del Toro”.

Luego de su análisis personal, sostuvo que “hubo otras manos, y que llegado el momento las bases sobrepasaron las líneas de la dirigencia sindical”.

De momento exhortó al sector empleador, a los trabajadores organizados, a la Iglesia y al Gobierno a que se comprometan a participar en la mesa del diálogo nacional, porque eso es lo fundamental ahora, que se pueda evaluar con razón y sensatez lo que ha ocurrido y la propia Ley, porque existe la voluntad de dialogar, teniendo claro que ya no se puede borrar lo que ha pasado, pero mucho menos se debe echar más sal a la herida.

En el Acuerdo de Changuinola se estableció la suspensión por 90 días de los artículos que modificaban el Código Laboral, por lo que ahora le toca a la Asamblea Nacional de Diputados, que de acuerdo con su autonomía, haga las modificaciones que consideren oportunas.

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