Eladio contraataca

Actualizado
  • 17/04/2011 02:00
Creado
  • 17/04/2011 02:00
La suerte de los feos los bonitos la desean’ alardea con orgullo y sutil picardía el dirigente de los jubilados independientes, Eladio F...

La suerte de los feos los bonitos la desean’ alardea con orgullo y sutil picardía el dirigente de los jubilados independientes, Eladio Fernández. ‘No me puedo quejar, yo he tenido con la mujeres muy buena suerte.

- ¿Y todavía las tiene....?-.

- Síiiii..., si ahorita hay más de 600 retratadas en Facebook conmigo- se ríe Eladio mientras compra unas cuantas chucherías en el chinito. Se desplaza ligero y vigoroso, incluso con un tumbao curioso.

Y lo que dice es verdad: ya que antes de ingresar al edificio que alberga la sede de la asociación, en Calle 17 -donde funciona la policlínica de la Caja del Seguro-, un par de mujeres le saludan efusivamente y se retratan con él utilizando sus celulares. De hecho la junta directiva de la Asociación está integrada en su mayoría por mujeres.

Aunque cesaron por cierto tiempo los cierres de calle y las protestas, este emblemático personaje y sus secuaces volvieron nuevamente a la acción y no desisten en su lucha por mejores pensiones.

‘Somos conscientes que la gasolina está muy cara y del malestar de los conductores, pero el presidente rompió su compromiso y mintió. Él prometió un aumento de B/. 50.00 y la CSS lo que nos presentó fue una propuesta indecente de miseria’, confesó Eladio, después de las últimas protestas de esta semana en las que incluso les amenzaron con enviarles a la policía antidisturbios. ¿Pero quién es y en qué se ocupa este señor mayor cuando no está cerrando calles?

Desde el cuartel central

Es miércoles por la mañana y eso significa que en la sede de la Asociación Nacional de Jubilados Independientes hay una dinámica más ajetreada de lo habitual. Es día de lotería y los viejitos se organizan para realizar su usual rifa. Una especie de ritual en el que los socios hacen una ’vaca’ para comprar los billetes que, de salir ganadores, distribuirán lo recaudado entre los socios contribuyentes. El año pasado la suerte les sonrió y lograron pegarle al segundo y tercer premio.

No es casual que jueguen a la lotería, prácticamente es una necesidad. Casi la totalidad de los adultos mayores que integran dicha asociación reciben la pensión mínima de sólo B/. 175.00 mensuales. ‘La quincena que compras medicinas no compras comida..., aquí no están los jubilados que van a los casinos’ asegura Eladio. Pero ello no impide que luzcan pulcros, las ropas bien planchadas e incluso más de una dama está al día con su tinte y una que otra está hasta maquillada. Puede que las jubilaciones no alcancen, sin embargo, ello no significa que estén andrajosos como indigentes, coinciden en decir.

En las oficinas no hay una decoración definida. Más bien el ecléctico inmobiliario es el resultado de la generosidad de los socios y la desidia de las autoridades administrativas del seguro. Hay un televisor que en lugar de antena tiene un cable. Las imágenes que proyecta están distorsionadas, dificultando todavía más la cansada visión de los viejitos, lo que no impide que la vean con detenimiento. Cerca de allí, cuatro murales cuelgan de las paredes de jipson narrando mudamente los episodios de sus andanzas recogidas por los periódicos. Es evidente que invierten sus varios realitos para monitorear los medios.

El despacho del cabecilla está revuelto. Sobre el suelo de su oficina están las pancartas pegadas sobre foam empleadas en su última protesta. Varias muestran publicaciones de periódicos ampliadas donde el presidente Martinelli reitera que otorgará un aumento a los jubilados . El fax está ’medio dañado’, refunfuña, ’recibe pero no manda’. Hay un par de computadoras que no tienen internet, ni tampoco el programa excell -se queja Eladio- pero ello no impedirá que próximamente los asistentes a la sede de la agrupación reciban cursitos gratuitos para aprender a usar la computadora, adelantó. No hay ventanas. El calor incomoda y el aire acondicionado split no funciona. Para Eladio es un pase de factura ‘es la administración de la Caja de Seguro Social, que quiere matarme de calor’. El teléfono no para de sonar -’siempre es así’ dice Eladio-.

La lucha de Eladio junto a los demás jubilados no es nueva. El primer cierre de calle fue en mayo del 2001, en la Plaza 5 de Mayo, de ahí en adelante y luego de tres administraciones presidenciales, es un protagonista del acontecer nacional cuya popularidad, según no pocos sondeos de opinión, supera incluso el prestigio de más de par de altos funcionarios estatales.

- ¿Por qué cree que tiene tanta popularidad en la calle?

- El carisma mío puede consistir en qué como yo no le pido nada a nadie, ni le pido nada al gobierno, yo cuando ataco, digo lo que me da la gana porque nadie me da nada. Y como yo no acepto que me regalen nada, yo me atrevo a decir lo que me da la gana la gente me cree. Soy independiente y nacionalista.

- ¿Qué opina del enojo de los conductores con los cierres?

- Cuando tú me hablas que los jubilados cierran calles, yo te puedo hablar que las autoridades también cierra calles haciendo tranques ilegalmente con los retenes. Usted no puede en la noche hacer retenes, porque la constitución consagra la libre circulación. Donde se justifica un retén, cuando cometen un delito, pero no, donde les da la gana y cuando les da la gana hacen retenes’

De repente un retumbante saludo de buenos días llama la atención de todos, alguien llegó. Ermita Estrada, la vicepresidenta de la agrupación -la sucesora de Eladio- le da la bienvenida a la recién llegada.

-Ahí está la escandalosa- saluda.

- Sí, precisamente por escandalosa es que estuvimos a punto de conseguir el aumento y es por escandalosos que lo vamos a conseguir. El presidente lo prometió-, rechista la recién llegada. Se trata de Gisela Díaz Natalio, también conocida como ‘la señora del sartén’. ‘Compré ese sartén en 1979 y lo estrené en las protestas de la Cruzada Civilista’ dice orgullosa. Desde entonces no ha parado. Despojada de la falsa modestia, doña Gisela está satisfecha: Aunque nuestros detractores decían que eramos cuatro gatos, más de 117 mil jubilados conseguirán un aumento en sus pensiones este año gracias a nuestras protestas’.

El hombre

de familia

Eladio vive en Altos de las Acacias, pero del portón de la casas nadie pasa. Lo que hace en su círculo familiar íntimo es una incógnita. Ni siquiera sus compañeros de lucha en la asociación conocen a su esposa, más allá que por teléfono. ‘Ella te atiende bien cuando lo llamas a la casa, pero él nunca la trae. Ella no participa, es todo un misterio’, opinó Adilia Testa, lo que no impidió que lo calificase como un buen dirigente.

Con Eladio y su esposa, Nereyda Atencio, otra jubililada de 71 años, en viven tres de sus hijos. Y aunque los tres están laborando, tienen títulos universitarios y sus respectivos autos, Eladio viaja a diario a la sede de la asociación (en Calle 17) en bus ‘corredor’, aclara. Protege con celo la privacidad de su hogar y agrega que a su esposa no le gusta la publicidad. ‘A mi señora no le gusta salir y no le abre la puerta a ningún medio’, sentencia.

- ¿Todavía va a fiestas o actividades sociales con su señora?

- Bueno, ahí hay un detalle que usted se olvida, que las doñitas o las personas que ya se llaman adultos mayores, cuando entran en edad cambian en un 180% en que vivían la forma anterior. No quieren salir mucho a la calle, cuando quieren viajar, quieren ir donde su familia y tampoco quieren ir a fiestas.

Aunque no se reconoce como un ‘Don Juan’, ni mucho menos libidinoso, es más que evidente como Eladio disfruta del encanto que ejerce con las féminas, situación que contrario a la más obvia suposición, no le acarrea problemas con su esposa, Nereyda a quien puede atribuírsele el atrapar -hace casi 50 años- a aquel correteado policía, que ya tenía siete hijos con otras mujeres (cuya cantidad no quiso precisar). Hoy, sin reparos admite que en la casa su esposa es la que manda.

- ¿Cómo explica su vitalidad a los 83 años, cuál es el secreto?

- Desde que yo estaba chiquito fui un niño muy activo que llené con aire puro mis pulmones. No sufro de nada, soy una persona sana.’

- ¿Cree que es eso lo que le atraía a las mujeres?

- No se si porque primero había sido policía y luego miembro del DENI. La verdad es que siempre tuve muchas admiradoras. Es que hay una ventaja que yo le doy gracias a Dios que como a mi me crió una mujer, yo no he sido un hombre libidinoso, ni un hombre tentado de tocar mujer, ni sobar mujer. Esas aristas son muy importantes en un varón, respetar a las mujeres. Como quien me crió fue mi madre, mi madre me enseño a planchar a cocinar y yo enseñé a mis hijos’, dice cual hereje convertido.

Como nació muy cerca de la Navidad, dice Eladio que no recibe regalos de cumpleaños, ni tampoco tiene nietos correteando por la casa. No quiso dar más luces sobre su vida privada, recordó que no iba a decirnos nada íntimo.

No es de extrañar entonces que pese a su popularidad, la cotidianidad de Eladio Fernández dentro de las cuatro paredes de su hogar continúe siendo un enigma. Pero ello no le resta ni mérito ni protagonismo. Él es el viejito combativo capaz de robarle la calma a casi toda una ciudad con cada cierre de calle que organiza. A prepararse: Eladio está de regreso.

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