Panamá afronta narcotráfico y violencia en las calles

Actualizado
  • 11/05/2011 08:10
Creado
  • 11/05/2011 08:10
El narcotráfico y el crimen organizado se han convertido en un "cóctel explosivo" en Panamá dejando un reguero de sangre en las calles ...

El narcotráfico y el crimen organizado se han convertido en un "cóctel explosivo" en Panamá dejando un reguero de sangre en las calles donde la violencia en la capital panameña es cosa de todos los días.

Los descubrimientos de ejecutados en zonas despobladas es una constante que ya se ha hecho costumbre y las autoridades de policía relacionan la mayoría de estos crímenes con las operaciones de los carteles de las drogas.

Como parte de las medidas para controlar el accionar del crimen organizado y la violencia en las calles, el Gobierno del presidente Ricardo Martinelli ha puesto en marcha una ofensiva, fortaleciendo los organismos de seguridad dotándolos de mejores recursos y mejores salarios.

Entre otras acciones recientes, que involucra también a los países centroamericanos, el mandatario impulsó la instalación de un Centro Operativo de Seguridad para Centroamérica en la antigua base estadounidense de Rodman, ubicado en las orillas del Canal de Panamá, en la costa Pacífico.

"Todos los países del istmo centroamericano debemos aunar esfuerzos, coordinar entre nosotros, pasarnos información y en conjunto combatir el crimen y el narcotráfico", expresó.

El esfuerzo de asegurar el control del territorio panameño, para evitar el trasiego de droga, va brindando sus frutos y durante los primeros cinco meses de este año, las incautaciones de drogas suman alrededor de 13 toneladas.

Las autoridades de Panamá y el istmo centroamericano reconocen que alrededor del 80 por ciento de la droga que ingresa al mercado de Estados Unidos, procedente de Colombia, pasa por los países de la región.

En este sentido, Martinelli destacó la participación de representantes de organismos de seguridad de Guatemala, Costa Rica, Honduras, Belice, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana, en el centro regional recientemente inaugurado.

Al respecto, el ministro de Seguridad Pública, José Raúl Mulino, también coincidió con las propuestas del mandatario panameño de que la guerra contra el narcotráfico y las actividades criminales debe involucrar a todos los países de la región.

"Un país sólo no es suficiente, necesitamos involucrar en esta lucha a los demás países de Centroamérica y cualquier otro que se quiera sumar", dijo el ministro recientemente en Washington en un encuentro con representantes de agencias de seguridad de Estados Unidos.

El Gobierno panameño considera que la guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico inciden directamente en la baja de la violencia local y los asesinatos, porque están ligados el uno al otro.

La mayoría de asesinatos están vinculados al tráfico de estupefacientes y, desde que las autoridades panameñas centraron su trabajo contra este flagelo en 2009, los homicidios bajaron de 818 en ese año hasta 738 en 2010.

El combate al narcotráfico en Panamá tiene como estrategia el fortalecimiento de dos instituciones clave: el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y el Servicio Nacional Aeronaval (Senan), que llevan el mayor peso en esta tarea.

El Senafront mejoró su presencia en la zona fronteriza con Colombia, que por muchas décadas se había convertido en tierra de nadie y donde las organizaciones del crimen y otros grupos ilegales operaban libremente.

También el Senan se ha convertido en la custodia de las costas, tanto al Pacífico como al Atlántico, y por donde los carteles del narcotráfico transportan cargamentos de cocaína rumbo a Estados Unidos.

A estas acciones, el Gobierno ha sumado la instalación de una docena de bases aeronavales en las costas con la finalidad de mejorar la vigilancia de las aguas panameñas, logrando en los últimos años decomisos importantes.

El año pasado, los organismos de seguridad de este país lograron incautar alrededor de 70 toneladas de drogas, mayormente cocaína, que eran traficadas por los carteles internacionales.

Las autoridades panameñas han identificados como responsables de esta actividad ilícita a los carteles de las drogas de Colombia y de México, estos últimos con mayor presencia en los últimos cinco años.

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