Eladio Fernández: 'queremos luchar desde adentro por nuestros intereses'

Actualizado
  • 18/11/2014 01:00
Creado
  • 18/11/2014 01:00
El dirigente de los jubilados aspira a ser el próximo subdirector de la Caja de Seguro Social

A Eladio Fernández parece habérsele congelado el tiempo: tiene el mismo semblante que hace una década, cuando empezó a trancar las calles de la ciudad capital por un aumento en la pensión de los jubilados; y usa las mismas boinas y guayaberas manga larga que le revientan de calor. También habla con el mismo vigor que cuando coreaba bajo el hospital de la Caja de Seguro Social de la Transístmica, y ha variado poco, poquísimo, su retahíla.

La única (y gran) diferencia es que ahora sus reclamos se han sofisticado. Es más político de lo que ha sido. Ya no quiere pelear por un aumento en las avenidas, sino negociarlo con el Gobierno.

Este martes, el líder de la Federación de Jubilados Independientes (que dice tener unos 10 mil afiliados ‘que se inscriben pero no se concentran’) sustentará ante el Gabinete una propuesta para que cada dos años haya un incremento de pensión de $50, cónsono, insiste, con el estándar de los países de la región.

Es justicia, dice. ‘Hemos trabajado por 30, 40 años y convertido el sudor en progreso’.

—¿Cómo se logrará eso, entendiendo que la Caja del Seguro Social va a entrar en déficit en 2015 y que en 2024 se quedará sin fondos?

—El 11 de julio presentamos una propuesta al Gabinete que plantea que se nos dé el 2% de las entradas brutas del Canal cada dos años. La pensión mínima está en $175 ($245 en realidad), cuando el salario mínimo está sobre los $400. La OIT dijo a Panamá que debía aumentarle a los jubilados—.

—¿Qué más piden?

—Tampoco debemos pagar más cuotas después de jubilarnos. Nos lo merecemos: si a los que nunca han trabajado les dan $120 a los 65, cómo nos van a justificar que no nos pueden dar el incremento—.

—¿Y si justifican que no se puede?

—Los diputados se comieron $450 millones en partidas circuitales y en ninguna parte de la Constitución dice que ellos tienen derecho a partidas—.

Eladio Fernández es político. En las elecciones pasadas corrió para diputado independiente en el Circuito 8-8 (vive en Juan Díaz) y reconoce que, como no tenía dinero, no consiguió más de mil firmas para acreditar su precandidatura. Allí, insiste, hubiera peleado por los intereses de los jubilados. Como no logró la curul, busca ahora un nuevo nicho: la CSS, pero desde dentro.

LA REIVINDICACIÓN DE LOS JUBILADOS

Fernández ha pedido públicamente al presidente, Juan Carlos Varela que lo seleccione como subdirector de la CSS, decisión que lleva ya mes y medio de retraso.

—¿Usted cree que haría buena mancuerna con Estivenson Girón?

—Sí. Girón ha demostrado que tiene el interés de hacer las cosas—.

—Pero todos, cuando entran, dicen lo mismo... ¿qué le hace pensar que las cosas serán diferentes esta vez?

Eladio Fernández palmea sobre una mesa y sube el tono, aunque no perturba ya a la decena de jubilados que le acompaña.

—El señor presidente pregonó en su campaña que sería un gobierno para el pueblo. Él me ha dicho que cuantas veces quiera hable con él, y no cierre calles—.

Y sigue.

‘Como dice Varela, en estos momentos la Presidencia está a servicio del pueblo, entonces que se nombre a un jubilado para, desde dentro, poder luchar por nuestros intereses’.

La Federación de Jubilados Independientes ha decidido no hacer presión. Asegura que aun recogiendo ‘cien mil firmas’ no tienen garantizado el nombramiento. ‘Es una decisión política’, reconoce Fernández, desde una esquina de un salón sin aire y un ventanal que mira al Cerro Ancón, al que llama su oficina.

Aun así, tiene preparada una lista de cosas. La primera, rectificar la Junta Directiva que, a su juicio, ‘es un nido de ratas’.

‘Vendieron las acciones de la Cervecería; vendieron las tierras en Costa del Este por un precio mucho menor; las tierras de San Carlos y el patrimonio de la Caja se lo comieron’.

Para Fernández, es imperativo que la nueva administración tome medidas contra la junta superior.

‘Trataría de meterlos presos... son unas momias en el sarcófago’.

El dirigente ya no tiene en la cabeza el tranque que provocan sus cierres. Ahora piensa en números, flujo de caja: la Caja debe dejar de condonar deudas de cuotas obrero patronales y obligar a los bancos a que les dé intereses por sus fondos.

Y, por supuesto, el aumento en las pensiones.

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