Piratas erosionan negocio de MiBus

Actualizado
  • 25/01/2014 01:00
Creado
  • 25/01/2014 01:00
PANAMÁ. Mi Bus estimó ayer que 25 de cada cien pasajeros que usaban sus servicios por el corredor Norte y el Sur decidieron migrar al tr...

PANAMÁ. Mi Bus estimó ayer que 25 de cada cien pasajeros que usaban sus servicios por el corredor Norte y el Sur decidieron migrar al transporte pirata.

Su balance ha llegado como el último ingrediente de una sazón urbana que amenaza con agriar la cena más importante de la ciudad: su movilización. Mientras la Autoridad de Tránsito avala la circulación de 65 buses ilegales, otro sinnúmero opera al margen de las normas.

Miguel Cardona, gerente de la concesionaria, insiste en que el asunto es ‘económico’. En esas rutas, reclama, antes del estallido de la crisis del transporte, en junio pasado, el metrobús operaba ‘perfectamente, y no era porque tuviéramos falencias, sino en el marco general’.

Desde una mesa de reuniones que mira al patio de Los Pueblos, Cardona toca a cada rato el botón de su portátil gris hasta encontrar la diapositiva del Power Point en la que marca la eliminación de la piratería como una porción roja en una gráfica de pastel. Pendiente. Y en manos del gobierno.

El Ejecutivo ha echado reversa en ello. Los permisos otorgados son indefinidos hasta que el sistema mejore. ‘Eso bien podría ocurrir hoy... o en dos meses’, sostiene el transportista y político Hugo Polo, presidente de la sociedad Ultracon, a la que el gobierno dio la operación de los buses ilegales.

El cruce entre ambos sistemas es duro, pero frío. Polo argumenta que la crisis del Metrobús ha generado la coyuntura para que la piratería se excuse, mientras Cardona sostiene que el transporte ilegal se proyecta mejor a punta de desvíos sin norma, incontrolables velocidades y evasión de peajes.

‘Me gana en diez o quince minutos, pero sin condiciones estándares’, puja el ejecutivo colombiano, quien se fija en la filosofía de pensar el transporte ‘con sostenibilidad’.

Mil 200 metrobuses circulan al día en la ciudad, lo que, en teoría, supondría la mitad de la oferta del ‘extinto’ diablo rojo.

La fórmula numérica para decidir la cantidad de buses ha levantado una ola de cuestionamientos. De hecho, la Asamblea Nacional recomendó tras la crisis poner una nueva concesionaria en la ciudad, para resolver el problema.

Los diputados se basan en la percepción popular. Este mes, 52% de los consultados que dijeron usar el transporte público capitalino están insatisfechos.

Cardona, en contraste, dice que el sistema que se licitó debe ‘evitar la competencia. Poner dos sistemas en paralelo siempre genera una guerra por el centavo’. Como la que reinó en la era de los diablos rojos.

Hoy la hay. Con sigilo. La piratería cubre rutas que el Metrobús opera. Y sale ganando.

Los propios aforos de la concesionaria lo revelan. Cardona muestra otra diapositiva con estudios de la piratería versus Metrobús en Las Mañanitas-Paitilla y Los Caobos-Paitilla, localidades al este de la ciudad.

En el cruce de Las Mañanitas, el 11, 12 y 13 de diciembre pasado, la frecuencia promedio de los piratas fue de nueve minutos, cuatro menos que la del Metrobús. Los buses ilegales tardaron un minuto menos que el Metrobús en llegar a su destino.

Los aforos de Mi Bus en Los Caobos develaron que los piratas tardan, en promedio, seis minutos, y sus buses, 17. Aunque los metrobuses llegaron dos minutos antes a Paitilla que los ilegales.

Cardona hace una pausa a cada rato para explicar lo global del problema. ‘En un sistema... si hay un elemento que falla, falla todo... y este es un tema de Mi Bus, Sonda, Eupan y la Autoridad de Tránsito’.

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