Una mirada de las campañas tras bastidores

Actualizado
  • 27/12/2018 01:00
Creado
  • 27/12/2018 01:00
Las personas que ven dos puntos de diferencia entre candidatos, no entienden que eso puede significar una ventaja de seis puntos o un déficit de dos. El margen de error no se debe ignorar

El análisis estratégico de las últimas dos campañas puede provocar reflexiones profundas para modificar o consolidar hábitos en los próximos comicios. También puede exponer los mecanismos que utilizan los candidatos para incentivar el voto y permitir que las personas valoren si estos promueven el sufragio con base en la solidez de las propuestas o maquillando la falta de estas. Primero se expondrán las tácticas que usó Ricardo Martinelli para convencer a los panameños de que él era el verdadero cambio y después, en una entrevista a Christian Ferry, director de la campaña de Juan Carlos Varela en el 2014, se explicarán las claves que llevaron al panameñismo a triunfar en el 2014.

LA CAMPAÑA ELECTORAL DEL EXPRESIDENTE RICARDO MARTINELLI

El partido Cambio Democrático (CD) llegó al poder ejecutivo cuando Ricardo Martinelli ganó las elecciones generales en el 2009. Al inicio de la contienda sus rivales más fuertes eran Juan Carlos Varela, del panameñismo y Balbina Herrera, del Partido Revolucionario Democrático (PRD); pero en la mitad de la campaña el candidato panameñista se alió con Martinelli y se convirtió en su vicepresidente. Más adelante esa alianza se rompió y Varela se convirtió en el principal opositor del CD, pero lo que interesa ahora es examinar el periodo de campaña y la forma en que obtuvo el 62% de los votos de ese 70% del electorado que participó.

La mayoría obtenida por Martinelli dejó claro tres cosas: el descontento hacia la gestión del partido anterior (PRD), la fuerza de las alianzas políticas y las ganas de cambio de la juventud, que conformaba casi un tercio del electorado. Los mensajes principales de su campaña fueron: ‘En los zapatos del pueblo' y ‘Los locos somos más'. Durante la contienda salió a la luz que el expresidente supuestamente sufre de trastornos psicológicos. Los opositores se aprovecharon del momento para decir que estaba loco y que no era una persona apta para dirigir el país. Ante esto, Martinelli dio un giro a su campaña y adoptó el lema ‘Los locos somos más' para decirle a las personas que sí estaba loco, pero loco por el cambio. Ese verano hay pocos panameños que no gozaron de los carnavales por dos motivos: lo pegajosa que era la canción que le hizo DJ Black al expresidente y la esperanza de cambio que miles de panameños depositaron en él.

La campaña causó una ilusión y euforia nunca antes vista, pero este no fue el estreno de las tácticas de gestión electoral de Martinelli, ya que en el 2004 intentó llegar a la presidencia y a pesar de que perdió la contienda, no se rindió. Mario Rognoni, exministro del PRD, contó en una entrevista al diario El País que apenas el expresidente perdió comenzó a preparar las siguientes elecciones: ‘Martinelli creó una fundación para conceder becas a las familias más necesitadas. Él sabía que al electorado de clase alta lo tenía a su favor; tenía que trabajarse al pobre. Y cada beca que concedía la publicitaba al máximo. Es un hombre de derechas de toda la vida, que usa yates, aviones privados, vive como un rico y se relaciona con ricos. Pero por razones de oportunismo electoral ha usado un lenguaje de centro-izquierda'.

Una de las primeras crisis de la administración de Ricardo Martinelli fue la salida del vicepresidente Juan Carlos Varela. Algunos dicen que lo despidieron y otros que él renunció, pero lo único certero es que desde ese momento se convirtió en su principal opositor. El gobierno de Martinelli terminó con el nivel de aprobación más alto de los últimos cuatro presidentes, incluyendo al actual, en parte por los megaproyectos que desarrolló su gobierno y a pesar de que su administración estaba siendo fuertemente criticada por casos de corrupción. Muchos ciudadanos quedaron desilusionados con la administración del CD, pero no consideran que una situación parecida se pudiera repetir en otras elecciones del país, como Juan Diego Vásquez, candidato a diputado de 22 años, que confía en que ‘en Panamá hemos madurado y no creemos como país en cambios de la noche a la mañana'.

LA CAMPAÑA DE JUAN CARLOS VARELA EN EL 2014

Al terminar el mandato de Ricardo Martinelli su partido escogió a José Domingo Arias como representante. Contra él se presentó el antiguo aliado del partido, Juan Carlos Varela, y Juan Carlos Navarro, por el PRD. Algunos consideran que el triunfo de Varela fue fruto de una serie de factores como el repudio general hacia la administración anterior por los casos de corrupción que se han destapado, y el hecho de que Arias designó como vicepresidenta de su candidatura a Marta Linares de Martinelli, porque no dejaba claro quién manejaría el país. Pero en una campaña política todo influye, y a continuación Christian Ferry, director de campaña del presidente actual aporta las claves con las que su equipo técnico llevó a los panameñistas al ejecutivo.

Christian Ferry es uno de los fundadores del Trailblazer Group, organización que lleva más de 20 años manejando carreras de políticos como los senadores norteamericanos John MacCain y Lindsay Graham. Su primer contacto directo con la política panameña se dio en el 2006 cuando trabajó en la campaña de Juan Carlos Varela por la presidencia del Partido Panameñista.

En el 2014 lo volvió a acompañar en su camino a la presidencia del país, y la revista Campaign and Elections premió a esta contienda con el Reed Award a la mejor campaña internacional del año. Para Ferry, el factor diferencial de su campaña fue que a pesar de que todas las encuestas decían que Varela iba a perder, ‘nosotros confiamos en nuestros estudios'. Pero el camino no fue fácil. El estratega calificó la contienda del 2014 como una ‘campaña sucia' porque se esparcieron muchas mentiras y videos falsos por WhatsApp que atacaban a personas cercanas al presidente.

En cuanto a los jóvenes, el mensaje dirigido a estos se centró en promocionarse como una administración que demostraría que sí es posible que un gobierno actúe como un servidor del pueblo y no como un negocio. Esto, para Ferry, fue clave porque él notaba que los jóvenes, en ese momento, habían perdido la confianza en los políticos y las instituciones públicas.

EL PROBLEMA DE LAS ENCUESTAS

En la entrevista telefónica, al estratega se le preguntó por su visión sobre las encuestas ya que en los últimos años han generado desconcierto, no solo en las elecciones en Panamá sino en otros actos electorales como el referéndum del ‘brexit' en Inglaterra y las elecciones de Estados Unidos en el 2016 que le dieron la presidencia a Donald Trump. Para él, el problema está en que ‘a la gente se le olvida que estas tienen un margen de error. Las personas ven dos puntos de diferencia y no entienden que eso puede significar una ventaja de seis puntos o un déficit de dos. El margen de error no se puede dejar de lado'. Además, que existen distintas formas de analizarlas porque en las elecciones estadounidenses Hilary Clinton ganó el voto popular, lo que demuestra que no estaban todo lo equivocadas que las personas dicen.

El estratega comentó que la situación de Panamá es diferente a la norteamericana y a la británica porque en el país las encuestas están hechas con datos demográficos y no con el número de electores. Por esto, para su análisis de la situación en ese momento fue importante resaltar y explotar el hecho de que los capitalinos solo representaban cerca del 47% del electorado, y al Partido Panameñista le suele ir mejor en las otras provincias y las zonas rurales del país, que además no siempre están bien representadas en los estudios.

‘Decir que algo es imposible en este punto es algo ingenuo'

Por esto, para Ferry, todo puede pasar. Aunque ni el gobierno actual ni su partido son populares ahora mismo, y ningún colectivo del país ha ganado las elecciones dos veces seguidas, el candidato a la presidencia por el panameñismo pudiera ganar: ‘Tarde o temprano algún partido se va a reelegir. Puede que no ocurra esta vez, pero que no haya sucedido nunca no significa que no pueda ocurrir'.

También considera que Cambio Democrático es un partido muy diferente del que era hace cinco o 10 años: ‘Martinelli no es tan poderoso como antes'; y que el PRD ha estado fuera del poder por 10 años, por lo que ‘decir que algo es imposible en este punto sería algo ingenuo'.

Después de pasar por el gobierno de Ricardo Martinelli, que comenzó con la alianza Martinelli-Varela, y la administración de Juan Carlos Varela, a Panamá le toca elegir a un nuevo gobierno. Todos los partidos tienen un reto. El partido panameñista se enfrenta a que en la historia reciente de la democracia panameña ningún partido ha gobernado dos veces seguidas. En los últimos días se ha visto al candidato José I. Blandón utilizar cada oportunidad que tiene para separarse de la administración de Varela, a pesar de que es el alcalde actual de la capital. Cambio Democrático medirá el impacto en el electorado de los casos de corrupción que involucran a varios altos cargos del colectivo. El PRD decepcionó mucho a los panameños en el pasado, y estos lo castigaron con 10 años fuera del poder. Esto puede cambiar, pero el hecho de que el candidato presidencial, Nito Cortizo, haya elegido como miembros de su gabinete a veteranos del partido que han sido rechazados por el pueblo en comicios anteriores, como Balbina Herrera, genera interrogantes. Para los partidos más pequeños como el Partido Alianza, el Partido Popular, Frente Amplio por la Democracia y Molirena, la principal barrera será su bajo número de adeptos.

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