Tradición de los pocrieños a través de una historia de Portolatina Castroverde

COCLÉ. La veneración de la Virgen Del Carmen en Pocrí de Aguadulce data de más de un siglo, cuando en 1840 comenzó la devoción con Juana Portolatina Castroverde, quien recibió una estampita de su tía para que leyera la novena de la Virgen Del Carmen en el mes de julio, por lo que ‘Juanita’, como se le conocía, de inmediato sintió una inquietud y devoción por la Virgen.

Después comenzó el rezo de las novenas de la Virgen desde el 9 de julio hasta el 18 de julio, que culmina con la procesión.

Posteriormente, una persona, cuyo nombre se desconoce, pintó en forma rudimentaria la imagen de la Virgen Del Carmen en una tablita que aún se venera en el Santuario Del Carmen, en Pocrí.

Esta imagen de la tabla anteriormente se encontraba en la casa de la maestra Lilí, quien es bisnieta de Juana Portolatina Castroverde.

Con el afán de la devoción, una mujer procedente de Taboga que conoció la inmensa devoción a la Virgen Del Carmen en Pocrí ofreció traer una imagen de Ecuador, la cual fue comprada con la venta de las prendas de Juanita y el apoyo de la gente de la comunidad de aquel entonces. Está hecha de madera y se conoce con el nombre de la Fundadora.

En 1920, la imagen de la Fundadora fue llevada al Santuario Del Carmen de Pocrí como último deseo de Juana Portolatina, quien falleció a la edad de 106 años.

La primera iglesia donde estuvo la Virgen fue hecha de penca, pero se quemó y milagrosamente la Virgen salió ilesa, ni el vestido sufrió quemaduras, por lo cual se le considera como el primer milagro de la Fundadora.

El segundo milagro se dio con la Guerra de los Mil Días. Cuentan que Juanita se encontraba en su casa cuando llegaron los guerrilleros, pero pese a que todos salieron huyendo, ella se quedó dentro de su casa abrazada a la Virgen. La iglesia actual se construyó en el año de 1947.