El sueño de una cooperativa para vivir de la basura

Actualizado
  • 12/05/2017 02:03
Creado
  • 12/05/2017 02:03
Un grupo de 70 personas tienen la tarea diaria de separar los desechos sólidos de los materiales que se puede comercializar.

Una pala mecánica vuelve a recoger los desechos que han dejado los camiones recolectores de basura y cuando el viento sopla, el olor nauseabundo se hace más fuerte. El sonido de un martillo indica que alguien hace reparaciones sobre madera y un grupo de personas recolecta muestras de desechos sólidos para un estudio sobre el tipo de basura que más se produce en los hogares de la capital.

Estamos en una galera de 1,800 metros, donde se reciclan los desechos que llegan al relleno sanitario y que se producen en el área metropolitana. Allí se deposita toda la basura para que los recicladores, unas 70 personas que trabajan en dos turnos, realicen su tarea de separar lo que va al relleno y el material que se puede comercializar, como madera, aluminio, papel, cobre, hierro y lata.

A medida que los recicladores van separando la basura, la pala mecánica llena el camión volquete con los desechos que serán enterrados en el relleno. La rutina es diaria, de 7:00 a.m. a 3:30 p.m. y de 11:00 p.m. a 7:00 a.m., que son los dos turnos que comparten los trabajadores. Los propios recicladores deciden en qué turno desean laborar.

La actividad se paraliza de 3:30 p.m. a 11:00 p.m. para la limpieza de la galera.

El reciclaje en Cerro Patacón se inició al mismo tiempo que se construyó el relleno, en 1986. Desde entonces, Gilberto Callender se ha dedicado a esta actividad, que actualmente genera entre $15 y $25 diarios a los recicladores.

En los inicios, a estas personas se les conocía como pepenadores y el material reciclabe lo extraían del mismo relleno sanitario.

Callender narró que cuando el vertedero de basura estaba en el área de Panamá Viejo, él era un vendedor de chicha y sus principales clientes eran los propios pepenadores del sitio.

Cuando el gobierno militar decidió clausurar el vertedero de Panamá Viejo y habilitar Cerro Patacón, Callender se decidió, motivado por sus compradores de chicha, a entrar en la actividad del reciclaje.

En 1979, el basurero de Panamá Viejo fue declarado zona de emergencia sanitaria y se inició entonces un proceso paulatino hacia un nuevo modelo de gestión. En 1984, se creó la Dirección Metropolitana de Aseo (DIMA) como entidad autónoma del Estado, el basurero de Panamá Viejo fue cerrado en 1986 y se construyó el relleno sanitario de Cerro Patacón, reseña la página web de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD), que fue creada en el 2010.

El destino de Callender lo empujó a las tareas de reciclaje, a pesar de que su sueño era ser abogado y había avanzado dos años de estudios en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá.

‘Tuve que abandonar mis estudios por problemas económicos, y trabajar duro para mantener a mis hijos', recuerda.

Hoy, es uno de los líderes del grupo de recicladores que busca crear una cooperativa que se atienda sus intereses colectivos ; sin embargo, entre la burocracia gubernamental y otras irregularidades aún no se ha podido.

De tez morena y 1.90 metros de altura, más o menos, Callender lleva en su cuerpo, las huellas de esta peligrosa actividad. ‘Hemos pasado por bastante experiencia , incluso hemos sufrido accidentes', dice mientras muestra la cicatriz de su brazo izquierdo para narrar que un día, separando el material en el ‘frente de tiro'; es decir, en el mismo relleno, un golpe en el pie lo tumbó y al caer, el tractor le pasó por encima.

Callender, al igual que muchos de sus compañeros, se considera un pionero en el reciclaje en Panamá. Una actividad que ha pasado por diversas etapas, pero que hasta la fecha no ha logrado su objetivo primordial, que los desechos se separen en casa.

Callender recuerda que en la década de 1980 y principio de 1990, se canjeaba en las zonas populares del país botellas de vidrio por frutas.

Por las áreas de viviendas pasaban personas en pick-up o carretillas ofreciendo naranja, mango y otras frutas, a cambio de las botellas de vidrio.

Al mismo tiempo que en las calles de la ciudad y en algunas zonas apartadas del país se hacían estos canjes, Callender separaba la basura de los materiales reciclables.

‘Antes llegaba mucho material a Cerro Patacón y las personas generaban muchos más ingresos', contó.

Ahora, varias empresas promueven el reciclaje, pero para Raúl Kelly, quien ha analizado los diferentes programas vigentes en el país, esa labor no puede ser considerada un proceso de reciclaje, sino más bien de centro de acopio.

Las empresas destinan sitios para que las personas lleguen a depositar el material que han separado de la basura doméstica, explica. ‘Los verdaderos recicladores están en Cerro Patacón', recalca.

La galera que utilizan los recicladores en Cerro Patacón fue construida por la empresa Urbalia Panamá, como parte del contrato de concesión para el manejo del relleno sanitario. Los recicladores separan el material y lo venden a los compradores que también operan en el lugar. Algunos compradores, incluso, fueron pepenadores en el pasado.

También llegan personas a comprar material. Juan Martínez corta, con una sierra circular, tablas para recomponer pallets que son llevados a Cerro Patacón.

Juan desarma los pallets y con las tablas que están en buenas condiciones va construyendo nuevas que vende a dos dólares. ‘Llega un cliente y me compra hasta cien pallets ', cuenta.

Los camiones llegan, se pesan y pasan directo a la galera, excepto los que llevan material no reciclable, como lodo y llantas, explica Vielka de Pérez, coordinadora de Responsabilidad Social de Urbalia.

Los recicladores sostuvieron una reunieron, este miércoles, para impulsar la creación de su cooperativa. Jenny González, presidenta del Movimiento Nacional de Recicladores, explicó que la idea de la reunión fue para empezar el proceso para organizar al grupo.

Con 25 años en el oficio, en los últimos meses ha tomado parte en el trabajo de caracterización de la basura, un proyecto que impulsa el Gobierno para determinar qué tipo de residuos salen de los hogares panameños.

El trabajo terminó esta semana y entre los primeros resultados, adelantó González, aparece que el plástico es el material que más se descarta en los hogares del área metropolitana.

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