Coimas y fiestas en la CSS

PANAMÁ. El pasado viernes, cuatro agentes de seguridad que trabajan en el Complejo Hospitalario Metropolitano Dr. Arnulfo Arias Madrid d...

PANAMÁ. El pasado viernes, cuatro agentes de seguridad que trabajan en el Complejo Hospitalario Metropolitano Dr. Arnulfo Arias Madrid de la Caja de Seguro Social fueron destituidos. Al jefe de seguridad del conjunto de edificios y al superior de seguridad a nivel nacional los suspendieron por 5 y 10 días en cada caso.

Al parecer, estas medidas están relacionadas con unas denuncias por una serie de anomalías en la vía Transístmica y que incluyen fiestas y consumo de alcohol en el estacionamiento del complejo hospitalario durante la noche y en pleno turno laboral.

Días antes de los despidos, un exagente de seguridad de la CSS, de nombre ‘Carlos’, hizo una denuncia a La Estrella sobre la situación: ‘En la noche hacen fiesta, hay ‘chupadera’ y demás’, dice Carlos sobre lo que hacen varios de sus antiguos compañeros cuando cae la noche en esta institución de Salud.

LA DENUNCIA

Carlos trabajó un año y cinco meses en la CSS. Dice que su salida estuvo relacionada con las fotografías que se muestran en esta página donde, supuestamente, se puede ver a varios agentes tomando y posando mientras beben con sus armas reglamentarias en la mano.

—Estas fotografías se tomaron el 16 de junio, el pasado Día del Padre– explica Carlos–. Yo estaba de recorrido cuando me llamaron y me dijeron que fuera a los estacionamientos. Ahí había un ambiente de fiesta y me dicen: ‘anda, bebe algo, tómate unas fotos’.

Pasaron varias semanas de la fiesta, hasta que las fotografías llegaron a las oficinas en Clayton (administración de la CSS) y se levantó una investigación: ‘Yo tomé las fotos, pero no fui quien hizo la denuncia. En cuanto las tomé, se las pasé a los compañeros a través del celular’.

–Cuando explotó la bomba todo mundo dijo: ‘Fue Carlos el que tomó las fotos’. Lo que nadie mencionó fue que yo se les pasé a todos los involucrados.

A Carlos lo mandaron a llamar de Clayton cuando las fotos ‘llegaron hasta allá arriba’. En las oficinas administrativas de la CSS, Carlos fue entrevistado por un funcionario, Ramírez, quien le informó que dos agentes lo acusaban no sólo de haber sido el fotógrafo de aquella ocasión, sino que también estuvo consumiendo alcohol con el grupo.

Carlos dice que sí, que él capturó las fotos; pero rechaza que tomó junto con los otros en su área de trabajo. La prueba que ofrece el exagente para demostrar su inocencia es que, asegura, desde hace varios años no consume bebidas alcohólicas ni utiliza ningún tipo de enervantes: ‘Hace nueve años que soy miembro de Narcóticos Anónimos y no consumo nada que altere mi mente ni mi estado físico. Nada de drogas ni nada de alcohol. Lo más que hago es fumar cigarrillos; pero no más’, aclara.

EL GRUPO DE ‘LA REALEZA’

Luego de la acusación y la entrevista, Carlos fue destituido. El exagente asegura que fue un chivo expiatorio y acusa de esto al jefe del departamento de Seguridad del complejo, quien, según el ex empleado público, es jefe de un grupo autonombrado ‘La Realeza’. Asegura Carlos que ‘La Realeza’ está conformada por el jefe junto con varios de sus subalternos quienes gozan de toda una serie de privilegios y cometen toda una serie de actos irregulares y de corrupción.

–Como varios de los miembros de ‘La Realeza’ estaban involucrados en lo de la foto, el jefe dijo: ‘voy a hundir al que las tomó’, pues pensaba que había sido yo el denunciante– opina Carlos–. Él fue a Clayton y se encargó de mí.

Carlos considera que el jefe de seguridad logró su despido porque, en palabras del exagente, ‘tiene una rosca muy grande, tiene su gente, sus contactos y nadie dice nada’.

COIMAS, ORIGEN DEL CONFLICTO

La acusación por las fotografías fue la última de las acciones que se tomaron en contra de Carlos para lograr su destitución, asegura el despedido agente de seguridad.

–La enemistad entre Jaime y yo comenzó cuando un día él me dijo que fuera a cobrarle coima a los dos carritos que venden dulces, chichas y empanadas afuera de la Especializada– narra el hoy chofer–. Yo me rehusé y le dije que no iba a hacer eso.

Comenta Carlos que luego de eso, como castigo, y a pesar de que estaba estudiando en horario matutino, lo colocaron en el turno de 6 p.m. a 6 a.m. durante tres meses. ‘Eso lo hicieron para que me fuera’, asegura el hoy exagente, quien comenta que fue gracias a la intervención de un inspector llamado Acosta que logró que de los 5 turnos semanales, 2 no fueran en horario nocturno: – Acosta habló con el jefe y le dijo que no podía tenerme permanentemente en ese horario, que yo tenía familia– cuenta el denunciante–. Acosta le preguntó que cuál era el problema conmigo, que por qué me tenían amaneciendo siempre y Jaime le dijo que yo estaba ahí porque no era de ‘La Realeza’.

EL ‘VALET PARKING’

Durante el día, asegura el acusador, los cuidadores de la institución se hacen un dinero extra a su salario al cobrar por conseguirle, ya sea a los funcionarios o a los visitantes, un estacionamiento.

Según Carlos, los encargados de este ‘servicio’ son dos agentes, uno que ‘se encarga de toda la parte de ‘la isla’ y, otro, de la ‘Y’. El exfuncionario explica: ‘la isla’ es el nombre con el que identificamos la sección de estacionamientos que está frente al pabellón, la parte que da a la calle, donde se realizan las protestas’. La ‘Y’, se trata de ‘la intersección que se forma entre los dos edificios: la Especializada y el Complejo’.

–En el área de la ‘Y’, donde está el nivel 2 del estacionamiento, uno controla el paso por la entrada con un brazo hidráulico y el otro tapa la salida con tres carros– explica Carlos– así todo el que entra tiene que salir por el mismo lugar y nadie se va sin pagar. –El inspector jefe sabe todo lo que sucede, pero no dice nada porque él recibe (parte del dinero). Los médicos se quedan callados porque, ¿cómo van a conseguir un estacionamiento en el complejo a las 8:00 a.m. cuando llegan? Hay unos que les pagan en el momento y otros que les pasan su cuota en la quincena– comenta el denunciante. Carlos asegura que ha habido gente que no acepta el chantaje y no pagan. Cuando esto pasa, lo que hacen es que ‘le flatean llantas del carro’. ‘Ha habido enfermeras y algunos funcionarios que se han quejado y les reclaman diciéndole a los agentes: ‘Yo tengo mi sticker de funcionario’; sin embargo, nadie se escapa de pagar por lo menos 3 ó 4 dólares al día’.

EL SILENCIO DE LA CSS

En varias ocasiones, La Estrella trató de contactar al jefe de Seguridad del complejo; sin embargo, luego de varias llamadas, a través de una asistente informó que no puede brindar declaraciones y que para cualquier consulta había que remitirse directamente a Relaciones Públicas de la CSS. Nunca supo sobre qué tema se le quería consultar. Al preguntar en la oficina de Relaciones Públicas de la institución sobre los recientes despidos y las acusaciones de Carlos, un vocero de la institución informó lo siguiente: ‘Por Ley se nos prohíbe ventilar este tipo de asuntos internos en los medios de comunicación social. Constantemente se está verificando el desempeño de nuestros colaboradores y en caso de que se cometa una falta se aplica el reglamento interno de la CSS’ que está en la ley que rige la institución.

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