El regreso del ‘Man’, la llamarada del capullo

Actualizado
  • 09/12/2012 01:00
Creado
  • 09/12/2012 01:00
El anuncio de la llegada del otrora poderoso ‘Criollo del Terraplén’, hecho nada más y menos por el propio presidente Ricardo Martinelli...

El anuncio de la llegada del otrora poderoso ‘Criollo del Terraplén’, hecho nada más y menos por el propio presidente Ricardo Martinelli nunca presagió el gran espectáculo que significó su arribo a Tocumen y su posterior traslado a El Renacer, aunque así debió ser.

Con el informal estilo de trasmitir sus ideas, mensajes y revelaciones al país, el jefe de Gobierno utilizaba su cuenta de Twitter a principios diciembre del 2011 para dar la primicia: ‘Noriega viene a Panamá entre el 6 y el 13 de diciembre, directo a la cárcel. Finalmente cerraremos ese capítulo y pagará su pena aquí’, decía el tuit.

Lo que no decía es que para esa llegada, pactada finalmente para el domingo 11 de diciembre, lo que el país iba a vivir era algo más que sobresaltos por la manera en la que lo condujeron a la celda que lo esperaba en la antigua cárcel de Gamboa. Vale la pena anotar que el arribo también se combinó con una capital ‘trancada’ por las compras de fin de año, por la última parada ‘mágica’ navideña del defenestrado burgomaestre Bosco Ricardo Vallarino y con la apatía de los más jóvenes que no sabían, ni entendían y al parecer no les interesa saber quien fue, es y será Manuel Antonio Noriega en la historia escrita y no escrita de este país tropical y único.

COMIENZA EL SHOW

Cuando el Boeing de Iberia identificado con el 6345 tocó suelo panameño, al filo del atarceder, además de devolvernos a un inofensivo anciano que a duras penas puede mover las piernas, vestido con gabardina, sombrero de ala ancha y gafas oscuras, y no al hombre fuerte que hacía 22 años, machete en mano desafiaba al poder gringo, inició un sainete que pocos esperaban.

Un despliegue de camionetas, motos escolta, luces de emergencia y sirenas salía del aeropuerto internacional, se adentraba al corredor Sur y su ‘paseo’ por una Cinta Costera que tal vez conoció en imágenes, para llegar a El Renacer, donde le aguardaban decenas de fa miliares de sus ‘víctimas’. La más visible de ese grupo: Susana Ortega, hija del teniente Ismael Ortega, asesinado la tarde del 3 de octubre de 1989, durante la llamada ‘Masacre de Albrook’, se movilizaba de un lado a otro en la entrada del penal. Cuando irrumpió la caravana y despejó todas las dudas de una posible llegada del ‘MAN’ a bordo de un helicóptero, la joven se desgañitaba con toda clase de frases ofensivas contra este. Sus reclamos, tal vez, fueron escuchados por Noriega cuando vio la televisión local porque ‘La Piña’ no llegó en ese convoy como se suponía.

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