Ngäbes buglés se declaran en alerta
PANAMÁ. El cansancio y la impotencia de sentir que sus exigencias han caído en oídos sordos por parte del Gobierno, los han mantenido de...
PANAMÁ. El cansancio y la impotencia de sentir que sus exigencias han caído en oídos sordos por parte del Gobierno, los han mantenido desde el pasado 24 de febrero en vigilia permanente.
Pero ayer, el panorama que hasta entonces se tornaba pacífico cambió radicalmente. Apostados a la orilla del río Viguí, en la provincia de Veraguas, unos 60 indígenas del Movimiento 10 de Abril, se dirigían a hacer sentir su voz de protesta, desde la trinchera que nunca les ha fallado: cerrando la vía Interamericana. Pero esta vez no se pudo.
Desde las 3:00 p.m. los indígenas fueron sorprendidos por unidades antimotines que les lanzaron gases lacrimógenos hasta lograr dispersarlos.
‘HUBO DISPAROS’
En respuesta a la acción policial, los indígenas respondieron con piedras. Los enfrentamientos tuvieron una duración de tres horas.
Pero no todo quedó ahí. Ricardo Miranda del Movimiento 10 de Abril, denunció que en esta represión al igual que hace un año: ‘los uniformados nos tiraron bala’.
Aunque no se registraron heridos tampoco hubo muertes, el dirigente indígena vaticinó que la acción policial es una muestra de que el gobierno no aprende: ‘parece que no les importa sumar más muertos y heridos’, resaltó Miranda.
Pasada las siete de la noche, los indígenas se reunieron para hacer una evaluación de lo acontecido. Toribio García otro de los dirigentes que encabeza el movimiento indígena no descartó la posibilidad de que vuelvan a cerrar la interamericana de forma indefinida.
Molestos por que las unidades policiales les destruyeron el campamento que tenían, anunciaron que van a construir otro cerca de la Interamericana.
Al parecer ya se están comunicando con los representantes del M-10 en los diferentes puntos de la Comarca.
‘Los ngäbes insistimos en la paralización del proyecto Barro Blanco y la realización de un peritaje independiente’, advirtió Manolo Miranda.
Es que todo apunta a que la fecha para la realización del peritaje independiente, una pieza clave en la evaluación del grado de impacto que podría tener la construcción del proyecto hidroeléctrico Barro Blanco que impulsa la empresa Generadora del Istmo (Genisa S.A.), aún está sin definir.
GRUPOS SON DISIDENTES
Frente a este panorama, el presidente de la Conferencia Episcopal Panameña, José Luis Lacunza, hizo un llamado al diálogo entre todas las partes. Como obispo de la Diócesis de David se mostró convencido de que ‘son grupos disidentes’, los que quieren volver a cerrar las calles cuando no hay la necesidad de hacerlo.
Hasta el cierre de esta edición, los ngäbes se mantenían en vigilia en Viguí.
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